Eduardo Montes
La cita de mañana
Los cinco mil zapatistas que recorrieron el país para impulsar la consulta de mañana 21 de marzo muestran, una vez más, que los indígenas son indoblegables en su determinación de alcanzar metas de justicia y dignidad. El bloqueo militar abusivo y costoso, las amenazas constantes, las presiones atroces sobre los pueblos indios, los asesinatos y masacres; en suma, las diversas acciones militares, policiacas y políticas que algunos llaman guerra de baja intensidad o especial, organizada desde el gobierno federal, no han podido abatir la voluntad inquebrantable del EZLN y sus extendidas bases de apoyo.
Por el contrario pudieron romper el cerco político y militar, enviar a cinco mil hombres y mujeres a recorrer el país para promover la consulta a la sociedad sobre el destino de los acuerdos de San Andrés que el gobierno se ha negado a cumplir. Se dice fácil, pero se trata de una gran movilización social y política sin precedentes. Es una hazaña organizativa y política sacar de sus comunidades a miles de indígenas zotziles, tzeltales y de otras etnias de Chiapas para enviarlos a todos los rincones de México. En el pasado tuvieron lugar otras movilizaciones sociales, marchas sobre la ciudad de México, por ejemplo la caravana de mineros de Nueva Rosita Palau y Cloete, hace casi cincuenta años. Pero es difícil compararlas con la acción propagandística realizada por los grupos del EZLN en las principales poblaciones de México para pedirle a la sociedad que responda a varias preguntas relacionadas con el destino de los pueblos indios y consecuentemente con el destino de la democracia, la justicia, la libertad y el derecho para todos los mexicanos.
Junto con una franja importante de simpatizantes de su causa, de grupos políticos, partidos, intelectuales y artistas, los zapatistas hicieron su tarea: nuevamente llevaron a la mesa de discusión de los asuntos nacionales el conflicto en Chiapas y pusieron en jaque al gobierno. Este responde nervioso e irritado. Zedillo y su "tapado" de Gobernación además de hacer declaraciones absurdas en un intento por desacreditar la consulta, promueven que su iniciativa de ley en materia de derechos de los pueblos indios, muy lejana de los acuerdos que firmó en San Andrés con el EZLN, sea discutida y aprobada en el Congreso de la Unión. Confía en la incondicionalidad de la mayoría de diputados y senadores priístas y de sus aliados estratégicos en Acción Nacional.
Pero aunque sea aprobada esa iniciativa, el conflicto no se resolverá; no puede resolverse sin la participación de los zapatistas, de todos los pueblos indios y otros actores políticos principales y al margen de buena parte de la opinión pública. De la misma manera que se torna cada día más difícil para el gobierno llevar a cabo su decisión de privatizar la industria eléctrica. No puede ignorar la opinión en contra de sectores cada día más anchos de la sociedad, incluyendo a militantes del partido oficial. Ciertamente el doctor Zedillo puede, con priístas y panistas, construir una mayoría en las cámaras y sacar adelante sus proyectos, pero ello no hará sino echarle más leña al fuego y abrir cuentas que más tarde o más temprano, el año próximo, deberán pagar él y su grupo.
Los zapatistas convocaron a la consulta y sus enviados han realizado una importante labor de convencimiento. Mañana tendrá la palabra la sociedad. Confiamos, deseamos que millones de mexicanos y mexicanas acudan a las mesas de consulta para responder a las preguntas del zapatismo que está dando una nueva lección de dignidad y firmeza.
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