Luis Javier Garrido
La consulta

El fracaso de Ernesto Zedillo para boicotear la consulta zapatista ha contribuido a recrudecer su autoritarismo, y en este quinto año el gobierno se hunde en un desastre cada vez mayor.

1. La Consulta sobre los Derechos de los Pueblos Indios y el Fin de la Guerra de Exterminio a la que convocó el EZLN para el domingo 21 de marzo es ya, desde ahora, un gran éxito, pues ha constituido el mayor ejercicio de diálogo de los mexicanos con nosotros mismos en nuestra historia reciente.

2. El cerco militar fue roto por la salida de los 5 mil zapatistas, y de lo que el gobierno no se ha dado cuenta es que el cerco informativo está siendo también abierto por las actividades de esos campesinos indígenas en todos los rincones del país. Al mismo tiempo que el responsable oficial de ``controlar'' a los medios, Emilio Gamboa Patrón (subsecretario de Gobernación), multiplica las órdenes a la prensa escrita y audiovisual de no cubrir las actividades de los zapatistas encapuchados, ellos están entrando en contacto con estudiantes, obreros, empleados e intelectuales y sus actividades están siendo cubiertas por muchos diarios e incluso por radio y televisión ante la cólera de los funcionarios públicos.

3. Las autoridades buscaron la complicidad de aquellos partidos, empresarios y organizaciones sociales que están todavía subordinados al poder, para boicotear la visita de los zapatistas, pero ellos encontraron la solidaridad de muchos otros sectores de la sociedad civil. Desde Bucareli se conminó al club Cruz Azul a que no facilitara su estadio para el juego amistoso de futbol de los zapatistas con ex jugadores de primera división, y éste se efectuó con enorme éxito y cobertura internacional en la Ciudad Deportiva. Exigió a las cúpulas empresariales que colaboraran a aislarlos, pero éstas decidieron recibirlos en el Club de Industriales. Presionó al University Club para que cancelara un desayuno que reuniría a los visitantes con la prensa internacional y sin embargo el encuentro se efectuó en otra parte. Quiso que se ignorara su visita, y ésta resultó un acontecimiento histórico.

4. El gobierno no ha ocultado que sus intereses lo confrontan con la sociedad civil, y que en un régimen político en el que las leyes se redactan por oscuros técnicos, el hecho de que la sociedad mexicana busque expresar su punto de vista por un mecanismo de democracia directa resulta altamente subversivo, como lo evidenció Francisco Labastida (secretario de Gobernación), al precipitarse en descalificar a la consulta por estar supuestamente ``amañada'' (11 de marzo) y convertirse en el hazmerreír de todos.

5. Ernesto Zedillo, a su vez, no ha podido ocultar su cólera por el viaje de los zapatistas, y así se decidió a reiterar sus amenazas en una nueva visita a Chiapas (17 de marzo), que ambientada en el marco escenográfico que le preparó El Croquetas Albores le permitió asumirse una vez más en La Isla de la Fantasía, lo que mucho contrastó con la calurosa acogida que han tenido los zapatistas en toda la República. El llamado que hizo ``al Congreso'' en Las Margaritas para que apruebe la que se conoce como ``Ley Zedillo'', fue en realidad una orden a la que en los últimos meses ha venido calificando como ``su mayoría'' legislativa (la mayoría PRI-PAN) para que apruebe ese texto, que ni remotamente recoge los Acuerdos de San Andrés y en nada se parece al proyecto de la Cocopa, y que de ser aceptado no resolvería sino agravaría el conflicto situando al país más cerca de la guerra. Zedillo podría pretender en el exterior que ``ya cumplió'' (pues aquí nadie se lo creería), pero los costos para México serían muy grandes con esta provocación.

6. El gobierno ``de Zedillo'' no ha terminado de entender que se halla en una difícil posición, pues no sólo ha estado trasgrediendo la legislación mexicana en materia de derechos humanos sino también las leyes internacionales: ha violado los derechos de los pueblos indios, de las comunidades, y de todos los que aspiran a vivir con dignidad, pero también los derechos de las organizaciones sociales y de la Iglesia católica, como resulta evidente al revisar el volumen Comunicados de la Conai de 1994 a 1998 (312 pp.), recientemente publicado, y la consulta podría brindarle una salida airosa de la guerra en la que se ha empecinado.

7. La consulta del 21 de marzo va a ser, por lo mismo, un llamado muy fuerte de la sociedad civil: a) a la comunidad nacional e internacional sobre la situación de los derechos de los pueblos indios, y b) a quien ocupa el Ejecutivo para que cumpla con su palabra empeñada y se aleje de las tentaciones autoritarias. Pero también, c) a los legisladores de todas las fracciones parlamentarias para que legislen conforme a los intereses nacionales y manden obedeciendo.

8. La consulta sí es legal, pues no hay un solo principio en nuestras leyes que se oponga a que la sociedad civil organice un ejercicio democrático de este tipo. Al afirmar lo contrario, lo que se quiere decir es que no tiene un carácter impositivo para el gobierno, y es aquí donde cabría preguntarse: ¿es que acaso lo tienen las leyes? ¿Qué está el gobierno obedeciendo a la Constitución, o respetando pactos, acuerdos y tratados internacionales como el 169 de la OIT, que como todo mundo sabe va más allá de San Andrés?

9. El gobierno no quiere ver ni oir a los pueblos indios y mucho menos a los zapatistas, pero tampoco a la sociedad civil, y aun así la consulta es una ocasión excepcional para decirle que vamos a detener la guerra. Pero sobre todo para algo mucho más importante: para refrendar ante nosotros mismos que queremos construir otro país.

10. Tras el 21 de marzo, otra vez volverá a ser el principio.