n La Muestra de Cine de Guadalajara rindió culto a la legendaria actriz


Katy Jurado, una reina sonriente que externó su alegría de vivir

n Publican libro sobre la trayectoria de la intérprete escrito por García Riera y González Rubio

Arturo García Hernández, enviado, Guadalajara, Jal., 16 de marzo n Es una reina sonriente y conmovida por la explosión de aplausos que la reciben. Manda besos a distancia. Saluda a amigos y conocidos. Sus ojos brujos que el cine volvió inolvidables barren a la audiencia con su fuerza y picardía. Disfruta su calidad de actriz (''actriz, no estrella") legendaria. Nadie diría que hace ocho meses estuvo gravemente enferma, a punto de morir.

Hoy Katy Jurado externa su alegría de vivir. Es la homenajeada principal de la Muestra de Cine de Guadalajara, cuyos organizadores han publicado el libro El cine de Katy Jurado. Los autores son Emilio Garc’a Riera y Javier Gonz‡lez Rubio. Es la presentaci—n. La œnica actriz mexicana nominada para un Oscar, la œnica que ha ganado el Globo de Oro, la que comparti— crŽditos con Gary Cooper, Marlon Brando, Spencer Tracy, Kirk Douglas, entre una larga e impresionante lista.

 

Orgullo del séptimo arte nacional

 

Katy Jurado toma la palabra: "Hace ocho meses me operaron y no sab’an si iba a vivir. PasŽ 21 d’as en cuidados intensivos. Me hicieron cuatro operaciones delicad’simas. Y me salvaron. Yo les dec’a Ôpara quŽ, si yo ya estoy de salida, dŽjenme ir". Me dec’an que todav’a ten’a que hacer algo. Y me habl— mi amigo (Javier Gonz‡lez Rubio) para decirme que me iba a hacer un libro. Y empezamos a platicar (por telŽfono; aœn no se sent’a bien). No pensŽ que podr’a hacerlo. Y que ahora podr’a caminar, arreglarme mis ojos y el chongo, tomar un avi—n y poder estar aqu’ con ustedes. Fue algo milagroso para m’ el poder venir y encontrar tanto cari–o como el que estoy recibiendo aqu’ de seres que para m’ significan mucho.

"Ustedes me est‡n dando, en este momento, el volver a la vida, el deseo otra vez de seguir trabajando y darles algo de lo que todav’a me queda en el coraz—n. No sŽ m‡s que actuar. Es lo que he hecho en estos 56 a–os que llevo de carrera. Siempre estarŽ, esto significa mucho: el deseo de vivir."

Jorge Fons y Pedro Armend‡riz Jr. son dos de los amigos que la acompa–an en el acto. Fons, quien la dirigi— en los filmes Caridad y Los alba–iles, describe "a un ser maravilloso, a una actriz rotunda, tan cabal, tan completa, tan c‡lida, tan emotiva, que se necesitan muchas p‡ginas para poder abordarla".

Eso no impide a Fons reconocer que el libro de Garc’a Riera y Gonz‡lez Rubio "tiene la virtud de no contextualizarla, sino de dejar que Katy se exprese, nos cuente cosas de s’ misma, de lo que a ella le duele, de lo que ella ama, los hombres y su trabajo (...) Del libro se me qued— muy grabada una cosa que ella nos confiesa: que siempre fue una mujer triste y al mismo tiempo una mujer con mucho sentido del humor y con mucha bravura. Me conmueve mucho que lo diga porque de alguna manera yo siempre lo supe. Eso fue lo que entend’ de Katy Jurado como creadora y siempre intentŽ que esas tres grandes vertientes de su ser quedaran fuertemente impresas en el trabajo que hicimos. Ca’ en la cuenta de que las dos pel’culas que hice con ella, Caridad y Los alba–iles, pierde a su hombre, a su ser amado y se vuelve una fiera y un mundo de dolor. Me conmueve profundamente por su gran trabajo interpretativo. Siempre la recordarŽ como una gran creadora, orgullo de la cinematograf’a mexicana".

Mar’a Cristina Estela Jurado Garc’a ("morena agitanada", la describe Gonz‡lez Rubio) tuvo en Pedro Armend‡riz a su mejor amigo. En ausencia de aquŽl, Armend‡riz Jr. evoca aquella amistad:

"Recuerdo de Katy Jurado que en Hollywood desat— pasiones, resquebraj— corazones. Fue una sombra mexicana que pas— y acab— con los hombres y con todas las pasiones. Eso fue lo que le pas— a mi pap‡, que fue su gran amigo. Katy fue la primera mujer que lleg— a visitar a mi madre cuando mi padre se muri—. Hoy le doy un beso y le digo: te queremos mucho.

Hoy Ðdice Gonz‡lez RubioÐ la actriz "tiene 74 a–os y muchos recuerdos y poca nostalgia, y el dolor profundo, indesprendible, por la muerte de su hijo".

Esa Katy es la que se queda en el estrado de la presentaci—n (en el Museo Regional de Guadalajara). Ofrece aut—grafos y recibe admiraci—n. Se las arregla para responder algunas preguntas.

ÐÀPor quŽ se considera una mujer triste?

ÐPues, pienso que todos los actores somos neur—ticos y... Ah’ hay mucha soledad. TrabajŽ mucho, no ve’a mucho a mis hijos. DespuŽs ya mi hijo se mat—. Sientes que tu trabajo te ha quitado tantas cosas que otras mujeres pueden tener.

ÐÀTiene usted deudas con el cine?

ÐÀDeudas? ÁNo! El cine las tiene conmigo (r’e). No me pagaban muy bien cuando empecŽ; 25 pesos diarios, o 50.

 

Volver a los sets

 

ÐDeudas emocionales, afectivas.

ÐBueno, es una cosa preciosa. Tenemos la oportunidad de desdoblarnos en tantos personajes que de verdad que la mayor’a de las personas no tienen. Es un desdoblamiento. Y ya cuando se va de ti un personaje, me siento vac’a y tengo que regresar a ser Mar’a Cristina Jurado, para volver a otros personajes que tambiŽn se van a llevar algo de m’.

ÐAlgo que la hace diferente de todas las actrices de su generaci—n es la fuerza en pantalla y la fuerza en persona...

ÐNo se puede decir eso, porque todas las actrices tienen alguna cosa particular...

"Antiguamente, en Hollywood se peinaban distinto, se vest’an distinto. Yo nac’ como soy y si alguien cree que soy distinta... Bueno Ápues s’ soy! ÀPara quŽ voy a ser hip—crita? Y no es que me sienta yo superior o crea que soy mejor actriz que otras, o bonita o guapa. Soy yo. Alta, chueca, ahora m‡s viejita, m‡s gordita. Soy yo.ÕÕ

ÐÀLe gustaba verse deseada?

ÐNunca fui eg—latra, que me sintiera Áay! No.

ÐPero se sab’a guapa.

ÐLo sab’an los hombres (carcajada). Bueno, me encantaba. Parec’a que era muy agresiva pero en el fondo hab’a mucha inseguridad. Ah’ tienes que ponerte una pared para luchar y ser fuerte.

"Adem‡s, imag’nate con tantos galanzotes. A m’ me ayud— mucho haber nacido de la familia que nac’, haber tenido la religi—n, haber sido mexicana.

"Ese orgullo lo llevŽ a Estados Unidos. Eso hizo que yo no fuera, como ahora dicen muchos que es, de promiscuidad. Y s’ me gustaban. ÁTen’a yo derecho! Pero llegaba a mi habitaci—n del hotel, me daba un ba–o de agua fr’a y se me quitaba todo.ÕÕ

Se queda Katy Jurado, feliz. La actriz descansar‡ unos meses y despuŽs volver‡ a los sets. Ya tiene propuestas. En su momento las dar‡ a conocer.