Tengo un marido que me ubica todos los días, dice
El chisme como tal no es periodismo: Pati Chapoy
Arturo García Hernández n Su nombre --Pati Chapoy-- provoca todo, menos indiferencia. Para unos representa --del mismo modo que Raúl Velasco en sus momentos estelares-- la quintaesencia del exceso, la chabacanería, la estulticia y la impunidad de la televisión privada. Otros le reconocen la apertura de caminos inéditos en la pantalla chica: hacer la "crítica" a la televisión dentro de la misma televisión y dinamitar el hermetismo en torno a lo que acontecía tras las cámaras.
Después de una carrera sin pena ni gloria como conductora en Televisa, Pati Chapoy fue reclutada por Televisión Azteca, donde hace tres años, en enero de 1996, empezó a producir y a dirigir Ventaneando, programa de chismes del espectáculo desde el cual se erigió no sólo como la mayor y más temida gurú de la farándula vernácula, sino en el caballito de batalla de la televisora de Ricardo Salinas Pliego en su guerra contra la de Emilio Azcárraga Jean.
Al principio, Ventaneando basó su éxito en las imágenes de los artistas exclusivos de Televisa huyendo despavoridos de las cámaras y micrófonos de Tv Azteca, ante el temor de ser vetados. Hasta entonces no era común ver a divas y divos de la pantalla chica perder la compostura y el glamour del modo en que lo perdían cuando eran abordados por los reporteros de Tv Azteca. Integró, además, secciones de "crítica" a programas diversos de la pantalla chica. Su golpe maestro fue trasladar a la televisión los cotilleos sobre la comunidad farandulera, antes sólo tratados en algunas publicaciones y programas radiofónicos. Así, además del chisme inocuo, la vida privada de "los famosos" empezó a ser ventilada, prácticamente sin restricciones, frente a millones de televidentes. Unos se beneficiaban porque era una forma de tener presencia en los medios, mientras que otros aseguran haber visto seriamente afectada su vida personal.
Pronto el impacto de Ventaneando desbordó su ámbito de origen y llegó hasta los tribunales. Por considerar que con la transmisión de fragmentos de programas de Televisa se hacía "uso indebido de las señales de televisión" propiedad de la empresa de Emilio Azcárraga Jean, la televisora demandó a Chapoy. En opinión de la propia conductora, dicha acción era una respuesta "al éxito y al alto rating" de Ventaneando.
"Cada día me sorprende todo lo que provoco", dice ahora, casi con orgullo, Pati Chapoy, al aceptar una entrevista en el marco del festejo del tercer aniversario de su programa, hace unos días.
--ƑCuál es su balance de esos tres años? ƑLo positivo y lo negativo?
--A final de cuentas los positivo siempre va a estar encima de cualquier cosa que pueda ser negativa. Yo creo que este programa de televisión tiene mucho más de positivo que de negativo por muchas razones. Se logró implementar dentro de la televisión mexicana un programa de crítica libre que no se había dado en este país. Eso fue un avance enorme, desde la apertura de Televisión Azteca, para que se hablara de otras televisoras. No es fácil que una empresa le haga publicidad, como sea, a la competencia.
--ƑUsted esperaba este impacto de Ventaneando que tracendió incluso el ámbito del espectáculo?
--No, de ninguna forma. Yo sabía que este proyecto iba a armar mucho escándalo. Nunca imaginé que fuera una revolución a tal grado. He tenido, para sorpresa mía, comentarios de otros países que me hacen ver lo que ha significado este programa. Y me sorprendo porque no fue mi intención hacerlo. Mi intención era divertir a la gente, nada más.
--Los críticos de Ventaneando hablan de excesos, de la incursión en la vida privada de los artistas, Ƒcuál es su opinión al respecto?
--Yo no creo que incurra en excesos. Cuando hablo de la vida privada de los artistas es porque ellos ya la hicieron pública. Jamás voy a hacer un comentario de la vida privada de ellos que no me conste o que no lo sepa el artista o que no se haya publicado antes.
--ƑHan cometido errores?
--Sí, claro, por supuesto. Yo soy tan humana como cualquiera de los seres humanos que habitan la Tierra. Por supuesto que a veces meto no la pata, sino las cuatro. O cualquiera de mis colaboradores, o alguno de los reporteros que se deja influir o cree en la palabra de alguien en un momento dado. Ha habido cosas que yo he comentado que no son reales y después rectifico y pido una disculpa y muestro la información como es.
--Si enumerara sus aciertos, Ƒcuáles destacaría?
--šAy!, Dios, pues creo que sí son muchos. ƑQué te puedo decir? Soy una mujer muy aguerrida, soy una mujer muy atrevida, que sí utilizo la técnica y mi criterio para poder hacer una crítica... Pero me gustaría que si tengo aciertos alguien más los comentara y no yo.
--ƑCuál es para usted la frontera entre libertad de expresión y vida privada, ambos derechos garantizados por la Constitución?
--Pues una línea muy endeble, es una línea casi transparente que la rompe el propio artista cuando hace pública su vida privada.
--Como mujer pública, Ƒqué hará el día que aflore su vida privada del modo en que aflora la de los artistas en su programa?
--Yo no tengo nada qué esconder. Mi vida privada puede semejarse a una fresa de Irapuato; así de simple. Por supuesto que me expongo todos los días a una serie de fantasías y también a una serie de inventivas que pueden crearse a mi alrededor... Y, bueno, pues así pasa.
--Cuando surge Ventaneando, el formato y los temas que aborda fueron sorpresivos. Tres años después Ƒno es necesario replantear el concepto?
--No, porque todos los días me sigue sorprendiendo lo que originan los creadores del medio del espectáculo de este país.
--De todas maneras los ratings no son los mismos que al principio.
--No, pero es muy bueno el rating que yo manejo y son muchos los ingresos que deja Ventaneando a Televisión Azteca.
--Ventaneando dio lugar a una explosión de programas sobre chismes del espectáculo. ƑPor qué el éxito de este tipo de programas?
--Porque a los seres humanos se nos olvida que así como nacemos con carne y hueso, nacemos con un sentimiento o una emoción nata del ser humano que es la morbosidad. Y no se te olvide que el chisme es parte fundamental del morbo del ser humano. Aun cuando el chisme también engendra lo que podemos llamar el mercado negro de la información, que es el rumor.
--ƑEl chisme es periodismo, el rumor es periodismo?
--No. Tú puedes hacer periodismo de un chisme, de un rumor, que es diferente. Pero como tal no lo son.
--Salvo el asunto de Gloria Trevi, parece que Ventaneando se mantiene al margen, no va al fondo de todo lo que sabemos que hay en el mundo del espectáculo: abusos, excesos de todo tipo, Ƒpor qué ese aspecto no se aborda?
--Si hubiera algún valiente que lo diga, por supuesto que yo lo expongo.
--Al espectáculo le haría bien que este tipo de cosas se ventilaran, Ƒno?
--ƑTú crees que alguien va a tener el valor de decir: "tengo este problema con drogas, o este problema X?". No lo dicen.
--ƑAcepta usted ser una especie de Raúl Velasco de Tv Azteca?
--Me han dicho muchísimas cosas y, bueno, tienen la libertad de decir lo que se les dé la gana.
--ƑUsted qué opina?
--Está bien lo que me digan. Cada día me sorprende todo lo que provoco.
--ƑLe hace feliz?
--No, no se trata de felicidad. Dejémoslo en que me sorprende.
--ƑFue difícil manejar el inmenso poder que este programa le dio?
--Sí, cómo no. No es fácil ser una figura pública. Lo soy y lo entiendo porque trabajo en la televisión. Por mí misma y sola pues no existo. Hay que ser claros en que este programa me dio una popularidad de la que en este momento gozo y por lo tanto tengo que ser muchísimo muy cuidadosa con lo que digo.
--ƑNo ha perdido piso?
--No, por muchas razones: tengo un marido que me ubica todos los días, una realidad que me ubica todos los días, y no me separo de mis obligaciones como mujer, como esposa y como mamá. El hecho de que me vean en la televisión no quiere decir que no voy al mercado o al supermercado a comprar las cosas necesarias para mi casa. No quiere decir que no atiendo mis obligaciones como tal. Lo hago todos los días. Pero, independientemente de eso, decidí caminar de la mano de una técnica maravillosa, digamos de dos, pero la más importante ha sido el psicoanálisis. Llevo muchos años recostándome en el diván para poder platicar las broncas que todos los días me esperan en el quehacer diario de mi vida personal y de mi profesión.