Sami David*
Jaime Sabines
Jaime Sabines es nuestro poeta mayor, orgullo de México. El más popular de nuestros cantores. Su entrega y pasión por la vida se refleja con rotunda luminosidad en sus poemas. Por su sencillez, considero que es el más leído, el más admirado por los jóvenes.
Mis vivencias trascienden el ámbito amistoso: compartí con él la rica experiencia política en la LIV Legislatura, cuando ambos fuimos diputados federales. Recuerdo que en las largas sesiones parlamentarias el poeta se dedicaba a contar los adjetivos, muchas veces injuriosos, que la oposición nos endilgaba.
ƑQué hacía un hombre sensible, un poeta de su estatura en la política mexicana? Sabines padecía, y a veces se rebelaba, pero su presencia, su calidad humana, su visión aguda, su inteligencia crítica, incisiva, enriqueció el debate legislativo. Para él seguramente el balance es desfavorable, aunque de alguna manera eso enriqueció su concepto de la vida: ha conocido a los hombres de poder, saber sus debilidades y defectos. También su poderío y limitaciones.
Como el artista inmenso que admiramos, considero que no tiene par. Es único, irrepetible, lleno de sencillez, sin las máscaras de intelectualidad que algunos escritores se autoimponen. Sabines, antes que nada, es un hombre que sabe darse en versos claros, directos, plenos de pasión.
Escuchar a Sabines, leer sus libros es tanto como adentrarse, emotivamente, en la raíz apasionada el espíritu humano. Por eso sus poemas van de la intención sensual al desgarramiento emotivo. Es un poeta de los sentidos, por eso la intensidad de su emoción sobresale frente a otros autores.
Sincero, pleno, también ha padecido el dolor desgarrado, la desolación ante los hechos irremediables. Por eso su visión de la muerte es rotunda, cruda. Cantar a la muerte, en Sabines, es tanto como reflejar la realidad del mundo y de la existencia. Su poema más importante, según muchos críticos, es el que habla sobre la muerte de su padre.
Por otra parte, considera que el amor es el sentimiento central, único, que ennoblece y hace trascender a los seres humanos. Lo concibe también como un incentivo vital, pero también como un anhelo de reconocerse. El anhelo de vida lleva a Sabines a entregarse en su poesía, como único recurso para sobrevivir, para tocar esa posible frontera de la inmortalidad. Así, vida y muerte se dan la mano. La existencia resulta un tesoro que debe ser aprovechado al máximo.
Sabines es el más humano de nuestros poetas. Un amigo querido, muy respetado. Un corazón enorme que cobija a los seres que están ansiosos de amar. Una inteligencia sensible que no ha caído en las trampas de la soberbia que la popularidad entrega. Un paisano, un chiapaneco universal que ha sabido ganarse la admiración de todos. Y a todos nos complace su figura en el ámbito nacional.
* Senador de la República.