Julio Moguel
Claves de la consulta zapatista
La consulta zapatista será una bocanada de aire fresco en el ambiente político nacional, enrarecido desde hace unas semanas por el desboque de los tiempos electorales, las elecciones internas del PAN y del PRD, el cerco político y económico contra el gobierno democrático de Cárdenas, las elecciones fraudulentas en el estado de Guerrero, las renovadas iniciativas privatizadoras del gobierno de Ernesto Zedillo, el conflicto en torno a las cuotas en la UNAM y la nueva ofensiva antindígena y antizapatista del desgobierno del señor Albores (concentrada en la iniciativa de reformas constitucionales para imponer una ley en el tema de las comunidades indias).
Y será una bocanada de oxígeno porque representa y representará, sin lugar a dudas, una fórmula de movilización y de acción social inédita, capaz de reanimar ese espacio de la participación política y civil que, ubicado en el piso de los de abajo (para utilizar una figura del subcomandante Marcos), parecería ser invisible para la mayor parte de los actores políticos nacionales, incluyendo en ello, por desgracia, a importantes vertientes de la denominada izquierda partidaria.
La consulta ya ha movilizado ųy movilizará aún con mayor fuerzaų a núcleos y sectores ajenos al encuadramiento corporativo y al de la organización de los partidos, en la perspectiva de construir una plataforma de acción de la sociedad civil diferente, aunque de ninguna manera contrapuesta, a la de ''la coyuntura electoral''. Por ello es que la acción de la consulta se dirige, privilegiadamente, hacia los obreros, campesinos, amas de casa, cocineros, colonos, pescadores, taxistas, indígenas de otros lados, artistas, intelectuales, homosexuales, lesbianas, desempleados, chavos banda, mujeres trabajadoras, para decirles ''tu mundo existe y merece reconocimiento''. ''Lo que se está organizando ųdirá el subcomandante Marcosų es una coyuntura. El crimen masivo, indignante, de Acteal, impuso una coyuntura de movilización. Ahora tratamos de ser nosotros quienes creemos una coyuntura. Un objetivo de la consulta es construir esa coyuntura de movilización'' (entrevista de Hermann Bellinghausen al subcomandante Marcos, La Jornada, 12 de marzo de 1999).
Lo que el EZLN propone con la organización de la consulta es salirse de la lógica estrecha de lo electoral, no para enfrentarse a ella sino para ''decir que el principal problema del país no debe ser la clase política, sino la gente, el pueblo, y su lugar en la política. Queremos ųsubraya Marcosų decirles a los partidos y a sus corrientes, a los poderes de la Unión, que lo que estará en juego en el 2000 es el lugar y el peso de la gente''.
En dicha perspectiva, cabe resaltar la particularidad inédita de la consulta: cinco mil indígenas-palabra-espejos recorrerán todo el país en barcas grandes, medianas y pequeñas construidas con el material vivo y activo de cientos o miles de comités civiles, que multiplicarán con su solidaridad y participación directa el mensaje que los delegados zapatistas llevan pegado a la piel con su color cobrizo, y el que llevan desde su voz por el derecho indígena.
Como acto cultural de grandes vuelos, la consulta zapatista pondrá de nueva cuenta en el centro del escenario político del país el tema de lo diverso o de la diferencia ųexpresada en la otredad indígena y en el concepto y práctica de la autonomía indiaų como elementos clave de cualquier proyecto que realmente pretenda la reconstrucción de lo nacional y la defensa de nuestra soberanía. No se dirige, en consecuencia, a dar visibilidad a una propuesta marginal y secundaria, propia de agendas y de apuestas parroquiales, sino a dar la mayor presencia y resonancia posibles a una idea nueva de nación. Por ello es que la presencia zapatista a lo largo y ancho del territorio del país compete a todos, involucra a todos, y debe comprometer a todos en acciones de solidaridad, apoyo y participación activa.