n Sugiere Canadá que la ONU debe involucrarse en la crisis bélica
Pide Boris Yeltsin al G-8 una reunión de emergencia
Afp, Ap, Dpa y Reuters, Moscú, 1o. de abril n El presidente ruso, Boris Yeltsin, pidió hoy al Grupo de los Ocho (G-8), que integran las siete mayores economías del mundo y Rusia, una reunión de emergencia para tratar la crisis yugoslava y encontrar una salida política al conflicto de la provincia serbia de Kosovo.
Yeltsin informó también que ya estudia planes de enviar más barcos de guerra al Mediterráneo, además de los anunciados despliegues de fragatas.
El mandatario ruso dijo haber instruido al canciller Igor Ivanov para que presione a los miembros del G-8 para un encuentro especial, mientras algunas fuentes afirmaron que diplomáticos rusos buscaban el apoyo de Canadá por considerar que esa nación "siempre ha favorecido soluciones multilaterales a los conflictos".
Si bien el canciller canadiense, Lloyd Axworthy, no mencionó la iniciativa rusa, sí sugirió hoy que la Organización de Naciones Unidas (ONU), y particularmente el Consejo de Seguridad, deben involucrarse en la crisis de Kosovo.
Sin embargo, observadores señalaron que la convocatoria no tiene posibilidades de éxito pues los demás miembros del grupo --Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y Francia-- han participado o apoyado activamente la incursión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Yugoslavia, y aunque Japón, Italia y Canadá no se han involucrado directamente en la crisis en los Balcanes, han dado su apoyo a la intervención.
El vocero del Departamento de Estado estadunidense, James Rubin, dijo que una reunión del G-8 "no es la línea apropiada", pues lo único que puede detener los bombardeos de la OTAN contra Serbia "es que el presidente Slobodan Milosevic retire a sus fuerzas de Kosovo".
Fuentes militares rusas anunciaron que este viernes partirá un navío de reconocimiento de la flota del Mar Negro desde el puerto ucraniano de Sebastopol hacia el mar Adriático, donde se encuentran desplegados los buques de la OTAN que participan en la ofensiva, que a este navío se unirán otras seis embarcaciones y, posteriormente, otros dos buques rusos.
En total Moscú pretende emplazar en la zona de guerra un crucero, dos destructores, dos patrulleros y dos fragatas.
El envío de dicha flota, informó el Ministerio de Defensa ruso, tiene el objetivo de "garantizar la seguridad de Rusia al permitirle recoger directamente sus propias informaciones" sobre los movimientos militares de las fuerzas de intervención de la OTAN. Funcionarios del ministerio dijeron que Yeltsin está estudiando futuros despliegues con el mismo fin.
Por lo pronto, en Rusia continúan las críticas contra la alianza atlántica.
"La OTAN nunca ha sido una organización pacífica y esperamos ver su ruina" en el territorio yugoslavo, afirmó el vicepresidente de la Cámara baja del Parlamento ruso, Serguei Baburin, quien añadió que para Moscú el proceso de paz para Kosovo que se inició en Rambouillet "está muerto, y ahora hay que hallar nuevas estructuras", y por eso Rusia está proponiendo contactos para cesar los bombardeos y volver a la mesa de negociaciones.
Así las cosas, el vicecanciller ruso ante la ONU, Vassily Sredin, dijo ante la Comisión de Derechos Humanos que la OTAN es culpable de "genocidio" en su campaña de bombardeos.
Moscú, dijo, ha recibido informes sobre la muerte de mujeres y niños y la destrucción de hospitales y fábricas, tras asegurar que los cohetes Tomahawk y bombarderos Stealth que está empleando la OTAN no tienen sistemas de detección "para distinguir a amigos de enemigos".
El vocero ruso no estuvo solo en sus denuncias pues el responsable de la ONU para los derechos humanos para la ex Yugoslavia, Jiri Dienstibier, dijo en Ginebra que los ataques de la OTAN contra los serbios son "el error más grave desde el desencadenamiento de la guerra de Vietnam".
Dienstibier, ex canciller checo, agregó que los bombardeos de la alianza atlántica son sólo "el error más reciente" de la comunidad internacional de una larga lista de errores cometidos "con buenas intenciones" y sentenció: "No se puede luchar en favor de los derechos humanos matando a personas".
En la misma reunión, la alta comisionada para los derechos humanos, la ex presidente irlandesa Mary Robinson, se pronunció a favor de que sean juzgados los responsables de la "limpieza étnica" en Kosovo y encomendó a Dienstibier viajar la próxima semana a la región para verificar la situación.
Por otra parte, el canciller uruguayo Didier Operatti, quien funge como presidente de la Asamblea General de la ONU, habló de una posible sesión extraordinaria de la entidad para analizar la intervención de la OTAN en Yugoslavia.
Mientras tanto, en Alemania unas 8 mil personas movilizadas por organizaciones albanesas se manifestaron hoy pacíficamente en Berlín en favor de los bombardeos, mientras que en Munich se congregaron unos 4 mil kosovenses que exigieron la paz para "su patria".
Sin embargo, 41 abogados independientes presentaron hoy en Hamburgo una demanda ante el Tribunal Supremo alemán contra el jefe de gobierno Gerhard Schroeder y el ministro de Defensa Rudolf Scharping, a quienes acusaron de preparar una guerra de agresión anticonstitucional al permitir que fuerzas alemanas participaran en los ataques de la OTAN.
En París, unos 10 mil integrantes de sindicatos y agrupaciones de izquierda marcharon este jueves al lado de cientos de serbios para exigir el fin de los bombar- deos contra Yugoslavia.
Fuentes del Vaticano anunciaron hoy que su ministro de Relaciones Exteriores, Jean Louis Tauran, se reunió este jueves en Belgrado con Milosevic y le entregó un mensaje de Juan Pablo II instándolo a declarar una tregua durante la Semana Santa.
El Papa afirmó en la misiva que sería "un gesto de gran humanidad si todas las acciones militares fueras suspendidas totalmente durante la semana que separa la conmemoración occidental y la oriental de esta fiesta, del 4 al 11 de abril", y abogó por una solución política al conflicto.