La Jornada jueves 11 de marzo de 1999

EL APAGON Y SU MOMENTO POLITICO

La dirección de la Comisión Federal de Electricidad, así como diversos investigadores independientes, sostienen que la suspensión del suministro de energía eléctrica ocurrida ayer en grandes zonas de Tabasco, Yucatán, Campeche y Quintana Roo fue originada por una falla técnica fortuita en la hidroeléctrica de Peñitas, Chiapas, y han ofrecido explicaciones detalladas y verosímiles que, sin embargo, no han bastado para despejar el cúmulo de dudas, sospechas y rumores.

En efecto, el apagón fue inevitablemente asociado, por diversos sectores de la opinión pública, al empeño gubernamental por privatizar parcialmente el sector eléctrico. En momentos en que las autoridades insisten en la necesidad de abrir la generación de electricidad a inversiones privadas ante la supuesta incapacidad pública para dar a esa actividad el mantenimiento y la expansión requeridas, muchos atribuyeron la falla a una acción intencional orientada a "crear pánico" y a generar la falsa impresión de que el sistema eléctrico nacional se encuentra al borde del colapso, como una forma de inducir condiciones políticas y un clima de opinión favorables a la desincorporación referida. En lo inmediato, las cúpulas empresariales encontraron en el percance una justificación para afirmar que es "urgente" la afluencia de capitales privados al sector eléctrico.

Existen, también, lecturas opuestas a lo ocurrido. Diversos investigadores señalan que el fallo permitió comprobar la sólida y rápida capacidad de respuesta del sistema eléctrico nacional, tal y como está actualmente conformado, ante problemas de esta naturaleza, toda vez que el corte eléctrico fue superado en cosa de dos horas. Se argumenta, en este espíritu, que si la generación y distribución eléctrica estuviera parcelada en tres o cuatro entidades ųcomo lo estaría en caso de aprobarse la propuesta gubernamentalų, la solución habría demorado, en cambio, varios días.

De esta manera, lo que podría ser, en efecto, una simple coincidencia temporal entre la propuesta privatizadora gubernamental y la falla del suministro eléctrico, se ha convertido en un factor de enrarecimiento del clima político, que debe ser contrarrestado.

Con este propósito, resulta obligado llevar a cabo una investigación rigurosa, minuciosa y objetiva de lo ocurrido ayer en la península de Yucatán, y dar amplia participación, en ella, a representantes capacitados de los sectores sindicales y académicos críticos a la propuesta presidencial de desincorporación parcial de la industria eléctrica.