n Ha sido el mismo sin jamás repetirse, dijo Vicente Rojo del también escultor


González Gortázar, un arquitecto con visión humanística y de servicio

n Años de sueños, exposición sobre el trabajo del artista en el Museo Tamayo

Angélica Abelleyra n El resplandor y Flama Roja, dos presencias escultóricas de hierro blanco y rojo erigidas a la entrada del Museo Tamayo, enmarcaron la presentación del libro y la apertura de la exposición que recogen el trabajo de Fernando González Gortázar en las últimas tres décadas: Años de sueños que van de 1965 a 1999, en los cuales el arquitecto y escultor se ha empeñado en confeccionar parques y fuentes, zoológicos y museos, deportivos y reclusorios, que pese a sus diferencias de uso y destino se hermanan en una misión: servir a sus moradores y, de ser posible, generarles felicidad.

El rasgo humanístico en la obra de González Gortázar fue punto de coincidencia entre los arquitectos, escritores, urbanistas, pintores y funcionarios reunidos el jueves por la noche en el museo de Chapultepec. Con retraso, arribó Cuauhtémoc Cárdenas, jefe del Gobierno del DF, y lo acompañó Rafael Tovar y de Teresa, el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, que se mantuvo de pie junto al perredista, y también al lado del senador panista Mauricio Fernández de la Garza, triada que posteriormente se encargaría de encabezar el recorrido inicial por la muestra retrospectiva, junto con su autor.

Antes participaron el arquitecto Manuel Larrosa y el pintor Vicente Rojo (más las reflexiones de Carlos Monsiváis, leídas por Ana Leticia Vargas en ausencia del escritor) para comentar el libro Fernando González Gortázar y hacer el recorrido verbal de un camino andado en el que no sólo figuran arquitecturas plenamente construidas, sino también proyectos inconclusos que denotan sin embargo "la creatividad, el amor por la naturaleza, la excelencia estética y el compromiso social" de un "utopista, artista público y creador responsable", como calificaron al constructor de La Espiga Hendida, el Parque González Gallo y la Fuente de la Hermana Agua, entre muchas otras obras diseminadas en las ciudades mexicanas de Guadalajara, DF, Chapala, Puebla y Aguascalientes así como en Hakone (Japón) y Madrid (España).

 

Arte útil e inútil

 

Con problemas técnicos de sonido, el primero en hablar fue Larrosa, coautor del volumen publicado por Américo Arte Editores y el Instituto Nacional de Bellas Artes. Recordó los múltiples obstáculos que FGG ha tenido para hacer viables sus proyectos, como la decisión arbitraria de un presidente municipal en Guadalajara de convertir en hotel un "ejemplar edifico" proyectado para servir a la policía, o la impunidad de un gobernador jalisciense por transformar un zoológico "único en el país por el amor demostrado a los animales", en un "grotesco Disneylandia seudo africano".

Frente a estos "sueños, violentamente interrumpidos", Larrosa ubicó la doble capacidad de FGG como "hacedor de arte utilitario y hacedor de arte inútil", así como su compromiso social que lo convierte no sólo en productor de arquitectura y escultura, sino en "un productor de sociedad" que establece una relación amorosa con los reinos animal, vegetal y mineral.

En segundo término, el auditorio escuchó el texto enviado por Monsiváis. En él subraya la convicción de FGG de no renunciar a su ciudadanía y nunca caer en la indiferencia. Asimismo, anota algunos actos de fe del urbanista: "Cree en la naturaleza como ordenadora de la arquitectura, en la escultura del agua, en los laberintos cuyo vano y feliz prop—sito es extraviar a la luz, en la combinaci—n de edificio y emocionalidad humana, en la costumbre de verlo todo con ojos desacostumbrados a la repetici—nÓ.

Tercero en la presentaci—n, Vicente Rojo coment— sobre el artista: ÒHa sido el mismo sin jam‡s repetirseÓ, y adem‡s Òha puesto a viajar ideas, planes y planos con la intenci—n de hacernos llegar al Pa’s de las MaravillasÓ. Y al destacar los elementos lœdicos que enriquecen la obra de Gonz‡lez Gort‡zar, record— las Òmaromas, remolinos, rehiletes, cubos variables y canicasÓ que ha confeccionado como un homenaje a la naturaleza y en conjunci—n con la piedra volc‡nica y el m‡rmol, el hierro y el bronce, el coral blanco y las semillas de color’n.

Antes de iniciar el recorrido por las 73 esculturas, los 52 proyectos arquitect—nicos, las 17 gr‡ficas, algunas pinturas murales y fotograf’as, adem‡s de 30 dibujos y animaciones multimedia, Gonz‡lez Gort‡zar agradeci— a todos los que han hecho posible la muestra y el libro; ech— un vistazo a sus propios sue–os y refrend—, retomando las palabras de JosŽ Clemente Orozco: ÒEn mi vida no hay nada de particular, ningunas haza–as famosas ni hechos extraordinarios... s—lo las continuadas y tremendas luchas de un arquitecto y escultor mexicano por aprender su oficio y tener oportunidades de trabajarÓ.

(A–os de sue–os permanecer‡ abierta en el Museo Tamayo hasta el pr—ximo mes de mayo. Mientras, los domingos 7 de marzo y 18 de abril el propio Gonz‡lez Gort‡zar har‡ visitas guiadas a las 12:00 horas, y el 29 de abril se programar‡ la mesa redonda La ciudad como obra de arte, con Teodoro Gonz‡lez de Le—n, Alejandro Rossi, Mario Schjetnan y el expositor.)