La Jornada miércoles 17 de marzo de 1999

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

El ala dura del PRI necesita que en el 2000 haya un órgano electoral federal débil y, de preferencia, atemorizado o (para usar una palabra más grata a los oídos tecnócratas) acotado.

 

En todos los análisis y perspectivas que realizan los futurólogos oficiales se advierten los riesgos que para los intereses priístas representa la actual conformación del Instituto Federal Electoral (IFE), y en particular la actitud de los consejeros incómodos, siendo éstos aquellos que de una manera frecuente asumen posturas e impulsan acuerdos poco gratos a los ojos del partido tricolor.

 

Por ello, la cúpula priísta ha ido desplegando con cuidado una estrategia clara dirigida a deslegitimar las tareas del IFE y en especial la de esos consejeros indeseados. Una de las maniobras de ese plan central ha sido la inasistencia, desde meses atrás, de la representación priísta a las sesiones del Consejo General del IFE. Sin la presencia tricolor en las reuniones del máximo órgano electoral nacional, todo acuerdo sería insuficientemente representativo. Valiéndose de problemas secundarios, la representación priísta decidió efectuar un virtual retiro, con lo que dejó durante largas semanas a la oposición literalmente hablando sola.

 

Ahora, el PRI ha decidido que su representante, el diputado guanajuatense Enrique Ibarra Pedroza, retorne a las sesiones del IFE, pero con un mensaje de guerra dirigido a los consejeros incómodos y al funcionamiento en general del citado instituto.

 

De lo que se trata es de debilitar al IFE, de apaciguar a sus más activos consejeros, y de advertir a todos que el PRI va a jugar abiertamente con sus cartas más duras, cuando menos de hoy al 2000.

 

De empate técnico a derrota política

 

Se sigue enredando el asunto de la elección perredista de dirigente nacional. La diferencia de votos dada a conocer ayer muestra a Amalia García y a Jesús Ortega en un verdadero empate técnico, a pesar de que los funcionarios del servicio electoral del PRD hayan pretendido borrar ese término de su diccionario.

 

Pero, aún peor, el empate técnico corre el riesgo de convertirse en una derrota política cuando menos en dos sentidos. Por un lado, exhibe públicamente la persistencia de vicios heredados o aprendidos del priísmo. Por otro, despoja de fuerza al liderazgo que emergiera de esa cerrada votación y, en ese sentido, abona el camino a las tendencias caudillistas que de por sí dominan al partido del sol azteca, y arroja a los nuevos dirigentes a un escenario en el que carecerán de la energía necesaria para depurar las estructuras internas dejadas durante largos años a una especie de libre juego interno en el que se han enraizado prácticas y personajes de una turbiedad inocultable.

 

De mantenerse las tendencias actuales, con una diferencia decimal entre Jesús y Amalia, e inclusive ampliándose tal brecha hasta alcanzar algunos cuantos puntos porcentuales, lo cierto es que el PRD no tendrá el dirigente que necesita la actual circunstancia. Podrán tomarse una fotografía amable, en la que todos juren respetar los reñidos resultados, pero lo cierto es que se ha abierto en el perredismo una herida que no cerrará sólo mediante discursos de buena voluntad o promesas de civilidad democrática.

 

Tanto en el plano nacional, como en el del Distrito Federal, los resultados no dejarán satisfechas a las fuerzas básicas del perredismo. En ese camino, anoche comenzaban algunos personajes de este ríspido episodio perredista a analizar la posibilidad de dar la vuelta a una página que está haciendo daño a ese partido en la medida en la que muestra con claridad sus debilidades internas. No debe perderse de vista la posibilidad de que los contendientes busquen, finalmente, un mecanismo de unidad que evite desgastes y jaloneos graves como los que hasta ahora se viven en ese partido.

 

A salvo la candidatura de Fox

 

Los panistas, y en particular Diego Fernández de Cevallos, se han topado con un extraordinario argumento para salir del entrampamiento en el que los metió Cuauhtémoc Cárdenas con su propuesta de una candidatura única de oposición para el 2000.

 

El partido blanquiazul tomará como referencia para efectuar una decisión sobre la citada candidatura unitaria el comportamiento del Partido de la Revolución Democrática en sus elecciones internas.

 

La jugada es clara: el PAN tomará clara nota de las denuncias de irregularidades de toda índole que caracterizaron la jornada del domingo recién pasado: acusaciones de fraudes electorales, robo de urnas, enfrentamientos físicos, injerencia abierta de gobernadores perredistas para impulsar a sus favoritos, carruseles, acarreos...

 

Con tales antecedentes, la directiva nacional panista podrá asegurar que le mueve una genuina vocación unitaria, y que está plenamente dispuesta a explorar posibilidades de alianzas pero, teniendo a la vista los incidentes dados entre perrredistas, difícil sería para el blanquiazul arriesgarse a una elección abierta.

 

No está de más recordar que el sistema panista de elección de dirigente nacional, mediante convenciones por delegados, sigue siendo eficaz, al grado de que Luis Felipe Bravo Mena ganó con un amplio margen, sin ninguna impugnación y con el natural apoyo del contendiente derrotado.

 

Por lo pronto, con los problemas internos que tan públicos se han hecho, el PRD ha generado las condiciones para que Vicente Fox respire tranquilo, con su candidatura plenamente asegurada y sin riesgos de que un perrredista (algún Cuauhtémoc) le quitase su bien amada postulación.

 

Astillas: El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas cumplirá diez años de vida el próximo día 19. Para celebrar tal acontecimiento se han preparado una exposición de fotos, una mesa de debate y una misa que oficiará el obispo Samuel Ruiz el propio 19... Jorge D. Córdoba, un mexicano que lleva cinco años viviendo en Canadá, y dos más en Inglaterra, escribe desde Oakville, que es un suburbio de Toronto, en Ontario, Canadá. El, como otros mexicanos que viven en el extranjero, reflexiona sobre los problemas políticos de nuestro país y en particular sobre la revolución interna que los mexicanos deben realizar para cambiar hábitos y actitudes relativas a la participación política y a la producción económica. Córdoba menciona, como un ejemplo de la falta de conciencia social de los mexicanos, que en todo Canadá se conoce el caso de un joven de Quebec que está preso en México, mientras que los mexicanos preferimos ignorar, o simplemente no sabemos, cuántos mexicanos están presos en Estados Unidos o en Canadá... Arnulfo Luis Ramos, estudiante de doctorado en el posgrado de optoelectrónica de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, comunica a esta columna su profunda decepción por el espectáculo ofrecido por los perredistas en esta semana a propósito de sus elecciones internas. Dice el señor Ramos que no ha sido perredista pero siempre ha votado por los candidatos del sol azteca. En especial tiene confianza en Cuauhtémoc Cárdenas. Pero las acusaciones de estos días, los señalamientos de mutuos fraudes internos, llevan a don Arnulfo Luis a decidirse a no votar más por ese partido... Gerardo Martínez, egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, está elaborando su tesis profesional sobre el tema de la privatización de los Ferrocarriles Nacionales de México. Por ello busca comunicarse con Salvador Zarco, el digno dirigente de los rieleros que se han opuesto al atraco que a la riqueza nacional han hecho políticos, empresarios y líderes charros.

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