n Testificó Martínez Corbalá ante el juez Garzón


Muchos asilados por México en Chile habían sufrido tortura

De la corresponsalía, Madrid, 5 de abril n El ex embajador mexicano en Chile Gonzalo Martínez Corbalá declaró este lunes ante el juez español Baltasar Garzón, quien abrió el proceso de extradición a España del ex dictador chileno Augusto Pinochet. Martínez Corbalá narró a Garzón su experiencia en el Chile de principios de los 70, en donde, dijo, presentó "credenciales en una atmósfera de gases lacrimógenos". El político estuvo en ese país de 1972 hasta los días posteriores al golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

El también ex gobernador de San Luis Potosí se negó a dar un pronóstico sobre el futuro inmediato de Pinochet, cuya suerte está ahora en manos del ministro británico del Interior, Jack Straw, quien debe decidir antes del próximo día 15 si procede o no su extradición.

Garzón, en caso de que la justicia británica decida extraditar al ex dictador, sólo podrá juzgarlo por los delitos cometidos después de septiembre de 1988, cuando el Reino Unido firmó la Convención Internacional contra la Tortura.

Martínez Corbalá, quien también sufrió junto con su familia las agresiones de los militares golpistas, rindió declaración ante una sugerencia de la parte acusadora, y en momentos en que presentará aquí su libro Instantes de decisión. Chile 1972-1973.

"Hablé de los hechos que presencié, de la persecución que hubo de militantes políticos en el momento y antes del golpe, de todas las acciones concertadas para hacer más difícil la vida económica del país, como las huelgas patronales del Sindicato de Dueños de Camiones, ocultamiento de víveres y de artículos de primera necesidad, y mercado negro de dólares", dijo Martínez Corbalá.

Y a la pregunta de si fue testigo de violaciones a derechos humanos, el ex embajador dijo que le relató a Garzón "casos pormenorizados. A las 24 horas del golpe de Estado teníamos en la embajada de México asilados a 350 hombres, mujeres y niños; diez mujeres embarazadas, una de ellas dio a luz dentro de la cancillería, el muchacho vive en México y se llama Gonzalo Salvador Benito.

"Tuvimos también más de 200 en la residencia. Todo se lo he detallado (a Garzón): las condiciones en que entraron, cómo tuvimos que presionar al gobierno de facto de Pinochet para poder hacer que se respetara el Tratado de Caracas de 1954 sobre asilo, que es la convención latinoamericana de la cual somos firmantes tanto Chile como México, y que no se estaba respetando".

Martínez Corbalá informó que presentó al juez español datos sobre las condiciones en que llegaron los asilados a la embajada mexicana en Chile: "con señales de tortura visibles en sus cuerpos, como cigarros apagados en distintas partes; habían estado en casas de tortura... en el Estadio Nacional había cientos de miles de detenidos torturados. El caso patético que todo mundo conoce es cómo le cortaron a machetazos los dedos al cantante Víctor Jara, por el delito de haber hecho música en favor del gobierno anterior".

El ex embajador mexicano también recordó los días previos al golpe: "presenté credenciales en una atmósfera de gases lacrimógenos, no sé si se me enrojecieron los ojos más por el gas lacrimógeno que por la emoción de oír el himno nacional de México en el palacio de La Moneda, el primero de septiembre de 1972".

Finalmente, el político no quiso hacer un pronóstico sobre el futuro de Augusto Pinochet: "Yo no soy juez y no me atrevo a juzgar cuál deba ser el fallo de los jueces lores".