n Albores Guillén
Volvieron a los cauces institucionales "entre 15 y 20 mil ex zapatistas"
Elio Henríquez, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 4 de abril n El gobierno del estado no puede calificar a los 14 presuntos zapatistas que desertaron y entregaron sus armas la semana pasada, sino que fueron ellos "los que calificaron haber militado" en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), afirmó el gobernador Roberto Albores Guillén.
Al asegurar que entre 15 mil y 20 mil chiapanecos que militaban o simpatizaban con el EZLN han regresado a los cauces institucionales, el mandatario estatal sostuvo que el subcomandante Marcos "tendrá que hacer muchos comunicados más para desmentir que mucha gente del EZLN regresará a la normalidad constitucional del estado". En entrevista, manifestó que en Chiapas es irreversible el desarme, y señaló: "El propio comunicado de don Sebastián Guillén (sic) indica que habrá otras entregas de armas; yo creo que él está muy informado de que entregarán sus armas otros militantes del EZLN".
n Llama "ex criminales" a quienes vuelven a su redil
El gobierno de Chiapas engrosa sus filas con base en desertores
Hermann Bellinghausen, enviado, San Cristóbal de Las Casas, Chis., 4 de abril n A partir de la matanza de Acteal, el gobierno de Chiapas ha mostrado gran interés en engrosar las filas de sus simpatizantes con base en desertores. Al menos eso han dado a entender decenas de notas periodísticas y boletines oficiales emitidos a lo largo del periodo del actual gobernador, Roberto Albores Guillén, interino del anterior interino de Eduardo Robledo Rincón, el gobernador que nunca gobernó.
Siempre que el gobierno chiapaneco festina "el retorno a la legalidad y las instituciones" de campesinos presuntamente zapatistas o perredistas, los llama desertores y les da tratamiento de ex criminales, sin sutileza alguna, tratamiento del que no se salvan ni siquiera personas que han prestado servicios evidentes a las "instituciones", como el ex diputado federal priísta Lázaro Hernández, alguna vez túnel de túneles de la región tzeltal (o sea, jefe de los catequistas), y también alguna vez dirigente de la ARIC (cuando ésta no se dividía aún en oficial e independiente), hoy repudiado por sus ex compañeros de ambas ARIC y por las comunidades que lo conocen. Por los rumbos de Ocosingo se le señala ahora como impulsor del MIRA (Movimiento Indígena Revolucionario Antizapatista), grupo paramilitar que opera en las cañadas de Taniperla y Las Tazas, así como en otras zonas de Ocosingo, Altamirano, Chilón y Oxchuc.
En un boletín de la Procuraduría General de Justicia de Chiapas, emitido el pasado 2 de abril para responder a los comunicados del EZLN que desmentían la pertenencia a dicha organización de los 16 "milicianos" que dos días antes habían entregado sus armas con gran pompa y circunstancia mediática al gobernador Albores Guillén, la dependencia estatal dice: "Todo indica que Sebastián (sic a secas para dar a entender que se refieren al subcomandante Marcos) no quiere recordar a quienes lo recibieron en el ejido Las Tazas, municipio de Ocosingo, en 1982 y que ya no son del EZLN. Nos referimos al túnel de túneles Lázaro Hernández Vázquez, alias comandante Jesús, y Flaviano Alfonso Ruiz, alias comandante Ramiro, así como su viejo amigo Salvador Morales Garibay, alias subcomandante Daniel, y a los 16 ex zapatistas que son originarios de la región".
Los desertores reales, ya despojados de sus alias, han sido informantes (Morales Garibay declaró en Hechos y en Letras Libres que no era un delator) de los servicios de seguridad e inteligencia y de los autores de libros progubernamentales sobre el conflicto chiapaneco.
Lázaro Hernández en particular devino activista de la contrainsurgencia, en detrimento agudo de sus anteriores prestigios comunitarios. Por su parte, Morales Garibay sirvió para la campaña televisiva de emergencia contra la consulta nacional del EZLN, cuando Televisión Azteca aprovechó el video de la entrevista exclusiva (y ya no tanto) que concedió a la revista de Enrique Krauze semanas atrás. Ante el desarrollo de dicha consulta, de última hora se encomendó al canal 13 la realización de cápsulas con este material de segunda mano, pero en horario estelar.
No obstante los servicios que prestan al aparato de propaganda del Estado, los desertores reciben un trato peyorativo y casi instrumental por parte de quienes los "recuperaron".
Apenas el pasado 28 de marzo, el gobierno alborista boletinó la deserción de 27 familias del ejido Santa Rita Sonora, en Las Margaritas, encabezadas por Caralampio Santiz Gómez. De estos presuntos zapatistas el gobierno afirmó que "desertaban" también del PRD, y en general de todas las concupiscencias opositoras, a cambio de proyectos productivos.
Desertar del EZLN se ha vuelto un buen negocio para quienes, como estas 27 familias, no pertenecían de por sí a las bases de apoyo del EZLN, pero que al prestarse a ceremonias de retorno al redil reciben, se supone, ciertos beneficios económicos, lo cual no deja de ser gratificante.
El uso reiterado del financiamiento público federal para allegarse lealtades mediante las secretarías de Desarrollo Social, Salud, Educación Pública y de la Defensa Nacional, y de programas como Procampo y Progresa, ha beneficiado a organizaciones vinculadas con la contrainsurgencia (Paz y Justicia, ARIC oficial y Frente Juvenil Luis Donaldo Colosio, conocido como Los Chinchulines, entre otros). De ellas han salido muchos de los "desertores" que celebra el gobierno estatal, en los que son seguramente servicios especiales.
Ciertamente existen familias que, dejando de ser bases de apoyo del EZLN, han aceptado créditos gubernamentales, hasta donde se sabe sin verse obligados a abandonar las comunidades zapatistas donde viven. También a ellos el gobierno los boletina y trata como desertores, obligándolos en ocasiones a ser también informantes tanto en los retenes militares como en incursiones policiacas y militares en comunidades como Taniperla, 10 de Abril, El Bosque y Amparo Aguatinta. O sea: sale caro aceptar los créditos.
El informe sobre desertores que difundió la procuraduría estatal, a despecho de la síntesis, la ortografía y otras formalidades de la prosa y la credibilidad, contabiliza 15 mil 311 personas, entre ellas las 350 de El Vergel, Las Margaritas, que pertenecían y pertenecen a la Unión Nacional Lombardista (UNAL), y los desertores de Maravilla Tenejapa, ex integrantes de la oficialista Socama, y quienes hasta entregaron recientemente 8 pasamontañas.
También se han prestado a "desertar" del EZLN grupos de evangélicos, comunidades priístas, miembros de la ARIC oficial y de la CIOAC oficial. Todos ellos aparecen en las cuentas que "con mucho gusto" presentó la PGJE el viernes pasado a los medios de comunicación.
Con no menos gusto, las oficinas de comunicación social del estado organizaron a la prensa para acudir al acto sorpresa del río Jataté. La escenificación y sus motivos fueron ocultados a los periodistas hasta que éstos abordaron los helicópteros de Albores a la base militar de Terán, la mañana del 27 de marzo.
Desde antes, las comunidades de esa región tzeltal alertaron de que "algo" preparaba el MIRA. Inmediatamente después de la ceremonia de rendición, las autoridades del municipio autónomo San Manuel confirmaron que los presuntos milicianos pertenecían a la ARIC oficial.
"Aquéllos que se han desarmado y descubierto el rostro para decir su verdad", como afirma la PGJE, así como "las deserciones que seguramente se darán en un futuro inmediato", dejan claro cuál es la estrategia financiera, apoyada en la presión militar sobre las comunidades con que los gobiernos federal y estatal sustituyen las negociaciones suspendidas con el EZLN.
Las deserciones, afirma la dependencia que dirige el procurador Eduardo Montoya Liévano, demuestran "la realidad del diálogo con las comunidades, y no con sus huestes cupulares que se cierran a él, bajo la premisa de que no se han cumplido los acuerdos de San Andrés, lo cual ha quedado rebazado (sic) por la realidad de Chiapas".
En todo caso, la audaz prosa de la Procuraduría reconoce la existencia de "huestes cupulares". O sea, las huestes zapatistas serían la cúpula. Y los desertores no resultarían huestes de nada, sino todo lo contrario.