"No soy comparsa ni palero de nadie", afirmó Rodolfo Echeverría Ruiz, al registrarse como candidato a presidente nacional del PRI, como parte de la planilla Autonomía y Democracia, en la cual le acompaña el senador José Luis Soberanes Reyes como aspirante a secretario general.
Los aspirantes a dirigir el tricolor pidieron equidad en el trato, pero para nadie es un secreto que la clave para definir el ganador está en que se satisfaga otra de sus peticiones: que el voto de los más de 350 miembros del Consejo Político Nacional sea secreto.
El discurso de Echeverría Ruiz es un mensaje a sus compañeros de partido, pero sobre todo hacia fuera, pues en muchos medios de comunicación se aseguraba que el registro de esta fórmula tiene como único propósito legitimar el proceso de elección para que el ex secretario del Trabajo, José Antonio González Fernández, y su compañera de planilla, Dulce María Sauri Riancho, puedan presentarse como producto de un proceso democrático de elección interna.
Para muchos priístas, la súbita renuncia de Mariano Palacios Alcocer y de Carlos Rojas a las posiciones uno y dos de la jerarquía priísta y la postulación de González Fernández y de Sauri Riancho fue un dedazo que contradice los anunciados propósitos del presidente Ernesto Zedillo de democratizar la elección de dirigentes y de candidatos de su partido.
Por eso fue necesaria la precisión de Echeverría Ruiz, quien también se lanzó contra las críticas que lo hacen aparecer como un intento de su tío, el ex presidente Luis Echeverría Alvarez, de tomar el control del tricolor.
En su discurso de presentación, Echeverría Ruiz destacó su militancia de casi 40 años, pues según recordó empezó a pegar propaganda del tricolor antes de cumplir la edad para votar y desde entonces nunca ha dejado de trabajar para su partido.
Madrazo no renuncia
En el acto de registro de la planilla Autonomía y Democracia estuvieron, entre otros políticos, Augusto Gómez Villanueva, Jorge Salomón Azar, Manuel Fuentes Bove, Jorge Schiaffino, Raúl Ojeda, Agustín Basave, Celso Delgado y Manuel Aguilera Gómez, aunque estos dos últimos precisaron que lo hacían en su calidad, el primero, de secretario del Consejo Político Nacional y, el segundo, como integrante de la comisión encargada del registro de los aspirantes.
En opinión de los observadores, la otra fórmula tuvo más acompañantes y de mayor nivel, pero de cualquier forma eso no se consideró definitivo, pues se supone que tras Echeverría Ruiz y Soberanes están muchos destacados priístas.
Pero el registro de esta planilla no es una manifestación aislada de que importantes corrientes dentro del tricolor no admiten más el dedazo. Por ejemplo, casi al mismo tiempo se conoció un documento del gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo, en el cual manifiesta su desacuerdo con el dedazo.
Para sostener sus argumentos, Madrazo no tuvo que buscar mucho. Citó a su padre, el desaparecido Carlos A. Madrazo, que para muchos priístas es la personificación de los intentos por acabar con los métodos de control unipersonal del partido: "Mientras no comencemos eligiendo democráticamente a las dirigencias, jamás podremos estimular el apoyo ciudadano".
Roberto Madrazo agregó: "Cada vez que el partido toma decisiones desde la cúpula e impone candidatos o dirigentes, los priístas lo resienten y se alejan".