El que a hierro mata a hierro muere, reza la sabia frase empleada para instruir a aquellos que sin ninguna consideración actúan contra el prójimo, con el convencimiento de poseer invulnerabilidad ante situaciones similares. Sin embargo, todo cae por su propio peso. Hace un par de años, las quejas de deudores de la banca por el terrorismo que las instituciones financieras ųentre ellas Bancomerų ejercían sobre éstos, eran numerosas: desde amenazas telefónicas, hasta embargos domiciliarios. A tal punto llegaron las presiones de los bancos que no tomaban en cuenta la situación de solvencia de los deudores, que derivaron en asociaciones como El Barzón y la Asamblea Ciudadana de Deudores de la Banca, que por cierto, hoy cumple cuatro años de haberse formado. Pese al rechazo que los banqueros demostraron hacia la actitud de sus clientes, ahora los papeles parecen invertirse. En San Miguel de Allende, Guanajuato, Bancomer había firmado un contrato en el que se comprometía a realizar pagos como arrendatario de un edificio colonial, propiedad de El Diezmo de San Miguel SA de CV. Sin embargo, desde mayo de 1995, Bancomer dejó de pagar la renta, por lo que el Diezmo de San Miguel emprendió una demanda en su contra ante el Juzgado de Primera Instancia de lo Civil en esa ciudad. Esta acción culminó en una sentencia que establece que el contrato de arrendamiento celebrado hace diez años, aún tenía vigencia, razón por la que Bancomer debía cubrir las rentas suspendidas y los intereses legales. En una lógica respuesta, la institución apeló dicha sentencia, la cual fue confirmada más tarde por el magistrado de la Cuarta Sala Civil del Supremo Tribunal de Justicia del Estado (TOCA 90/97). Aún así, la institución bancaria tampoco aceptó ese fallo y presentó un amparo que resolvió en su contra el Primer Tribunal Colegiado del 16 Circuito, con lo que la decisión del juez civil de San Miguel de Allende quedó asentada. En octubre de 1998, este juez requirió a Bancomer, a través del actuario del Juzgado 34 del Arrendamiento Inmobiliario del Distrito Federal, el pago de rentas e intereses, a lo que éste ųconsiderado como uno de los principales bancos de Méxicoų respondió con una negativa, en plena alusión a la postura de El Barzón. Bancomer interpuso dos amparos, mismos que fueron resueltos en su contra por los Juzgados 2o. y 4o. (Expedientes 633/98 y 651/98, respectivamente) en materia civil del distrito. Ante la postura del ''no pago'' que ha adoptado esta institución, que en algún momento se mostró indiferente a la insolvencia de sus deudores, el juez de San Miguel de Allende ha ordenado una vez más la ejecución de la sentencia, en la que advierte al director general de Bancomer, Ricardo Guajardo Touché, que de negarse a cubrir su adeudo será arrestado ųen principioų durante 36 horas.
Melée
El significado re al que tendría el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre parte de los 8 mil millones de dólares, que vencerán en los próximos dos años y del que tanto se ha hablado, es que México no tendría que preocuparse por costosas renovaciones de deuda en el 2000, cuando verá una de sus elecciones más competidas. Por ahora, cerca del 70 por ciento de los 2 mil 700 millones de dólares del préstamo de contingencia, que vencían en abril del 2000 ųjusto antes de las elecciones de julioų fue refinanciado con la creación de tres diferentes instrumentos y con vencimientos más largos. Esto es benéfico para México en el sentido de que elimina cierta presión o carga del perfil de deuda en el 2000. De cualquier forma, un acuerdo con el FMI convendría al país, ya que aligeraría la presión en un año electorero crucial y permitiría una salida aparentemente digna para el actual mandatario. Tan evidente es el empeño de evitar presiones de deuda y alcanzar inflación y déficit bajos para concluir un sexenio sin cifras negativas, que apenas ayer el secretario de Hacienda declaró que, según él, en lo económico ''las cosas van muy bien''... Y es verdad que los indicadores económicos recientemente han mostrado una tendencia positiva, pero tampoco se debe omitir, como bien se hizo en París en el reciente encuentro de gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que aún no se ha logrado disminuir los índices de pobreza y de otros indicadores que muestran las carencias y necesidades de la población. De acuerdo con los informes dados a conocer en la asamblea anual del BID, en América Latina se concentra casi el 14 por ciento de la población mundial, y una cuarta parte de nuestros habitantes vive por debajo de la línea de pobreza. Nuestro producto interno bruto per cápita es casi tres veces menor que el de los países industrializados, pero triplicamos el ingreso del Africa Sudsahariana. Eso sí, destinamos casi el 30 por ciento de nuestro gasto público a los renglones militares y nuestras fuerzas armadas.
Ricardo Guajardo Touché, director de Bancomer
n Foto: María Luisa Severiano