Angélica Abelleyra n Soñar mundos perfectos ha generado desastres. Por eso lo que Antonio Tabucchi prefiere imaginar son simplemente "mundos menos peores" por medio de esa "manera privilegiada de navegar" que es, dice, la literatura.
Pero no sólo mediante el acto de escribir ha fantaseado universos perfectibles. Su postura en defensa de la palabra perseguida, sobre todo la palabra literaria, ha sido también su manera de permitir que "la imaginación se insinúe en las fisuras de la realidad, iluminándola de una manera diferente".
En su calidad de miembro del consejo de administración del Parlamento Internacional de Escritores (PIE) ha defendido a aquellos perseguidos por sus ideas y sus obras y, en una de las primeras acciones en México de ese organismo, creado en 1997, Tabucchi visitó la Casa de Citlaltépetl, nombre que desde ahora recibe la sede del PIE en la colonia Condesa, como parte de la Red de Ciudades Refugio que ya existen en Gijón, Berna y Salzburgo, entre una treintena de sitios en el mundo.
"Cuando aparece algo concreto me gusta más que lo imaginado como retórica", opinó el inventor de Nocturno hindú, y por ello caminó satisfecho entre el cascajo y los albañiles que reconstruyen la futura residencia de narradores amenazados, cuyo primer invitado oficial será el serbio Vladimir Arsenijevic, quien permanecerá un año entre nosotros, a partir de la segunda quincena de abril.
Una escritura que desafía a los totalitarismos
Antes del recorrido informal, el traductor de Fernando Pessoa y amante de la lengua portuguesa fue declarado "visitante distinguido" de la ciudad de México por Cuauhtémoc Cárdenas. En el salón de Cabildos del Palacio Virreinal, el jefe de Gobierno del Distrito Federal subrayó el "compromiso con la palabra como acto de libertad" que ha ejercido Tabucchi a lo largo de su trayectoria escritural, y resaltó que Sostiene Pereira es una "obra cumbre contra los totalitarismos en donde la literatura desafía a la historia para ponerse del lado de los hombres".
En una corta ceremonia, Cárdenas habló de tolerancia y reconocimiento del otro, tanto en sus semejanzas como en sus diferencias.
"Es en la diferencia como complementaria, no como amenazadora al nosotros, lo que constituye la verdadera convivencia: no sólo aceptar la diferencia, sino asimilarla como propia", señaló al recordar que desde marzo de 1998 México forma parte de la Red de Ciudades Refugio para escritores amenazados. Puntualizó que "está en manos de las sociedades el esforzarse porque la palabra sobreviva a la persecución y el crimen" y festejó la presencia de Tabucchi como una celebración de la palabra y un ejercicio de la libertad de la lengua, única patria de los escritores.
Un pergamino y una medalla recibió el novelista de La cabeza perdida de Damasceno Monteiro para luego agradecer la hospitalidad de los mexicanos en esta, su primera visita al país que siente cercano en lo espiritual e intelectual, porque conoce su historia, su literatura, pero también "sus ilusiones y sus esperanzas de justicia". Concluido el acto protocolario, Tabucchi encabezó una conferencia de prensa junto a los mexicanos Sergio Pitol y Carmen Boullosa ųintegrantes de la asociación Amigos del PIEų, y a los franceses Philippe Ollé-Laprune ųcoordinador de la Casa de Citlaltépetlų y Christian Salmon, secretario general del PIE.
Salmon comentó sobre la paradoja que hoy vive el mundo, pues mientras se celebran los 50 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, "el acto sencillo de escribir se vuelve un crimen" en países como Argelia, Afganistán, China y Vietnam. Indicó que el PIE trata de salvar esta situación no sólo recibiendo en ciudades neutrales a los autores amenazados en sus países, sino "devolviéndoles la palabra" mediante la difusión de su trabajo en medios diversos y dando a conocer su cultura al mundo. Un proyecto será la edición en el 2000 de una revista del PIE que circulará en el orbe en versiones al italiano, francés, inglés, alemán y castellano.
En su turno, Tabucchi habló de la fuerza de la imaginación que origina molestias en las diversas formas del poder: "La palabra literaria es una manera de restituir la realidad que nos pertenece, pero su manera metafórica y simbólica tiene una mayor fuerza porque va a la raíz del problema. La imaginación en la palabra literaria nos ayuda a mostrar la realidad de otra manera por eso los totalitarismos la persiguen".
Asediado por grabadoras y uno que otro solicitante de autógrafo, el novelista de Vecchiano transitó rápidamente por las obras que ama: El libro del desasosiego, situó, es su preferido de Pessoa, pero también toma el ejemplo de otros libros que le acompañan: esos que "representan la humanidad del hombre" como la Odisea, la Biblia, el Quijote y La isla del tesoro, esta última por el espacio de privilegio que ha dado a la imaginación.
Y, ya entrado el mediodía, el calor y inmediata urgencia de una cerveza para refrescarse, el escritor de Dama de Porto Pim y Pequeños equívocos sin importancia se situó del lado de los perdedores de las historias: "Los vencedores ya tuvieron la tribuna de la historia, por eso los vencidos merecen el interés de la literatura". Trajo a su memoria a la gran María Zambrano para señalar "la forma auroral de conocimiento", que nos otorga la literatura, pero donde "lo divino" que abarcó la gran filósofa española él lo sitúa no como algo cercano a fuerzas superiores sino en "lo divino en el hombre", cerró el autor que lo mismo ama la vena popular en García Lorca que la prosa de Juan Rulfo, ese "clásico moderno" que por fortuna, felicitó, tienen los mexicanos.
(Antonio Tabucchi se presentará hoy en el teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario a las 12:00 horas).