Mijail Gorbachov apareció, en 1997, en un foro de televisión acondicionado como restaurante. Traía de la mano a su nieta Anastasia, que entonces era una niña y hoy debe ser una niña crecida. Los dos se sentaron en una mesa, frente a una pizza que parecía recién sacada del horno; aunque en realidad con la televisión nunca se sabe y desde luego nada ni nadie que aparezca en la pantalla es lo que parece. Un platillo de aspecto delicioso suele estar lleno de barniz para que brille y de pólvora para que humeé, y lo mismo pasa aproximadamente con las personas, aunque en este caso particular el individuo que parecía Gorbachov era efectivamente Gorbachov, y su nieta también era su nieta.
Esta pareja ilustre estaba en aquel foro para rodar un comercial de Pizza Hut. ``Cuando decido participar en cualquier manifestación, pienso, sobre todo, en el efecto que tendrá, si podrá servir para conocer a otras personas y darme a conocer, alcanzando así un nivel de intercambio más profundo'', dijo recientemente el ex secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética. No queda muy claro en dónde quiere darse a conocer este señor tan conocido ni tampoco a qué otras personas pretendía conocer en aquel foro de televisión; y eso del nivel de intercambio más profundo queda menos claro todavía, pues es bien sabido que la pizza tiene una profundidad similar a la de la televisión.
Gorbachov no nada más aprovecha su escalafón de celebridad para anunciar pizzas, también le sirve para ser el animador o desanimador o en un descuido desmantelador del festival de San Remo. Por este trabajo, que duró siete minutos, cobró la cantidad de 100 millones de liras.
Ray Manzarek, ex tecladista de los Doors acaba de publicar un libro sobre su ex banda de título Light my Fire. Conviene recordar que después de la muerte de Jimbo, a los tres integrantes que le sobrevivieron, les pareció fácil seguir con la banda. El fracaso fue tan espectacular que, para no terminar completamente desvanecidos, han tenido que irse reciclando cada determinados años, con mezclas y remezclas de cualquier cosa que traiga la voz de Morrison. Estos tres restantes son autores, por ejemplo, de la que podría ser la canción más fea de todos los tiempos: No me molestes mosquito.
Ahora el tecladista se lanza en uno más de su reciclajes, nuevamente encaramado en la figura de Jim Morrison. La diferencia con los reciclajes de Gorbachov es notable: al anunciar pizza o canciones en San Remo, el ex líder del Partido Comunista de la Unión Soviética se encarama en él mismo.
Estas son algunas de las cosas que declaró Manzarek en aquella rueda de prensa. ``Creo que la gran virtud de las poesía de Jim Morrison es que constantemente citaba a otros poetas, que hacía homenajes a sus influencias. Por eso es tan especial para mí''. Al parecer a Manzarek, de la poesía de Jimbo, le gusta todo, menos lo de Jimbo.
Después pasa hasta un inciso más rasposo. De la célebre línea ``Mother I want to fuck you'' (mamá quiero hacer contigo lo que no debe hacerse contigo), Ray Manzarek ha dictaminado: ``No es más que la enunciación del complejo de Edipo''. Luego, sin asomo de pudor, se arranca ensayando sobre la (modesta) naturaleza de su ex banda: ``En esencia, creo que The Doors fue un grupo de jazz-rock-flamenco- blues y poesía''.
Al final de esa rueda de prensa, alguien le hace la pregunta obligada: ``¿Cómo era esa otra personalidad chamánica de Jim Morrison?''. Antes de transcribir la respuesta del tecladista conviene hacer notar que durante toda la entrevista sobre el nuevo libro de Manzarek, no se ha hablado más que de Jim Morrison.
Manzarek no pierde la oportunidad de rebajar un poco el mito del rey lagarto, sin importarle que él y sus colegas llevan años viviendo a costillas de este mito: ``Creo que era resultado de su alcoholismo, no era un estado inducido por drogas como LSD o peyote. Cuando bebía le salía un lado distinto, una faceta realmente monstruosa. Creo que lo que le mató fue el alcohol, y que si no hubiera bebido esa noche estaría vivo todavía''.