Sami David*
Los nuevos tiempos del PRI

Ante la proximidad de un nuevo aniversario del PRI, la atención de los mexicanos interesados en la vida política nacional, o meramente en las actividades partidistas, estará puesta en el balance y perspectivas que una reunión de esta magnitud conlleva. Tiene que ver con el reconocimiento de un nuevo marco de competencia política, del posicionamiento de otras fuerzas en el escenario nacional, de una clara y evidente exigencia ciudadana y de la importancia fundamental que tienen las fechas establecidas para el relevo de los poderes públicos de la nación.

A casi dos terceras partes para culminar el actual recorrido sexenal, el espectro político se ha nutrido de nuevos y variados elementos para el análisis y la reflexión. Los partidos, en términos de la legislación en la materia, se aprestan a iniciar las diferentes modalidades y procedimientos internos de acuerdo a sus estatutos, y a afinar sus direcciones y estructuras organizativas para estar en consecuencia con sus tiempos; asimismo, para en su oportunidad construir una plataforma de propuestas, elemento fundamental en búsqueda del compromiso ciudadano.

En el Partido Revolucionario Institucional, no sin dificultad ha habido un claro empeño para mantener y redimensionar sus espacios de poder, para revisar su relación con los sectores de la población, y aún más, volver al origen para contactar con los sectores mayoritarios ávidos de bienestar, afirmando un espíritu de mayor apego a principios y doctrinas.

Los largos años de crisis, también de falta de credibilidad en los programas y propuestas institucionales, ha desdibujado la fortaleza de la otrora organización política única e invencible. Es oportuno resaltar que, tras largos años en el ejercicio del poder, han generado máximas en forma concluyente: ``lo que hace bien al gobierno no hace bien al PRI''.

Seguramente, el 4 de marzo será para la cavilación. Y como todo principio de reflexión política, sin ingenuidad estaremos afinando estrategias y tácticas políticas para mantenernos en el poder, estableciendo vigorosas líneas de acción, actitudes y propuestas programáticas, procedimientos más transparentes y de mayor participación ciudadana que nos permitan continuar en el ejercicio gubernamental hacia el nuevo siglo.

Pactaremos nuevas formas de entendimiento interno, renovaremos nuestro ánimo, evitaremos la autodenigración, manteniendo cohesión y fortaleza para la contienda. De esta manera, revisaremos nuestra agenda empeñados en la recuperación económica, en la fortaleza de nuestra soberanía, con una mejor justicia social, buscando la ampliación de nuestros procesos democráticos. También preparemos el camino para la natural renovación generacional de los mandos y así satisfacer las necesidades de una sociedad en constante cambio; particular atención requieren los jóvenes y las mujeres, a través de prácticas idóneas que estimulen su participación para que sus aspiraciones se materialicen.

En fin, es hora de la política. El PRI vela sus armas, reafirma su compromiso social en virtud de su condición mayoritaria y, consecuentemente, en la búsqueda de corresponsabilidad. El partido se robustece porque la manera de hacer política ha cambiado. Y lo seguirá haciendo para enarbolar mejor las causas populares, con mayor responsabilidad y efectividad. Son los nuevos tiempos del PRI, de mayores requerimientos, lo que significa ofrecer respuestas contundentes, rápidas, transparentes. El PRI busca el bienestar colectivo como un compromiso ineludible.

*Senador de la República