VENTANAS Ť Eduardo Galeano
La invasión
José Miguel Corchado tiene el cuerpo lleno de preguntas. Hace años que ha perdido la cuenta de la cantidad de preguntas que tiene, alfileres que lo lastiman y no le dan tregua, pero recuerda la tarde en que la primera pregunta ocurrió.
Fue en la ciudad de Sevilla, quizá con sol y con aroma de azahares: una tarde como cualquier otra, al cabo de una jornada de trabajo como cualquier otra. El iba caminando hacia su casa, a través del gentío, solo de una soledad como cualquier otra, cuando la primera pregunta apareció. Quiso espantarla, pero se le metió adentro. Y no lo dejó dormir en toda la noche.
Al día siguiente, José Miguel se sentó en una silla y anunció:
ųYo de aquí no me levanto, hasta que no me entere de quién soy.
Llevaba tres meses buscando, allí sentado, cuando lo llevaron al manicomio.