n La caravana de Gardel, su más reciente novela
El tango, reflejo del dolor de la modernidad: Cruz Kronfly
César Güemes n Existe un lapso en la existencia de Gardel, o más propiamente de la existencia de su cadáver, que no está nada claro: lo que sucedió cuando, luego de ser exhumado en Colombia, fue trasladado a Argentina estrictamente como un paquete más, un bulto, mera carga. Fernando Cruz Kronfly, novelista colombiano, se dio a la tarea de reconstruir, rehaciendo él mismo la ruta del cadáver, lo que sucedió entonces, a lo cual añadió el punto de vista de la ficción, que ahora conforma su novela La caravana de Gardel (Planeta). El prosista es autor, además, de Falleba: cámara ardiente, La obra del sueño, La ceniza del libertador y La ceremonia de la soledad. Desde Colombia accede a conversar sobre su más reciente trabajo, que mucho tiene que ver con la modernización de su país y el papel que en ella jugó la música de tango.
ųAdemás de la historia que contiene su novela, hay en ella una clara vocación por el cuidado del lenguaje. En este sentido, Ƒes un formalista?
ųUna de las preocupaciones principales en todo lo que escribo es el tratamiento del lenguaje. Siempre he creído que la anécdota es casi secundaria, y que la literatura está en el tratamiento precisamente del lenguaje. En una novela mía, publicada en México, La ceniza del libertador, que versa sobre Bolívar, es muy notoria la elaboración verbal. Es más, diría que es lo principal.
ųDe cierta manera, entonces, habrá también un aprecio particular por la estructura.
ųAsí es, la narrativa es fundamentalmente forma. En ocasiones pongo como ejemplo en mis clases una línea de Guimaraes Rosa, quien para decir que el pájaro voló de la rama, dice: "el pájaro desapareció de cantar". Es hermosa la frase, dice lo mismo, pero evidentemente también dice otra cosa. De modo que el tratamiento del lenguaje hace que la línea adquiera una categoría literaria superior. Salvadas todas las distancias, eso es lo que yo he querido hacer.
ųƑCuál es el enlance que existe entre la reconstrucción histórica de La caravana de Gardel y el oficio de novelar?
ųRealicé dos novelas de aliento histórico, la que mencioné de Bolívar y ésta sobre Gardel. En ambos casos debemos respetar la anécdota histórica, en el sentido de no falsear los hechos, de cualquier manera es apenas el pretexto para narrar. Claro, la novela no es sobre Gardel, sino a través suyo. El personaje me sirve para pensar la historia colombiana de los años cincuenta, pues el tango se vinculó a la cultura popular colombiana de medio país. El tango se convirtió en la forma musical que representaba y expresaba el proceso de modernización y el dolor de la modernidad, el destrozo moderno, por decirlo de algún modo.
ųLa suya tiene la particularidad de ser una novela sobre un cuerpo muerto, lo cual la hermana en ese sentido con Santa Evita, también sobre un cadáver.
ųMe parece que el cuerpo sin vida ayuda a que veamos las dos concepciones principales que se tienen de él. Una, la del personaje Arturo Rendón que ve al cuerpo de Gardel como un símbolo que infunde en él un gran respeto. Mientras el otro arriero de la novela, Heriberto Franco, lo trata como una simple carga. Ahí planteo un contraste entre el mundo como representación simbólica, además de cálida, y el mundo como representación sígnica, fría, concreta.
ųLas cenizas del libertador y La caravana de Gardel, finalmente son historias de viaje, de traslado. ƑPensó al escribirlas en ese paralelismo?
ųEl viaje está muy asociado a la metáfora de la vida como un transcurso. Dicho de otro modo, la idea del viaje la relaciono con la existencia humana. De hecho, trabajo ahora en una novela en la que me refiero a unos emigrantes, que muy claramente habla del viaje, incluso doble: el real que es el de cambio de país y el de la vida. Una novela mía que acaba de publicar Norma hace un par de meses, El embarcadero de los incurables, también habla del tránsito de un sitio a otro, en este caso en una ciudad. Así que la idea del viaje para mí es muy querida.
Gardel, el mito
ųƑAceptaría que en La caravana... hay una dosis de necrofilia en el más noble sentido del término?
ųA ver. Gardel es un gran mito, tiene todas las características clásicas: no se conoce con seguridad su lugar de nacimiento ni la manera exacta en que muere, quedan muchos huecos en la historia de su accidente, y por último se ve purificado por el fuego. En ese sentido es un mito redondo. En efecto se habla del cadáver, sólo que lo ocurrido con él en la ficción es que se ve sometido a una especie de saqueo más con el deseo de tener una reliquia que con ideas necrofílicas: es un homenaje que el pueblo colombiano le hace a un cantor que interpretó su vida, que lo hizo suyo.
ųƑEsto ocurre? ƑLo que restaba del cuerpo fue tomado en alguna parte?
ųEn las varias ciudades por las que pasé, siguiendo la ruta del cuerpo de Gardel, me encontré con que alguien tenía una bufanda, que tal otro poseía los cordones de sus zapatos o que el de más allá guardaba un pedazo del espejo que llevaba Gardel en el momento del accidente. No sé qué tan verídicas puedan ser esas reliquias. Las pongo mucho en duda.
ųDe modo que usted vivió la novela.
ųCompleta. Pensemos que ese es un periodo en blanco de la existencia de Gardel. Se sabe que murió en Medellín, que fue sepultado, y después enviado a Buenos Aires. El transporte del cadáver por las montañas colombianas no fue historiado. Gardel muere en junio de 1935 y lo exhuman en diciembre de ese mismo año. Ahora, su cuerpo quedó quemado. En la investigación de la novela hablé con mucha gente que fue testiga del paso del cuerpo. Lo cierto es que su cuerpo fue trasladado como simple carga, como un bulto. La novela no es del todo fiel a esa realidad y colabora con el proceso mítico de Gardel.
ųA los escritores latinoamericanos casi se les pide que sus obras traten de la realidad inmediata, aunque no exista obligación para ello. En su caso ha tocado este lapso contemporáneo, sólo que por medio del ensayo.
ųEsos trabajos son en cierto modo muy catárticos. Son ensayos producto de la necesidad de saber en qué país vivo, en qué época. En ellos he tenido como ocupación fundamental la necesidad de pensar el tiempo que estamos viviendo. Es decir, las crisis de la modernidad, el problema de la esperanza y la desesperanza a fin de siglo. Y todo esto muy aterrizado respecto de la situación colombiana. He querido pensar el país, porque me parece que no podía vivir sin conocer mi época y mi lugar.
ųƑQué le dice en Colombia el nombre de Fernando Vallejo, coterráneo suyo radicado en México?
ųEs un escritor muy respetado, muy técnico, con gran dedicación a la literatura. Aquí se leen sus obras como si nunca se hubiera ido.