n No significa enajenar o vender las instalaciones de la CFE y de LFC
Inminente, la apertura del sector eléctrico, asegura Alberto Escofet
n Los subsidios deben hacerse transparentes a fin de evitar que se justifiquen ineficiencias, afirma
Antonio Vázquez/I n La apertura del sector eléctrico a la iniciativa privada es ''inminente'' para garantizar la generación, producción, transmisión y facturación del servicio, aunque esto no signifique necesariamente enajenar o vender las instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) o de Luz y Fuerza del Centro (LFC), aseguró Alberto Escofet Artigas. En todo caso, antes de tomar una decisión final, hay que analizar qué le conviene más al país para crear entre los inversionistas un ambiente de certidumbre, independiente a la transición generada por cambios gubernamentales, agregó.
Con la experiencia de más de 26 años de trabajo en el sector eléctrico nacional, que incluso lo llevó a la dirección general de la CFE en julio de 1980, Alberto Escofet aseguró que no existen razones ''técnicas'' para anunciar apagones o interrupciones en el suministro de energía eléctrica; rechazó que la iniciativa presidencial responda a ''presiones externas'', y demandó hacer transparentes los subsidios que se otorgan al sector para evitar que tanto CFE como Luz y Fuerza sirvan a ''ciertos administradores, para que justifiquen sus ineficiencias''.
Autonomía de gestión
En entrevista con La Jornada, quien también tuviera a su cargo la dirección general de Uranio Mexicano (Uramex), organismo liquidado el 5 de febrero de 1985, propuso la autonomía de gestión en la Comisión Federal de Electricidad y en Luz y Fuerza, para que sean empresas que manejen sus propios recursos y no dependan sólo del presupuesto que les asignan los poderes Legislativo y Ejecutivo. Sostiene que México necesita inversiones para generar el desarrollo industrial que como nación requiere y también como alternativa para dar empleos productivos y bien remunerados a una importante cantidad de jóvenes que anualmente se suman a la fuerza laboral.
Nacido en Barcelona, España, en 1933, pero naturalizado mexicano en 1964, Alberto Escofet afirma que México no puede seguir pensando en generar empleos tipo maquiladora. El sector eléctrico mexicano cuenta con infinidad de ventajas que lo hace atractivo a cualquier tipo de inversión. Contamos, dice, con mano de obra ''altamente calificada, y la que quieran'', y con infraestructura competitiva, aunque advierte, hay que hacerla aún más, para que los inversionistas se decidan por México.
-ƑQué le pasó a la industria eléctrica mexicana, está tan mal que sólo por la vía de la apertura puede salvarse?
-Hemos sido enfáticos y propuesto en muchas ocasiones la necesidad de abrir campos para la participación de la inversión privada en el sector, tal y como se previó en la reforma de Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica de 1992. Sólo habría que analizar cuáles de esos conceptos contemplados en la ley, debieran ser adecuados para estimular una mayor participación en los aspectos de cogeneración y autoabastecimiento. Lo que al final de cuentas nos debe preocupar es cómo tener precios competitivos en adición a tener un suministro confiable y con precios competitivos. Desde mi perspectiva, los precios para la energía industrial en el país deben tomar como referencia los de la industria en los estados cercanos al golfo de los Estados Unidos, que son nuestros reales competidores.
-Pero, entonces la apertura es la única alternativa.
-No, hay otras formas. Una de ellas es la independencia del Centro Nacional de Control de Energía y la del Cosen, que es el operador del sistema. Este necesita ser un cuerpo independiente y autónomo, que sea regulado por los propios participantes en el mercado, de modo que se establezcan reglas de despacho claras. Si esto ocurre y si se otorga autonomía a los operadores del sistema, entonces establecemos un mercado que a su vez permita la competencia de los generadores. Para que la CFE pueda participar en ese mercado en condiciones de competencia equivalente, habría que otorgarle autonomía de gestión y esto no es otra cosa que, sin cambiar la propiedad de la Comisión, le otorguemos facultades para que pueda -de la manera en que más le convenga- sostener los objetivos de suministro confiable, de calidad adecuada y de precios competitivos. Se valdría que siendo una empresa autónoma pueda vender algunas cosas y comprar otras; que pueda asociarse a otras y entonces se desarrollaría un mercado de alta competencia en el cual el beneficiario final, sería el consumidor.
Dificultades para la expansión
-Las inversiones que requiere el sector, Ƒde que nivel serían? Según el gobierno, ascienden a 250 mil millones de pesos.
-El problema real de la industria eléctrica mexicana es que siempre ha tenido dificultades para su expansión. El problema no es de operación ni de manejo de recursos. La gente que aquí labora es de la más calificada a nivel mundial y eso lo admiten propios y extraños. El problema tradicional es cómo allegarnos recursos para crecer y eso se limita fundamentalmente porque la CFE no maneja sus propios recursos. Los ingresos de la Comisión se van directamente a la tesorería y la CFE sólo vive del presupuesto que le asignan, por lo tanto es exigirle más de lo que se puede a una empresa que tiene que negociar con el Ejecutivo y con el Legislativo su presupuesto para poder operar.
-ƑLuz y Fuerza es el mismo caso?.
-Es exactamente el mismo problema. Durante muchos años estuvo en liquidación y como estaba así, pues los recursos que se le otorgaban se limitaron y no pudo crecer. Los precios, los ingresos y sus balances se ajustaban con base a que fuera una empresa que no se desarrollara Al igual que en CFE, los ingresos de Luz y Fuerza se van directamente a la tesorería y ahí hay un cargo que se le hace por concepto de venta de energía a la Comisión, del que desconozco el monto. Pero en términos generales, es el mismo caso. Es una empresa del Estado que se maneja de la misma manera y que sólo puede desarrollarse con base en el presupuesto que se le asigna. Por ello demandamos también su autonomía de gestión. Que sean empresas administradas de manera independiente, que manejen sus propios recursos, que fueran sujetos de IVA, que tengan rendimientos y sobre todo, con reglas claras.
Los subsidios, responsabilidad estatal
-Uno de los aspectos que más preocupan con la apertura está relacionado con los subsidios o apoyos a quienes menos tienen. ƑQué pasaría si la iniciativa privada entra al negocio, no se perdería este sentido social?
-El aspecto social del subsidio tiene que estar a cargo del gobierno, no de las empresas, ni siquiera en el caso de CFE. Que se use una empresa del Estado como el conducto para prover el servicio, no quiere decir que no se le deba de rebonificar este subsidio. El aspecto de los subsidios no puede corresponder en sí a una empresa; esa es responsabilidad del Estado. Cómo hacerlo y cómo canalizarlo, eso es precisamente en lo que tendrán que trabajar el Ejecutivo y el Legislativo. Pero utilizar a las empresas para que cubran directamente un aspecto social es parte de lo que justifica a ciertos administradores para tapar sus ineficiencias. Entonces, opino que hay que transparentarlos. Hay que distinguir que hay un ingreso muy sustancial que va a dar directamente a la tesorería. Si le otorgamos a las empresas la autonomía de gestión a la que me referí, podremos entonces exigirle a quienes manejen la industria que cumplan con objetivos específicos de calidad, de costo y de competitividad para que no tengamos apagones cuando no debamos. Si dejamos el control presupuestal tal y como está establecido, y que es usado como vehículo para apoyos sociales o para satisfacer las necesidades de los de menor ingreso, simplemente aumentan los pretextos que puedan tener los administradores ineficientes para justificar el porqué no se alcanzan las metas.