n Concierto de La Negra en el Auditorio Nacional
Mercedes Sosa: cantando como lo
hago ahora, el tiempo no importa
n La intérprete superó una peligrosa enfermedad
Arturo Cruz Bárcenas n Una de las principales figuras de la denominada nueva canción latinoamericana, Mercedes Sosa, a quien cariñosamente sus amigos llaman La Negra, le da, como nunca, gracias a la vida. Ha superado, físicamente, el trance de una peligrosa enfermedad. Su canto, crudo y profundo, desgarrador, se escuchará hoy en el Auditorio Nacional, y el próximo domingo, en un concierto gratuito, en el Zócalo capitalino, acompañada de Eugenia León.
Ayer, en rueda de prensa hizo un reconocimiento a Amparo Ochoa (quien en un concierto realizado en Argentina mostró con su canto un México distinto, el de El Barzón, precisó), León Gieco, Violeta Parra, Charly García, Pablo Milanés, Milton Nascimento. Habló del exilio ųque ella padeció tres añosų, del conflicto en Chiapas ųal que, afirmó, ha estado ligada de una manera u otra, desde 1994ų, de la lucha por acabar con la impunidad y encontrar la justicia, y de la difícil y preocupante situación en que se encuentran millones de seres en el mundo. ''El dolor y la represión no se olvidan", dijo referiéndose a los regímenes dictatoriales.
Triunfo por la vida
A sus canciones, himnos para varias generaciones, como Alfonsina y el mar, La maza, Todo cambia, Sólo le pido a Dios, Luna Tucumana y Duerme negrito, ahora suma las de su nuevo disco, Al despertar (Mercury-PolyGram), que contiene temas como Vientos del alma, Desandando, Déjame que me vaya, Viejo corazón, Zamba para vos e Indulto.
Abogó por un canto sin fronteras, sin tiempo ni espacio.
Con precisión mencionó cuánto tarda en ir de un país a otro, en sus extensas y largas giras. ''ƑTe obsesiona el inexorable paso del tiempo?". ''No, cantando como yo canto ahora no importa el tiempo. Yo no sé si esta enfermedad me ha hecho bien... tenía que caminar con andador... estoy (lo dijo cantando) 'me preguntaron cómo vivía, me preguntaron: sobreviviendo, dije, sobreviviendo... šAy! Tararirá... Sobreviviendo... šsobreviviendo!". Los aplausos surgieron al unísono.
Al final triunfó la pulsión de vida, el optimismo, el canto al amor y a la belleza. Hoy un público heterogéneo (''y entonces pierden importancia las edades, los sexos y razas") la escuchará. Demos gracias a Mercedes, que nos ha dado tanto.