Arnoldo Kraus
Otra carta a la sociedad civil
No hay duda que tanto el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa (FLO), como el coordinador gubernamental para el diálogo en Chiapas, Emilio Rabasa Gamboa, tienen razón. Han dicho que la consulta zapatista es "absurda y amañada", que (FLO) "... yo ya sé el resultado de este tipo de encuestas absurdas, Ƒusted quiere ser rico o pobre?, Ƒquiere estar triste o contento?, Ƒfeliz o infeliz?". Rabasa, por su parte, criticó las preguntas por ser demasiado obvias.
Si repasamos las cuatro cuestiones (vide infra) y honramos justicia y lógica, es evidente que Labastida y Rabasa tienen fundamentos para preocuparse: se requeriría demasiado descaro y una inmensa dosis de racismo para responder negativamente.
Pero, es lícito también afirmar, y esto será una prueba cuyo resultado sólo se podrá evaluar al finalizar la consulta, que uno de los principales motivos de la encuesta es poner a prueba a la sociedad civil.
El sondeo medirá, entre otras cosas, la politización de la comunidad, el contento o descontento con el actual gobierno, la capacidad de mantener viva y vigente la conciencia de la sociedad después de cinco años, y, finalmente, será un adelanto para las elecciones del año 2000. Todo esto, en un escenario en el cual uno de cada dos connacionales es tan pobre que no hay tiempo siquiera para reparar en los males de los otros.
Lo cierto es que si quisiéramos honrar los valores supremos de sociedades y naciones, como son ética, dignidad, justicia ųsiempre la justiciaų y en esta ocasión equidad, el gobierno podría realizar una consulta paralela a la zapatista. Censo en donde también se formula- rían cuatro preguntas no obvias y no absurdas.
Igualar oportunidades es un ejercicio democrático y digno de cualquier nación que aspira, como lo hemos oído infinidad de veces, a ingresar al Primer Mundo. Encuestas al unísono, del gobierno y de los zapatistas, durante tiempos similares, en el mismo México, bajo vientos idénticos, podrían ser pllatillos equitativos de una balanza cuya barra sería la sociedad civil.
Este ejercicio, dos encuestas, dos grupos, una sociedad, serviría de síntesis y puente para delimitar los linderos de la terquedad del EZ, del "amañamiento y la obviedad", contra la retórica zapatista y los factores emotivos incluidos en las preguntas.
Es probable que ese tipo de actividad menoscabaría nuestras tradiciones; manipuleos, acarreos, despensas, amenazas, sustos, guardias blancas y, con suerte, no más Acteales o Aguas Blancas.
En honor de la transparencia y evitando maniqueísmos atávicos, reproduzco las cuatro preguntas de los zapatistas y a continuación sugiero, sólo sugiero, cuatro incisos que podría explorar el gobierno.
En la consulta propuesta por el EZ deberá contestarse:
1. ƑEstás de acuerdo en que los pueblos indígenas deben ser incluidos con toda su fuerza y riqueza en el proyecto nacional y tomar parte activa en la construcción de un México nuevo?
2. ƑEstás de acuerdo en que los derechos indígenas deben ser incorporados en la Constitución nacional conforme a los acuerdos de San Andrés y a la propuesta correspondiente de la Comisión de Concordia y Pacificación del Congreso de la Unión?
3. ƑEstás de acuerdo en que debemos de alcanzar la paz verdadera por la vía del diálogo desmilitarizando al país con el regreso de los soldados a sus cuarteles, como lo establecen la Constitución y sus leyes?
4. ƑEstás de acuerdo en que el pueblo debe organizarse y exigir al gobierno que "mande obedeciendo" en todos los aspectos de la vida nacional?
El fiel de la balanza gubernamental podría inquirir:
1. ƑEstás de acuerdo con la calidad de vida "promedio" de la población mexicana?
2. ƑEstás de acuerdo que el deterioro de la vida ųinseguridad, violencia, migraciónų sólo mejorarán cuando corrupción e impunidad desaparezcan?
3. ƑEstás de acuerdo en que la paz verdadera dependerá de la resolución de conflictos como los suscitados con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional o con el Ejército Popular Revolucionario?
4. ƑEstás de acuerdo con que el gobierno decida sobre asuntos como el Fobaproa, la privatización de la industria eléctrica o recortar el presupuesto para el Distrito Federal?
Confieso que hay sesgo en las últimas cuatro preguntas y que seguramente no representan las preocupaciones fundamentales del poder. Todas son modificables y mejorables.
Como escribí hace poco en otra carta a la sociedad civil, los síes, los noes o los no sé no deben ser motivo de preocupación. Lo crítico es que la comunidad hable, que el gobierno confronte a la sociedad civil y se autoconfronte con estadísticas transparentes, adecuadas y sin maña.
Las preguntas y sus respuestas son, efectivamente, efímeras. En cambio, el país no puede seguir siendo circunstancial.