n Entrega Libia a sospechosos del atentado de Lockerbie


Suspende la ONU sanciones contra Trípoli; Washington las mantendrá

Afp, Ap y Reuters, Washington, 5 de abril n La Organización de Naciones Unidas suspendió hoy las sanciones impuestas contra Libia después de que el secretario general Kofi Annan notificó al Consejo de Seguridad la llegada a Holanda de los dos libios sospechosos de cometer el atentado de Lockerbie, mientras que Estados Unidos se negó a levantar las sanciones que unilateralmente impuso al país norafricano hace diez años.

Pero las sanciones de la ONU podrán ser levantadas definitivamente cuando Annan informe, en un plazo de 90 días, que Libia ha cumplido con las otras demandas del Consejo de Seguridad, que incluyen la renuncia de Trípoli al terrorismo y la compensación a las familias de las 270 víctimas de la explosión del avión de PanAm en 1988, si los dos sospechosos son declarados culpables.

El secretario general de la ONU escribió una carta al Consejo de Seguridad informando a sus 15 miembros que la entrega de los dos sospechosos se había producido este día, lo que provocó la suspensión automática del embargo aéreo y de armas impuesto hace siete años, además de otras medidas, contra Trípoli.

El presidente del Consejo, Alain Dejammet, anunció la suspensión de las sanciones decididas en abril de 1992 y endurecidas en noviembre de 1993, tras citar el cumplimiento de las condiciones requeridas: la llegada de los dos sospechosos a Holanda y la cooperación del gobierno de Muamar Kadafi en la investigación del ataque explosivo a un avión francés en 1989 sobre Níger, que dejó 270 muertos.

El presidente estadunidense, Bill Clinton, se congratuló por su parte de la entrega "largamente aplazada" de los dos libios, y dijo que "el camino hacia la justicia ha comenzado".

No obstante, el portavoz del Departamento de Estado, James Rubin, dejó claro este lunes que las sanciones unilaterales estadunidenses contra Libia, que incluyen un congelamiento de los bienes libios en Estados Unidos y la prohibición a las empresas estadunidenses de operar en Libia, permanecerán en vigencia. "Nuestras sanciones unilaterales son resultado de órdenes ejecutivas presidenciales", dijo, que tienen como objetivo "limitar el acceso de Libia a fondos y materiales para actividades terroristas, programas de armas de destrucción masiva y otras acciones militares de desestabilización".

"Es algo maravilloso que el juicio al fin pueda realizarse", estimó en Londres el primer ministro británico, Tony Blair, mientras su secretario de Relaciones Exteriores, Robin Cook, dijo que la entrega de los sospechosos "pone término a 10 años de bloqueo diplomático y justifica la propuesta que hicimos el año pasado para que el proceso se realice en un tercer país".

Cook también rindió homenaje al presidente sudafricano Nelson Mandela y a "cierto número de líderes internacionales, en particular de Arabia Saudita", cuya mediación fue "muy últil".

La posición de Muamar Kadafi comenzó a flexibilizarse en 1994, cuando aceptó que los dos sospechosos, Abdel Basset Alí al Megrahi y Al-Amín Jalifa Fahima, acusados de colocar una bomba en el avión de la compañía estadunidense PanAm que explotó sobre el pueblo escocés de Lockerbie el 21 de diciembre de 1988, fuesen juzgados en "un tercer país".

La posición de Kadafi obtuvo el apoyo de la Liga Arabe, el Movimiento de No Alineados, la Organización de la Unidad Africana, la Organización de la Conferencia Islámica, así como representantes de las familias de víctimas del atentado.

Esto permitió a Mandela anunciar el acuerdo de Libia para permitir que los dos sospechosos fueran entregados a la ONU, con el fin comparecer ante la justicia escocesa en Holanda.

Los dos sospechosos llegaron hoy al aeropuerto militar de Valkenburg, cerca de la Haya, en compañía de un representante de la ONU y de sus abogados, para ser sometidos a un procedimiento de extradición a Gran Bretaña.

Fahima y Megrahi pasaron su primera noche en un centro de detención holandés y luego serán trasladados a una ex base militar estadunidense en Zeist, cedida por Holanda a Gran Bretaña durante el tiempo que dure el proceso ante un tribunal escocés, y que hoy era custodiada por más de cien policías escoceses.

El Ministerio de Justicia holandés informó que los pasaportes de los sospechosos habían sido entregados a las autoridades holandesas, lo que pone fin a la participación de Naciones Unidas en el caso.

Los sospechosos, que estaban en la lista de los 10 fugitivos más buscados por Estados Unidos, fueron encontrados culpables en 1991 por fiscales estadunidenses y británicos, que dijeron que ambos actuaron "como agentes del Servicio de Inteligencia Libio".

Según la acusación, Fahima y Megrahi volaron de Libia a Malta, donde el primero trabajaba para Libyan Arab Airlain, para colocar una bomba en una radio grabador, que enviaron a Francfort en una maleta que luego fue transferida a Londres e introducida en el avión de PanAm.

La cancillería libia dijo hoy en un comunicado que "considerando la voluntad de los dos sospechosos de presentarse ante la justicia para probar la verdad, y su deseo de viajar a Holanda, el comité popular para la Justicia y la Seguridad los autorizó a viajar a ese país".

Al conocer la entrega de los dos sospechosos, Jim Swire, cuya hija de 24 años figuró entre los 259 pasajeros muertos, aseguró que existía una "sensación de alivio" entre los familiares de las víctimas. Otras once personas murieron en tierra, cuando el avión cayó sobre Lockerbie.

Pero otros dudan que el juicio vaya a responder a todas las dudas. "Es probable que el proceso tenga que ver más con las fangosas aguas de la geopolítica que con la justicia", comentó David Wilson, un maestro de la localidad escocesa. "Estos dos tipos son cabezas de turco", aseguró Gordon Smith, un funcionario local retirado, en alusión a la versión de que el verdadero culpable sería Irán, que seis meses antes del atentado aseguró que se vengaría por el derribamiento de una aeronave iraní por un crucero de la marina estadunidense.