n El Presidente no avasallará al PRI: Diódoro Carrasco


Plantea el grupo Galileo vigilar la imparcialidad de Zedillo

Alonso Urrutia y Andrea Becerril n El subsecretario de Gobernación, Diódoro Carrasco, sostuvo que el pronunciamiento del presidente Ernesto Zedillo durante el aniversario del PRI dejó en claro que participará en el proceso de sucesión pero "sin avasallar al partido", bajo reglas claras que permitan una consulta abierta.

Sin embargo, senadores del grupo Galileo resaltaron que aunque Zedillo es "el priísta más distinguido" de este país y tiene el derecho de participar en la elección del candidato presidencial para el 2000, "hay que vigilar para que sea un árbitro imparcial, que cumpla con lo que se comprometió este jueves y no empuje a alguno de los precandidatos".

En síntesis, "hay que vigilar al vigilante", sostuvo el senador José Luis Soberanes. Hizo notar que el reto para los priístas "es gestar que las reglas en la sucesión den equidad a los contendientes y después vigilar que se apliquen bien", agregó el legislador, en entrevista luego de la instalación de trabajos del Senado de la República.

Igualmente, el senador José Luis Medina Aguiar dijo que todos los priístas estarán muy atentos al comportamiento del Ejecutivo. La posición del presidente Zedillo "no es fácil, sobre todo en estos tiempos en que los priístas demandan una apertura mucho más amplia de la que se tenía antes, en otros procesos de relevo sexenal".

Respecto a las críticas por el retorno a procedimientos desaprobados dentro del grupo Galileo y otras corrientes, Medina Aguiar dijo que hay que distinguir "si se trata de un dedo para señalar procedimiento o para señalar al hombre, y el Presidente aclaró que es para el primer caso y previo a una consulta de todos los sectores y organizaciones".

Además, el Consejo Político Nacional del PRI tendrá que hacer en su momento la validación de lo que se proponga. En ese sentido, "creo que antes de pensar en el candidato, debemos ponernos a trabajar todos para definir el programa que queremos".

Soberanes, en tanto, dijo que la elección del candidato del PRI a los comicios federales del 2000 es una decisión que deben tomar todos los priístas. El Ejecutivo tiene todo el derecho de participar en el establecimiento de las reglas, pero "cuidaremos que no influya en la decisión final".

Por su parte, entrevistado en la Secretaría de Gobernación, el subsecretario Diódoro Carrasco, sostuvo que uno de los puntos centrales que deberán abocarse a definir las instancias partidarias responsables de marcar con precisión las reglas son los topes de campaña que habrán de fijarse a cada uno de los candidatos para evitar dispendios.

Carrasco afirmó que el discurso presidencial es una ratificación del impulso democratizador del partido y, en este contexto, desestimó las críticas de los partidos de oposición sobre la presunta "reinstalación del dedazo".

"Creo que los partidos políticos de oposición no tienen autoridad para opinar sobre un proceso que sólo corresponde definir a los priístas. Sobre todo cuando ellos tienen procesos no muy democráticos", subrayó.

El funcionario destacó como un punto central en el proceso de selección interna del candidato priísta, la preservación de la unidad partidista para poder contender con mayor fuerza en los comicios del año 2000.

Para tal efecto, dijo Carrasco, es necesario consolidar la unidad partidista en torno a un programa, a una plataforma electoral que aglutine las posturas del partido.

El mensaje del presidente Zedillo --dijo el ex gobernador de Oaxaca-- es un mayor impulso al proceso democratizador del partido. A su juicio, fue un pronunciamiento que despejó las dudas en torno al proceso de sucesión.

Respecto a las críticas de la restauración del dedazo, Carrasco afirmó que se definieron reglas claras y transparentes sobre el proceso de selección.

--ƑSobre los candados?

--Creo que estos cerrojos tarde o temprano tendrán que ser eliminados por una asamblea del partido, pues el PRI debe avanzar hacia la consolidación de procesos incluyentes que permitan una mayor apertura a la participación de los candidatos.

En este contexto, consideró que aún hay tiempo para realizar una asamblea y eliminar los candados que permitirían abrir la gama de candidatos que tiene actualmente el PRI.

Piden a gobernadores no intervenir

 

Mireya Cuéllar n Una vez que les ha quedado claro que el presidente Zedillo pretende ser el árbitro en el proceso de selección interna del candidato del PRI a la Presidencia de la República, los diputados del tricolor Mauricio Rossel y Francisco Arroyo Vieyra, del grupo Reflexión, hicieron un llamado a los gobernadores de los estados a "por el bien del partido no manchar un proceso que al instituto político le ha costado mucho construir" al pretender intervenir en la designación de delegados.

Mauricio Rossel dijo que es muy importante que el Presidente se mantenga en su papel de árbitro y que la base priísta debe vigilar que se concrete a conducir el proceso y a no caer en la tentación de pretender nombrar sucesor, porque el peor riesgo de la consulta es que se convierta en una mascarada y provoque un desgarramiento interno.

"Nos congratula que nuestras propuestas --las del grupo Reflexión--, reglas claras en el proceso de selección, pacto de unidad política y una plataforma electoral con mayor sentido social hayan sido incluidas por el Ejecutivo".

El gran riesgo de esta consulta, apuntó, es que resulte "teledirigida o manipulada" por los gobernadores de los estados, porque entonces se daría al traste con la propuesta presidencial de dirigirse a la base. "Para que el tránsito a la democracia sea útil --precisó--, la auscultación debe ser real, que no usen las entidades federativas para favorecer a un candidato, que no haya virreinatos porque se convertirán en un factor de desequilibrio y de conflicto, pero eso más que a nadie le corresponde al presidente Zedillo acotarlo".

En tanto, el diputado Francisco Arroyo Vieyra consideró que la propuesta del Presidente es acorde con el "animo democratizador" que vive el PRI y si bien "no creo que la elección del candidato sea un proceso totalmente democrático, perfecto, sí puedo decir que ésta puede ser la sucesión más transparente que haya vivido el PRI".

"No podemos aspirar a un proceso totalmente democrático porque el PRI no se va a suicidar y se suicidaría si suelta todos sus amarres, se metería en un laberinto peor que el de hace seis años, cuando su candidato resultó asesinado. No tenemos las herramientas para llevar adelante un proceso totalmente democrático y la política tiene reglas no escritas", manifestó.

Llamó a los gobernadores de los estados a "por el bien del partido no manchar un proceso que al PRI le está costando mucho construir" y dijo que es bueno escuchar que el Presidente se erige en conductor del proceso de selección y no en gran elector.