n Los tarahumaras acuerdan apoyar la consulta
En Chihuahua, primer encuentro entre el rarámuri y el tzeltal
Blanche Petrich, enviada, Bocoyna, Chih., 18 de marzo n En la comunidad de Bawinokachi se produjo el primer encuentro entre el rarámuri y el tzeltal. Los aironazos y el aguanieve empujaron a la asamblea, que estaba prevista al aire libre, al interior del comedor de un internado de religiosas. Ahí se amontonaron casi 120 pobladores para recibir la visita de dos chiapanecos, Roger y Zenaida, él de pasamontañas negro, ella de azul.
Dialogaron. Se asombraron mutuamente. Y la asamblea resolvió entonces unánimemente que sí, que claro que sí estarán ahí todos el domingo para participar en la consulta nacional sobre los derechos indígenas.
Varias asambleas después el diálogo ha ganado en profundidad. Y los rarámuris van sacando y externando sus conclusiones. En la reunión de Rejogochi, aún más numerosa, un gobernador dijo a los chiapanecos: "Si nosotros los apoyamos a ustedes, nos estamos apoyando a nosotros mismos. Porque ya vimos que somos lo mismo".
Murmullos en la reunión. Los tarahumaras hablan entre sí, en voz alta, todos al mismo tiempo. Después otro espacio de silencio. Y vuelve a hablar el gobernador, que es el líder político y espiritual de cada comunidad: "Ellos también son rarámuris. Son muy cercanos a nosotros".
Casi la mitad, cinco de once municipios de la zona tarahumara chihuahuense, son cubiertos por las giras de promoción de las bases sociales del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. A Roger, de 20 años, y a Zenaida, de 17, les tocó Bocoyna. O otros les toca recorrer Guadalupe y Calvo, donde conviven rarámuris y odames (tepehuanes), donde a pesar del aislamiento y las distancias se organizaron dos brigadas, la de Baborigame y la de Chinatú. Hay más parejas de hombres y mujeres de rostro de estambre recorriendo este mundo de rocas, picos montañosos y profundas barrancas, por Urique, Guachochi y Carichic. Experiencias similares a éstas, las de Bocoyna.
La consulta nos corresponde: Dibildox
El obispo de Tarahumara, José Luis Dibildox, abrió brazos, corazón y las puertas de todas sus parroquias a esta iniciativa desde el primero de marzo. En esa fecha mandó distribuir en mercados, iglesias y por doquier una exhortación pastoral en la que señala que la consulta nacional "es algo que nos corresponde a todos los que deseamos un mundo más fraterno y más justo".
Agrega el obispo: "Un cambio en México, como el que suponen los acuerdos de San Andrés Larráinzar, nos cambiaría a todos. Un cambio en el país, que asegure un lugar justo y digno a los indígenas, nos puede ayudar a salir del individualismo y ser más responsables en la vida de los demás". Solidaridad total.
"ƑQué no vienen ustedes a hacer la guerra?" El lunes llegaron del sur profundo en autobús. Algo verdes, fueron recibidos en la capital estatal por los distintos responsables de cada municipio. El padre Javier Avila fue el que transportó a Creel, este pueblo que parece escenario de un poblado de far west. La casa del párroco don Lupe Alfaro se abrió para su primer descanso. Al día siguiente empezaron las asambleas. Una, la primera, fue con mestizos de Sisoguichi. La segunda fue ya una inmersión al mundo rarámuri, en Bawinokachi.
Con timidez la gente expresaba los temores sembrados por la desinformación. Que ellos no quieren la violencia. Que no quieren tomar tierras que no son las suyas ni levantarse en armas. Dos médicas mestizas preguntaron que si con su presencia no arriesgaban a la población a represalias.
"ƑNosotros? No, queremos lo mismo que ustedes. Paz con justicia y dignidad". Fue el primer discurso zapatista, pronunciado siempre por Roger. Dos horas después había alivio. Y decisión de acudir el domingo a la consulta.
Segunda reunión en Sisoguichi, en la enorme secundaria que mantienen ahí los jesuitas, lleno total. Ahí la gente ya empezó a identificar a los que dispersaron los rumores sobre las intenciones violentas de los zapatistas. "Fueron los caciques y los de las tiendas. Por eso ellos no están aquí.
Nuevo intercambio a profundidad. De despedida Roger y Zenaida en agradecimiento cantaron su himno. "Ya se mira el horizonte".