n El mandatario ordenó el arresto de Lino Oviedo
Aprobó el Congreso paraguayo el juicio político a Raúl Cubas
n Entre gritos de "Lino asesino" fue sepultado Luis María Argaña
Afp, Ap, Reuters y Dpa, Asunción, 24 de marzo n El gobierno del presidente paraguayo, Raúl Cubas, se tambaleaba al final de esta jornada luego de que el Congreso aprobó el juicio político del mandatario tras el asesinato, el martes en esta capital, del vicepresidente y rival político de Cubas, Luis María Argaña.
En un intento por frenar su enjuiciamiento, Cubas ordenó esta mañana el arresto de su mentor político, el controvertido general retirado Lino César Oviedo, cuando éste se presentó en el Palacio de Gobierno.
En un mensaje por radio y televisión, el presidente afirmó que había remitido a Oviedo a los tribunales militares "para que no se profundice más la crisis" política paraguaya, y dar finalmente cumplimiento a la orden de la Corte Suprema de Justicia.
Pero en un acto insólito, Oviedo salió hoy brevemente de la Guardia Presidencial, donde se suponía está arrestado, para explicar a la prensa que "sólo vine aquí para que se aclare mi situación jurídica". Los opositores y colorados disidentes interpretaron la orden de arresto como una maniobra de distracción, que no sirvió para evitar que la Cámara de Diputados aprobara, por 49 votos contra 24, el juicio político para destituir a Cubas por mal desempeño en sus funciones, tema que había sido pactado para debatirse el próximo 7 de abril.
Los legisladores fundamentaron su decisión en la negativa de Cubas a cumplir la orden de arresto de la Corte Suprema de Justicia contra el polémico ex militar, condenado a 10 años de cárcel por intento de golpe de Estado en abril de 1996.
De inmediato, el Senado se constituyó como tribunal para comenzar el juicio político y convocó a Cubas para que se presente a escuchar el alegato acusatorio la mañana del jueves. Si los senadores expulsan a Cubas de la presidencia, asumiría el cago de modo interino el presidente de la Cámara Alta, el argañista Luis González Macchi.
Esta noche, el mandatario anunció que enviará a sus abogados a la sesión de mañana y dijo no temer ser destituido, pues "yo ya tenía otro trabajo antes de venir acá".
En medio del agravamiento de la crisis, los restos de Argaña, acribillado a balazos la víspera cuando se dirigía en automóvil a su despacho capitalino, fueron inhumados en el cementerio de la Recoleta al grito de "Lino asesino" que proferían cientos de sus simpatizantes.
Los homenajes al vicepresidente en todo el país se caracterizaron por la presencia de dirigentes tradicionales del Partido Colorado, fundado el siglo pasado y conducido por décadas con mano de hierro por el ex dictador Alfredo Stroessner, ahora exiliado en Brasil.
Por su parte, el senador argañista Juan Carlos Galaverna denunció que hay personas vinculadas a los gobiernos de Argentina y Uruguay que son "cómplices" de Oviedo, en alusión a funcionarios relacionados con la represa paraguayo-argentina de Yacyretá, y el llamado del mandatario uruguayo Julio María Sanguinetti a Cubas para expresarle sus condolencias.
Mientras tanto, el comandante de las fuerzas armadas, general Eligio Torres Heydn, aseguró que "no hay motivo de preocupación" en las filas castrenses, al desmentir presuntos movimientos de tanques en regimientos de las afueras de Asunción. El jefe militar recordó además que, por decreto del jefe de Estado, las fuerzas armadas fueron comisionadas para trabajar en la investigación del asesinato junto a las fuerzas de seguridad.
La investigación del magnicidio no había avanzado en las últimas horas, aun cuando se difundieron los retratos hablados de los hombres que balearon a Argaña, y las fronteras continúan cerradas, mientras el gobierno anunció que pedirá ayuda a Estados Unidos para investigar el caso.
En este contexto, el país se encontraba virtualmente paralizado por una huelga general convocada anoche por las principales centrales obreras para exigir la renuncia de Cubas, pedido al que se sumaron los10 mil campesinos que llegaron ayer a la capital para reclamar la condonación de las deudas de pequeños productores.
Inquietud internacional
La comunidad internacional continúa inquieta por el futuro de la democracia paraguaya. Estados Unidos, Argentina y Brasil coincidieron en expresar su "grave preocupación" por la situación, según un comunicado de la cancillería brasileña que dio cuenta de contactos con la cancillería argentina y el Departamento de Estado.
A su vez, el presidente Bill Clinton instó a los paraguayos a poner de lado las diferencias políticas para preservar la democracia, al tiempo que condenó el asesinato de Argaña.
El presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, mostró mayor distancia respecto a la crisis de uno de sus socios en el Mercosur (junto con Argentina y Uruguay), al estimar que, mientras se respete el Estado de derecho, se trata de un asunto interno de Paraguay.
Recordó, sin embargo, que el Mercosur "tiene un compromiso absoluto con la democracia", en alusión a la cláusula que autoriza a excluir de esa unión aduanera al país que quiebre el orden constitucional.
Por su parte, los 14 países del Grupo de Río, máximo foro político de América Latina y el Caribe, manifestaron su deseo de que Paraguay continúe en la ruta democrática, mientras que el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, lamentó el asesinato del vicepresidente paraguayo, pero confió en que "la calma va a prevalecer".
Cronología de la crisis
22 de Abril de 1996: Lino Oviedo, entonces comandante en jefe del ejército, se resiste a la orden del presidente Juan Carlos Wasmosy de entregar el cargo, pero un día después depone su actitud tras la promesa del mandatario, luego incumplida, de nombrarlo ministro de Defensa.
Septiembre de 1997: Oviedo, quien ya es líder de un movimiento interno dentro del gubernamental Partido Colorado, gana las elecciones internas y designa a Raúl Cubas como su compañero de fórmula para las elecciones presidenciales de mayo de 1998.
Octubre: Wasmosy ordena el arresto disciplinario de Oviedo luego que éste lo acusa de ser el mandatario "más incapaz y corrupto" de Paraguay. Sin embargo, el ex militar pasa a la clandestinidad, y Wasmosy conforma entonces un Tribunal Militar Extraordinario para juzgarlo.
Diciembre: Oviedo se entrega.
Marzo y Abril de 1998: El Tribunal Militar Extraordinario condena a Oviedo a 10 años de prisión y Cubas se convierte en el candidato presidencial, a quien Luis María Argaña acompañará en la fórmula en virtud de haber sido el segundo más votado en la interna colorada.
Mayo: Cubas y Argaña ganan las elecciones presidenciales.
Agosto: Cubas cumple su promesa de campaña de liberar a Oviedo y conforma un nuevo Tribunal Militar Extraordinario, que dispone anular todas las actuaciones del tribunal anterior.
Febrero de 1999: La Corte Suprema, que ha hecho lugar al pedido de inconstitucionalidad del Congreso contra el decreto presidencial que liberó a Oviedo, emplaza a Cubas a que ordene el arresto del ex militar.
Marzo: El día 14, la convención colorada termina en una batalla campal entre oviedistas y argañistas. Tres días después, la Cámara de Diputados decide tratar el juicio político a Cubas en abril, pero el 24 de marzo, un día después del asesinato de Argaña, aprueba el proceso contra el mandatario.