En los próximos días se llevarán a cabo las elecciones para determinar quién sustituirá a Armando Quintero en la dirección del PRD en el DF. Me llena de entusiasmo saber que Carlos Imaz pudiera ser el elegido. Son varias las razones de mi entusiasmo, pero más que nada porque Carlos representaría en el partido un líder fresco y diferente, que por sus características personales e históricas siempre ligadas a la UNAM, le imprimiría una dinámica que bien le hace falta al partido y a sus metas. Desde mi punto de vista, el PRD, que ha sido y seguramente seguirá siendo el bastión político donde académicos, intelectuales y universitarios en general sienten más cobijadas sus ideas y sus tendencias, desafortunadamente ha desaprovechado esta importante simbiosis. Desde que el PRD es gobierno, los espacios de participación para académicos e intelectuales en el partido se perciben disminuidos y en muchas ocasiones sustituidos por activistas y candidatos a diversos puestos, que tienen dudosas procedencias e intenciones. Con Carlos Imaz se renovaría con toda fuerza la participación de un sinnúmero de académicos e intelectuales, cuyos intereses no son los de obtener puestos, plazas o canonjías, sino los de poder participar con su saber y voluntad en el importante proceso político de democratización que se está viendo asomar en nuestro país. Con Carlos Imaz se podría, por fin, abrir bien al partido a la inclusión más dinámica e inteligente de individuos y grupos de académicos en el desarrollo político de un plan de gobierno y de nación, que hiciera de nuestro país una república más soberana. En el Distrito Federal se genera prácticamente el 70 por ciento o más de la investigación científica del país, la gran mayoría de estos científicos están con el PRD o por lo menos son simpatizantes. El valor táctico que podrían tener es incalculable. Si al gobierno federal, que es el PRI, no le interesa la aportación de los científicos, Ƒpor qué el PRD emula esto? Los científicos no somos "chambistas", somos "chambeadores", que es diferente. Con Carlos Imaz al frente del PRD capitalino, siento que se lograría un cambio importante en las estrategias del mismo. Estas serían menos clientelares, más estratégicas, con metas de largo plazo, ciertamente mucho más democráticas, pero más importantemente calculadas para generar las bases firmes del desarrollo propio de la ciudad. Imaz tiene capacidad de liderazgo, es carismático, pero aparte, está profundamente interesado en la ciencia, la educación y la cultura, como parte sustancial del bienestar social, y sus ideas e ideología las defiende con pasión y con honestidad. En algunos casos él y yo no concordamos, pero me gusta saber que lo que piensa lo dice y lo sostiene, inclusive a través de los años. Eso se llama ser fiel a unos principios con los que podremos estar de acuerdo o no, pero el punto es que hay honestidad de pensamiento y de acción y eso es lo importante como líder dentro de un partido, ya que en general estamos acostumbrados a observar personajes cuyas ideologías son fácilmente canjeadas por intereses propios. Ojalá y todos reflexionen acerca de lo aquí escrito cuando inscriban su voto el próximo 14 de marzo.