VENTANAS Ť Eduardo Galeano

Mirar

Dante D'Ottone andaba por el parque Rodó, haciendo nada, dejándose ir entre los árboles, cuando vio a una mujer agachada ante un enorme telescopio que apuntaba al lago.

ųMe va a disculpar, señora, pero yo soy muy curioso.

La mujer sacó el ojo del lente, y lo invitó:

ųMire, mire.

Y Dante adivinó un sietecolores, un pajarito de esos que jamás se ven en Montevideo, aleteando sobre el lago.

Ella manipuló el tubo, lo alargó:

ųAsí se ve mejor.

Y contó que había querido comprar unos prismáticos, por lo mucho que le gustaba espiar a los pájaros libres, pero el dinero no daba. En la feria de Tristán Narvaja, el mercado de las pulgas, había encontrado ese telescopio, arrumbado entre otros trastos viejos, y por unos pocos pesos se lo había quedado.

El sietecolores, arcoiris con alas, revoloteaba al tuntún sobre los camalotes, y el telescopio lo perseguía. Daban ganas de pedirle que no se fuera nunca de allí: mientras el pájaro estuvo, allí estuvieron los dos, Dante y ella, contemplando esa alegría del aire.