n Ballet por la vida, obra con la compañía de Béjart en el Festival del Centro Histórico


Vencer el ego, máximo reto del bailarín: Gil Roman

Mónica Mateos n Maurice Béjart, uno de los coreógrafos más importantes de este siglo, ha dicho que si en el arte no hay búsqueda espiritual no se puede hablar de arte. Con cada uno de sus ballets, asegura, abre una puerta para ir más lejos en ese laberinto ''que hay que recorrer aunque a veces sea muy difícil, a pesar de los fracasos o de las caídas anteriores".

Por eso le importa que sus obras se presenten en las calles, para que lleguen a las personas que no acuden con frecuencia a los teatros. Por eso, además del espectáculo que hoy se presenta para un selecto público en el Palacio de Bellas Artes, el Béjart Ballet Lausanne clausurará el 15 Festival del Centro Histórico en la Plaza de la Constitución, con un espectáculo que le apuesta a la vida, al futuro, al amor sin prescindir de los recovecos oscuros.

 

Cultivar el espíritu

 

Aunque Béjart se encuentra en Japón preparando una próxima gira, sus lecciones son llevadas a cabo en México por Gil Roman, mano derecha del coreógrafo francés y su fiel discípulo desde hace 20 años. Bailarín y comediante, Roman trabaja con disciplina y pasión. Afina detalles para el estreno en el Distrito Federal del Ballet por la vida, pieza ''que trata de mostrar el problema que vivimos en materia de sida. La música de Mozart y Freddy Mercury es el espíritu de la coreografía porque es la obra de personas que han muerto muy jóvenes y que convirtieron su vida en un meteorito. Y también es la certeza de Béjart de que existe equilibro entre la música clásica y la contemporánea, no chocan una con otra, la esencia de la energía de ambas es la misma".

ųƑQué temperamento debe tener un bailarín para integrar el Béjart Ballet Lausanne?

ųLa preparación técnica es, por supuesto, muy importante, pero ello no serviría de mucho si el bailarín no tuviera la capacidad de buscar dentro de su corazón ese algo que fortalece la personalidad, que apuntala la presencia. No es sólo el bailar bien. Además, Béjart busca que los bailarines sean humildes y sepan entregarse a su trabajo.

ųƑPuede un bailarín ser humilde cuando hay una gran vanidad en su profesión?

ųSí, siempre y cuando se trabaje desde el alma. El bailarín debe trabajar mucho con su espíritu porque la danza no es sólo trabajar con el cuerpo. Por ejemplo, cuando alguien tiene problemas del alma, aunque su cuerpo se encuentre en buenas condiciones, la personalidad se encoge y finalmente ello deriva en problemas de salud. Para Béjart, trabajar el cuerpo significa también poner atención al interior. Precisamente combatir el ego que vive dentro del ser humano y fortalecer el alma. Cuando eso sucede, aparece la grandeza del bailarín, de lo contrario es un intérprete incompleto.

ųƑCuál es la enseñanza más valiosa de Maurice Béjart que conservas en el alma?

ųšEs tan difícil responder! No han sido lecciones sólo para ser bailarín, sino para ser un mejor ser humano. He construido la mayor parte de mi vida al lado de Béjart. Me he alimentado de su alma a pesar de que ha habido momentos muy difíciles entre nosotros, muchas veces violentos, muchas veces agresivos, pero ha sido parte de mi formación tanto como bailarín como ser humano. Béjart es un maestro muy severo, pero ha valido la pena. Creo, al igual que él, en el devenir de la humanidad a pesar de las condiciones tan difíciles que vivimos. Soy, gracias a Béjart, un ser optimista porque contra la maldad y lo malo hay vida.

 

Preservar la libertad de creación

 

ųƑCómo hace Béjart para mantenerse inmune a ''lo malo''?

ųNo trabajando por dinero sino por la vida y la creación. La presión económica muchas veces reprime el arte. Claro que el artista tiene que luchar por sobrevivir pero hay que apegarse al lado positivo de esta situación que es el nacimiento de ideas y se fortalece el sentido de la vida. Entonces, es responsabilidad del artista transformar lo negativo en positivo.

''Afortunadamente la compañía Béjart, a pesar de que tiene problemas como cualquier otra, defiende su libertad para crear, y la creatividad nos da otra perspectiva del mundo. La libertad se puede transformar en libertinaje, cuando no se tiene una cierta presión, y entonces eso sí es peligroso. Cuando hay una presión para obtener un resultado específico eso nos obliga a tener un grado de intelectualidad mucho más avezado para poder dar respuesta los conflictos."

ųDespués de estar 20 años con Béjart, Ƒqué sigue en tu carrera profesional?

ųPor el momento mi gran preocupación es que el espectáculo que vamos a presentar en México quede perfecto. No siento que haya llegado mi momento como creador, aunque he realizado algunos ejercicios, que de ninguna manera puedo llamar todavía ''mis obras''. Aún me falta mucho que aprender y crecer estando en este ballet. Tengo bien claro mi camino, en algún momento me separaré de la compañía pero no es mi ambición actual. A pesar de que Béjart es el gran creador, el coreógrafo, y de que hay algunas obras que son como son y que deben bailarse de una manera determinada, Béjart nos exige en algunas ocasiones que busquemos nuestra propia interpretación, que nuestra inspiración sea la que desarrolle lo que él nos sugiere. Esa libertad es parte de algunas obras y es parte de la metodología que él usa pues le gusta mucho la espontaneidad del bailarín.

(Ballet por la vida, interpretado por el Béjart Ballet Lausanne, con música de Mozart y Queen, y vestuario de Gianni Versace, se presenta hoy, el jueves y el viernes en el Palacio de Bellas Artes a las 20 horas. Y el sábado, gratis y con juegos artificiales como gran final, en la Plaza de la Constitución a partir de las 20 horas.)