n Obstaculizan el voto a sobrecargos de la ASSA
Ambiente de intimidación, en elecciones sindicales de TAESA
Fabiola Martínez n Cara a cara con el director general de Transportes Aéreos Ejecutivos (TAESA), Alberto Abed, "custodiados" por personal de seguridad privada y acechados en todo momento por una cámara de video, los trabajadores de esta aerolínea emitieron ayer su voto para elegir a sus representantes sindicales.
En esta contienda interna estuvieron el cetemista Angel Celorio, quien posee actualmente ocho contratos, sólo del sector aéreo ųincluido el de los 3 mil trabajadores de TAESAų y Alejandra Barrales, dirigente de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), gremio apoyado, en el lugar del recuento, por la Unión Nacional de Trabajadores y sindicalistas de Estados Unidos y Canadá.
Al inicio de la jornada, la empresa y el sindicato afiliado a la CTM aplicaron múltiples medidas para conservar el contrato colectivo, desde la instalación de un megasonido de 3 mil vatios de potencia ųpara opacar las protestas de los sobrecargos inconformes con su situación laboralų, amenaza de perros de ataque, la reja del lugar electrificada, vigilancia de un grupo "especial" de seguridad hasta el "apoyo" de unos 50 elementos de la policía auxiliar.
A pesar de la insistencia de la secretaria general de la ASSA y del representante de la autoridad laboral para que les permitieran la entrada a los sobrecargos, las rigurosas medidas de seguridad ųa las órdenes de la empresa y del sindicatoų obstaculizaron la afluencia de votantes.
Cuando por fin se permitió la entrada, cinco horas después de haber comenzado el proceso, un pequeño grupo de sobrecargos avanzó hasta la mesa de votación, en la que les esperaban el capitán Abed, altos ejecutivos de la empresa y las huestes cetemistas, quienes invariablemente anotaron en un folder de color verde el nombre y número de los empleados que "se la jugaron" al votar de viva voz por la ASSA.
Todo empezó a las ocho de la mañana, cuando los directivos de TAESA citaron al personal con derecho a voto (alrededor de mil 800) y les advirtieron ųdel mismo modo en que lo han hecho en las últimas semanasų que votar por un sindicato distinto al de la CTM "significaría el cierre de la empresa" y, en consecuencia, la cancelación de sus fuentes de empleo.
Dos horas después, los actuarios de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje iniciaron formalmente el recuento, con trabajadores "previamente seleccionados de acuerdo con su antigüedad y puesto"; todos ellos eran, por coincidencia, personal de tierra y pilotos, es decir, gremios con los que no había tenido contacto la asociación de sobrecargos.
En la puerta del local donde se realizó la votación y en el interior de éste había sólo propaganda del sindicato cetemista, en la que se advertía a los empleados: "šCuidado, compañero! Somos una línea aérea cuyos servicios y operación a bajo costo ha permitido que 341 mil mexicanos usaran el avión por primera vez en 1998. No podemos cancelarles esa oportunidad ni cerrar nuestra fuente de empleo".
Otros anuncios señalaban que "manos extrañas y de intereses oscuros pretenden evitar la restructuración económica exitosa de TAESA mediante conflictos intersindicales. šCuida tu fuente de empleo".
Y es que, según reconoció el propio capitán Abed, TAESA enfrenta un adeudo de cerca de 270 millones de dólares, principalmente con la Secretaría de Hacienda, y diversas instituciones crediticias como Banco Unión, Bancomer, Bital y Bancrecer. En este pasivo se incluyen adeudos por 160 millones de dólares en el Fobaproa, hoy Instituto de Protección al Ahorro Bancario.
Abed dijo que están comprometidas ųcon cartas de intención firmadasų inversiones en TAESA, provenientes de capital nacional y extranjero, de alrededor de 100 millones de dólares, por lo que el saneamiento financiero de esta línea aérea se prevé posiblemente para este año.
"Si en la empresa salimos delante de esta restructuración financiera, parte del dinero que va a entrar será para ver salarios; entonces, definitivamente, está muy tatuada la camiseta de TAESA en los empleados, y así lo van a demostrar el día de hoy", señaló Abed.
Sin embargo, en lo que no coincidió con Angel Celorio fue en la situación salarial, pues mientras el dirigente sindical apuntó que desde hace dos años no han tenido revisión de salarios, porque "estamos a la espera, y solicitaremos incremento cuando pasen las vacas flacas en la empresa", el empresario sostuvo que en noviembre pasado se otorgó 18 por ciento de incremento salarial.
Celorio tampoco informó cifras precisas respecto de los ingresos de los 300 sobrecargos de TAESA: "No es cierto que los compañeros anden tan mal. Bueno, no tenemos salarios para brincar de gusto, pero sus percepciones andan entre cuatro, seis y ocho mil pesos mensuales", dijo.
En cambio, comprobantes de nómina ųmostrados por los propios empleadosų señalan que un sobrecargo que comienza percibe un salario neto de mil 200 pesos quincenales, mientras que uno de máxima categoría (mayor A) recibe 2 mil 500 pesos quincenales. Los viáticos para este personal son de 25 pesos para desayuno, 45 para comida y 30 para cena.
Al final del recuento, los actuarios de la JFCA informaron que en el aeropuerto internacional de la ciudad de México, 876 sufragaron por el sindicato cetemista y 65 por la ASSA, la mayoría de éstos, sobrecargos.
"Esto es ilegal, injusto. Es una vergüenza que se utilicen estas prácticas de intimidación a los trabajadores en México. No lo puedo creer", repetía Barrales al término del proceso.