n González Fernández esboza reglas para la elección del candidato presidencial
El partido no será rehén de quien no tenga arrastre
Enrique Méndez n En la definición de las reglas y en la elección interna del candidato presidencial se escuchará a todos los priístas, para que nadie diga que se le excluyó o no fue tomado en cuenta, pero el PRI "no será rehén del chantaje de quien no tenga el arrastre o la fuerza necesaria" para ganar la candidatura, advirtió anoche José Antonio González Fernández, quien añadió que en este proceso el presidente Ernesto Zedillo "se someterá, como todos los priístas, a los tiempos y formas" dictados por los estatutos y la dirigencia del partido.
Luego de que fue electo como presidente del tricolor por 262 de los 288 consejeros ųtres se llevaron sus boletasų que asistieron a la sesión extraordinaria del Consejo Político Nacional (CPN) ųintegrado por 344 miembrosų, González Fernández refrendó "la lealtad" del PRI "con el liderazgo político" del Presidente, en una relación que "no es vergonzante ni es oculta, como no lo es en el caso de otros gobernantes, que además de ocupar cargos de elección, son los líderes naturales de sus partidos".
En su discurso, el nuevo dirigente priísta dijo que su partido avanzará en la democracia interna pero sin crear divisiones. "Las reglas ųofrecióų serán claras; los órganos confiables y el proceso transparente". Desde ahora envió un mensaje a los precandidatos: "Actuemos con madurez, sepamos ganar y sepamos perder, con lealtad al partido, a nuestras convicciones y a nuestra trayectoria partidista".
Insistió en que todos participarán y serán tomados en cuenta. "Y todos seremos responsables del proceso. Aceptaremos el mandato de los órganos del partido con disciplina y la voluntad de las bases con madurez. Nos uniremos en torno al ganador y venceremos en el año 2000".
Ratificó que a partir del 12 de abril comenzará a consensar las reglas de la elección del candidato presidencial, que estarán redactadas el 15 de mayo ųcomo lo "sugirió" Zedilloų y confirmó que podrá inscribirse en la contienda "todo el que cumpla" con los requisitos de elegibilidad (candados) que exigen los estatutos. Así, los tiempos marcados por el Presidente siguen iguales y la estrategia no variará.
Con relación a las fricciones que han surgido entre priístas que han competido por una candidatura, planteó que debe rescatarse "la mística del militante" para que el hecho de perder en una contienda interna no excluya "al perdedor". Para ello, dijo, deben crearse espacios de participación política para todos, pero delineó: "El PRI no le pertenece ni a un grupo, ni a un personaje, ni a una corriente nueva o vieja. El PRI es de los priístas".
Con la oposición, diálogo abierto
Asimismo hizo un "respetuoso llamado" a los dirigentes de la oposición a mantener un diálogo abierto y responsable como mecanismo para fortalecer la democracia, y anticipó que el tricolor no volverá a rehuir el debate con los otros partidos políticos. "No dejaremos libres los espacios. Nunca más en un foro, una silla vacía esperando a un priísta".
González Fernández desestimó la posibilidad de entablar con la oposición alguna negociación para suscribir un acuerdo de civilidad y gobernabilidad que, desde 1998, han planteado PAN y PRD. "Ya existe un acuerdo: se llama Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Que los otros partidos se acostumbren a seguir viendo al PRI por muchos años más y que aprendan a participar en la democracia ganándole al PRI, pero también perdiendo ante él".
Basado en el argumento de que el pueblo le sigue dando triunfos "no por tradición ni por conformismo" consideró que "hay PRI para el 2000 y para muchos años más".
Expresó que su partido si bien quiere ganar las elecciones federales del próximo año, no pretende con ello eliminar ni desaparecer a sus adversarios de la escena política, porque acepta y respeta a la oposición.
Por ello, dijo, el tricolor no pondrá en riesgo la estabilidad, la paz y la gobernabilidad de México en una elección. "Vamos a competir, pero con juego limpio, con respeto a las leyes, con civilidad".
A pesar de su exhorto a la oposición y de que pidió evitar la descalificación "total y ciega", no dejó de criticar, sin mencionarlos, a Vicente Fox y a Cuauhtémoc Cárdenas, cuando después de anunciar que su partido reagrupará fuerzas para ganar todas las elecciones, subrayó: "No hay bastiones de la oposición, ni hay contrincantes invencibles, así lleven dos o doce años en campaña".
Empero, aclaró que el Revolucionario Institucional ganará "por la buena, con la ley en la mano, sin trampas" y señaló que a partir de ahora el triunfo democrático será "la característica" de los nuevos tiempos del priísmo al demostrar que puede ganar votaciones "con unidad, sin divisiones; con claridad y sin dudas".
En su discurso se dio un espacio para saludar "con respeto y afecto" a Rodolfo Echeverría Ruiz y al senador José Luis Soberanes, quienes renunciaron a competir con él y Dulce María Sauri Riancho ųelecta secretaria general del CENų, así como para ofrecer un reconocimiento a la dirigencia de Mariano Palacios Alcocer, quien al término de la sesión no quiso hablar con nadie y se retiró de inmediato, y de Carlos Rojas Gutiérrez.
n El nuevo líder asume la presidencia del PRI entre acarreados, porras y matracas
En línea directa con Los Pinos, la liturgia se cumplió
Elena Gallegos n En el foro del auditorio Plutarco Elías Calles se hizo el tumulto. Entre el griterío, en medio del alborozo de las fuerzas vivas ųvivísimas para abrirse paso a codazos y zancadillas y alcanzar así al nuevo líderų, apenas si se escucharon los timbrazos del celular de Luis Farías Mackey. Llamaban de Los Pinos y a quien estaba del otro lado de la línea, siempre la línea, no se le podía, no se le debía hacer esperar... Entonces la fiesta del priísmo se detuvo y giró sobre la conversación.
Rodeado de muchos de los que minutos antes habían sido comparsas de un proceso en el que fue único contendiente, José Antonio González Fernández suspendió los abrazos y las promesas, y tomó el aparato. En ese momento de euforia, la cara ya no le bastaba para tamaña sonrisa: "šSí señor presidente! ųcomenzó a hacer la crónica del acto para Ernesto Zedillo--, la gente estaba muy contenta, muy animosa... después dimos el discurso..."
A su alrededor se hizo el silencio. González Fernández escuchó atento las frases del Presidente. Respondía a cada comentario con repetidos: "šSí señor!", "šmuy bien señor!", "šmuchas gracias señor!"
Enseguida, le detalló el resultado de la votación, aunque Zedillo ya lo sabía ų"se ve que habló antes con Mariano", comentó más tarde González Fernándezų, luego le dijo que le gustaría verlo pronto. El Presidente le pidió que le echara un telefonazo este mismo miércoles para fijar la hora del encuentro. Hasta ahí la comunicación de este martes de elección entre Los Pinos y el PRI. Faltaban diez minutos para las nueve de la noche. En menos de tres horas todo se había consumado.
El recién electo o Ƒelegido? ųlos mismos priístas jugaban con las palabrasų dirigente del PRI devolvió el celular a Farías. Estaba feliz. "šƑContento!?", le preguntaban, y él se regodeaba: "šCómo no voy a estarlo! šNo siempre se reciben felicitaciones del Presidente!"
Acto de elección del que todos supieron el resultado desde el mismo miércoles 17 en que presentaron su renuncia Mariano Palacios Alcocer y Carlos Rojas y la cargada se fue directita al despacho del secretario del Trabajo, cuyo nombre había sido filtrado desde la cúpula a columnistas y analistas, con insistencia y semanas atrás.
El escenario: antorchistas y ambulantes, llenaron la explanada del PRI. Llevaron pancartas, banderines y mariachis. No faltaron, aunque la dirigente esté presa, las huestes de Silvia Sánchez Rico. El PRI en pleno. Con sus acarreados, sus porras, sus matracas y sus cencerros.
Atildados, decenas de consejeros políticos ų344 aparecen en el padrónų se sorprendieron al enterarse que, por acuerdo de ellos mismos, la elección sería privada porque eso de la democracia a lo priísta también tiene sus límites. "Nada más esto faltaba ųalgunos se aventuraron en la protestaų una elección de a mentiritas y a escondidas"
Los reporteros se dieron gusto preguntando: ƑY usted por quién va a votar? Eso le dijeron al gobernador de ocho meses Humberto Lugo Gil. Este nomás sonrió y meneó la cabeza. Ellos mismos se chanceaban. El senador Dionisio Pérez Jácome se topó con el Chon Orihuela ųafamado operador electoralųy le soltó, en algo que quiso ser un sarcasmo: "ƑCómo viene la jugada? ƑQuién va a ganar?".
ųCreo que está muy reñido ųle devolvió Orihuela.
En el fondo, muchos lamentaban que Rodolfo Echeverría y José Luis Soberanes declinaran al debate y al combate. "Rodolfo perdió la oportunidad de nacer políticamente", comentó por ahí Ricardo Canavatti. Otro secundó: "El único que salió ganando fue el tío (Luis, el ex presidente), antes nadie podía ir a San Jerónimo, donde vive, porque lo besaba el diablo; ahora resulta que el diablo anda entre nosotros lleno de gozo".
Y en eso de cargadas, los informadores que cubren la fuente algo han aprendido. Cuando se acercaban al auditorio Mariano Palacios Alcocer y la plana mayor del priísmo los reporteros, a un grito, se sumaron para colarse. Eran decenas. Las puertas se cerraron. Quedaron atrapados Mariano, Carlos Rojas, Arturo Núñez, Elba Esther Gordillo, Leonardo Rodríguez Alcaine y el diputado jalisciense Francisco Javier Morales Aceves. Ni para atrás ni para adelante. Una priísta perdió, en la bola, su zapatilla.
Núñez protegió, como pudo, a Elba Esther. A Mariano se le encendió el rostro y ordenó que se abrieran los accesos. De lo contrario, González Fernández hubiera resultado electo o Ƒelegido? con muchísimas bajas en el camino.
A las seis de la tarde en punto se instaló la sesión. 265 consejeros estaban presentes. Había quórum. Veintitrés llegaron tarde, pero llegaron. Con el mismo telón de fondo ųuna réplica del mural de Siqueiros y la leyenda "Unidos Vamos al 2000"ų con el que celebraron sus 70 y elogiaron y aplaudieron a Palacios Alcocer y atestiguaron cómo el Presidente reivindicó para sí su derecho a participar en la designación del sucesor (así lo entendieron aquel jueves, así lo confirmaron ayer), los priístas acataron las señales dadas desde lo alto y votaron por González Fernández como el hombre, única opción puesta sobre la mesa, que habrá de conducir el proceso de procesos.
Para que no hubiera sospechas, consejero por consejero fue llamado por su nombre al frente. Las boletas, foliadas y firmadas, por aquello de las dudas, fueron entregadas con credencial en mano. En fin, todo el numerito. "ƑPara qué tanto cuento?", espetó uno de los electores. Enrique Jackson gruñó, defendió: "šEs el reglamento! Y nuestro proceso tiene una ventaja. En una hora tendremos resultados, no que los del PRD ya llevan dos semanas y no saben ni lo que pasó".
Y de los 288 que acudieron ųnadie vio ni a Irma Cué, ni a Alvaro Echeverría ni a Manlio Fabio Beltrones, entre muchos otros ausentesų, 262 cruzaron la única fórmula plasmada en las papeletas (con folio y todo); 23 anularon su voto en callada protesta y tres se quedaron con las boletas en el bolsillo, ya no las depositaron en las urnas.
Porque hubo urnas. Y transparentes. "šQué audaces somos!", estallaban las risitas burlonas en la butaquería. "ƑPor quién votó senador?", le preguntaron a Marco Antonio Bernal. "Mmm, esa duda es difícil de resolver", se quitó. En primera fila, Fernando Ortiz Arana ųpersonaje fundamental en la carrera de González Fernándezų recibía el interminable desfile de consejeros, era centro de reconocimientos y palmadas. Estaba de regreso en casa.
Correspondió a Gonzalo Martínez Corbalá ųjovencísimo en la foto de la credencial que le entregaron, tanto que él mismo dijo: "Seguro que la sacaron del archivo Casasola"ų dar el resultado final. Primero sólo se dio la cifra de los votos buenos. Hubo gritos entre los asistentes: "ƑCúantos nulos?, Ƒcúantos nulos?". Y más tarde, el recuento total.
Para Palacios Alcocer y Carlos Rojas tres fuertes, fuertísimos aplausos, uno de pie. Después todo fue para el ganador y su compañera de fórmula Dulce María Sauri. Vino también el discurso. Con otras palabras y a veces con las mismas, González Fernández rescató lo dicho por el presidente Zedillo en el último cumpleaños, el del 4 de marzo. Trajo a colación algunas frases de Luis Donaldo Colosio y habló de política y democracia.
Pero lo que más les gustó a los priístas fue el compromiso que adquirió: el de rescatar las posiciones perdidas, entre ellas, las nueve gubernaturas y el Distrito Federal. Un viejo priísta sintetizó: "Esa es la democracia que más nos gusta, la del carro completo. šBravo!, Pepe Toño".
Cuando todo acabó y apenas terminaron de cantar el himno nacional, los priístas se amontonaron en el foro para saludar al electo o Ƒelegido? Porque "estar aquí y no ser visto... šes como no haber venido!", sentenció Luis Martínez. Acompañado sólo por su secretario particular, Arturo de las Fuentes (El Diablito, le llaman), Mariano Palacios abordó su camioneta y se fue del PRI. Las fuerzas vivas ya no tenían ojos más que para el recién llegado.
Entre el tumulto, trepado en la mesa que había servido de presídium, Rafael Oceguera manoteaba, se enronquecía: "šLíder, líder! ųintentaba atraer la atención de José Antonio González Fernándezų, šacá están las bases!" Doña Prisciliana, cencerro en mano, conminaba al orden a funcionarios, legisladores, líderes de sector, ambulantes y antorchistas que, a codazo limpio, se abrían paso para alcanzar al elegido (Ƒo electo?).
Eduardo Andrade ya pasaba su lista de pendientes y en eso, en eso entró la llamada de Los Pinos al celular de Luis Farías Mackey. La línea, siempre la línea.