DINERO Ť Enrique Galván Ochoa

n Casablanca: la hora 0
n Los Angeles: encrucijada
n Coca Cola: alza cuaresmeña

Kevin Mitnick, pirata internético que ganó celebridad por ser el más buscado por el FBI, se declaró culpable el viernes pasado ante una corte federal de Estados Unidos. Mediante el recurso de admitir su culpa, sus abogados buscan una sentencia leve y esperan que salga de prisión a mediados del año 2000, no obstante que defraudó con varios millones de dólares a empresas tan conocidas como Motorola, Sun, Novell, Nokia e, incluso, a la Universidad del Sur de California. No todos condenan al joven pirata (35 años); hizo fraudes tan ingeniosos usando su computadora que en algunos sectores goza de admiración. Según información de The Wall Street Journal y Reuters, esta semana los abogados de Bancomer harían lo mismo. La institución se declararía culpable en el juicio que se le sigue, junto con Serfin y Confía (ahora propiedad de Citibank), en una corte federal de Los Angeles por el cargo de lavado de dinero del narcotráfico, resultado de la investigación Casablanca. Anticipándose, Bancomer creó desde mayo del año anterior una reserva por 200 millones de pesos para pagar cualquier responsabilidad. Es una decisión dura, difícil, para la institución que preside Eugenio Garza Lagüera, un empresario de gran prestigio, pero parece que es el camino más indicado para abreviar tiempo, escándalo y costos.

La encrucijada

Sin embargo, hay algunos inconvenientes. El principal se refiere a la imagen del banco. Es infortunado que cuando recibió luz verde para atraer mayor inversión internacional ųya tiene como socio a The Bank of Montrealų mediante el trading de sus acciones O, se vea en esta encrucijada. El otro inconveniente es que quedarían colgados de la brocha varios funcionarios del gobierno y del sector privado que brincaron en defensa de los bancos cuando estalló el escándalo Casablanca. El contrataque se armó en dos trincheras. Una: Casablanca había violado la soberanía nacional. Dos: la culpa era exclusivamente de empleados menores, no de los bancos. Así, el presidente Zedillo dijo en Ciudad Juárez: ''esto es inadmisible porque es una violación a nuestra soberanía''. Por su lado, la canciller Rosario Green anunció que había enviado una nota de protesta a Washington, aunque, curiosamente, la nota (si existió) nunca tuvo respuesta y quizá la desairó el Departamento de Estado. Carlos Gómez y Gómez, presidente de la Asociación de Banqueros, culpó a empleados menores. Y Eduardo Fernández, presidente de la Comisión Nacional Bancaria, el dizque fiscal de hierro, se quejó con Alan Greenspan, jefe de la Reserva Federal, porque Casablanca de algún modo significaba un juicio contra los controles y todo el sistema financiero mexicano. La vasta, encendida y a veces atolondrada defensa podría quedar en entredicho si los abogados de Bancomer concurren a la sala del tribunal, un año después de que estalló el escándalo, a aceptar su culpa.

Tenemos un e-m@ail

Como anticipé, hoy subiría de precio la Coca Cola en el DF, según confirma Wenceslao Humberto Ramírez (raswa@correoweb), quien ya recibió notificación de sus proveedores. A propósito de Coca Cola: la Comisión Federal de Competencia le negó autorización para incorporar a su línea de productos las marcas que vende Schweppes (Canada Dry, Peñafiel, Extra Poma y Balseca), pues ya controla una gran parte del mercado nacional (70 por ciento).

 

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