Adolfo Gilly
Razones

Cuando con Leonel Godoy y Ricardo Pascoe decidimos aceptar la invitación de Amalia García para integrar la planilla que ella encabeza en la elección de la dirección nacional del PRD, le dijimos que lo haríamos dando nuestras razones en un mensaje político. Amalia respondió que su planilla era plural, que así debería ser la próxima dirección del PRD y que el documento era bienvenido. Lo publicamos en La Jornada el 25 de febrero, con una propuesta de política, de partido y de programa.

En dicho mensaje incluimos, como base del programa del PRD para el año 2000 una síntesis de las propuestas hechas por Cuauhtémoc Cárdenas en el Foro de Davos en enero pasado. El debate en el PRD me lleva a reproducir ahora por extenso esas propuestas, tal como fueron expresadas en Suiza en su momento. Tienen cinco puntos fundamentales, a los cuales dimos nuestro apoyo.

Primero, las necesidades de los mexicanos y las mexicanas. La recuperación del país requerirá desplazar atención y fondos hacia la educación y sus maestros; hacia la salud y sus médicos y enfermeras; hacia el empleo y sus empresas productivas; hacia el agro, donde vive todavía la cuarta parte de los mexicanos; hacia la investigación y sus universidades; hacia el salario y el mercado interno. No declinaremos la responsabilidad social del Estado, que en México, al igual que en los países más avanzados, ha sido un logro de la civilización en este siglo.

Segundo, los derechos humanos y la paz. Nada impide en México reconocer ya los derechos indígenas, respetar los acuerdos de San Andrés, terminar mañana mismo con el conflicto de Chiapas y retirar al Ejército a sus tareas de protección del territorio y la soberanía nacional.

Tercero, un gobierno de leyes, sin el cual no puede haber estabilidad de la economía y de la moneda ni seguridad de las inversiones. Un gobierno que respete la ley, termine con la corrupción y la venalidad endémica del régimen actual; un estado de derecho que dé garantías a todos, rompa la colusión entre política y tráficos ilegales y asegure un sistema de justicia independiente, confiable, honesto e igual para todos.

Cuarto, el fortalecimiento de la economía real y de las empresas productivas, el saneamiento del sistema bancario y el castigo de los desfalcadores y sus cómplices, un régimen fiscal transparente y equitativo, garantías para los inversionistas, saneamiento, modernización y capitalización de Pemex y la CFE como empresas estratégicas de la nación, renovación de la infraestructura y las comunicaciones.

Quinto, renegociación y revitalización democrática del TLC, protección de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos, fortalecimiento de la relación histórica con Centroamérica y el Caribe, acuerdos económicos y políticos para avanzar hacia la integración con la comunidad de naciones de América Latina, cooperación y acuerdos de libre comercio con la Unión Europea, presencia de México en la cuenca del Pacífico, defensa y protección del territorio mexicano y su soberanía como cruce estratégico entre los dos océanos y entre el norte y el sur del continente americano.

Los debates tienen su lógica. Días después, Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis, Margo Glantz, Sergio Pitol, Hugo Gutiérrez, Hugo Hiriart, Carmen Boullosa, Marta Lamas, Jesusa Rodríguez y Sara Sefchovich (creo no omitir a nadie) publicaron un mensaje al PRD, en el cual, como razones de su apoyo a la planilla de Amalia García, decían que ''se precisan visiones integrales de la política y dirigencias que incorporen, como tareas básicas, los derechos humanos, los derechos de las mujeres, el derecho a la cultura y la batalla contra la intolerancia'', así como el respeto a ''las causas legítimas de la diversidad''. Quiero aquí asumir y sumar estas razones.