n Es más importante que ganar votos, advierte


El tránsito a la democracia, prioridad del PRD: Garavito

Georgina Saldierna V. n Para Rosa Albina Garavito Elías, candidata a la presidencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el riesgo que enfrenta este partido es que sólo se ponga el acento en el crecimiento electoral y no se tenga conciencia de que su fuerza política va más allá de la simple presencia en las urnas.

"Si no queda claro que la fuerza que estamos construyendo no es para la alternancia en el poder, sino para la transición a la democracia, estaríamos en el peligroso riesgo de refuncionalizar al PRI", agrega la senadora, economista, catedrática universitaria y fundadora de la revista de análisis El Cotidiano.

En entrevista con La Jornada alerta que si la militancia perredista piensa que lo prioritario es acumular votos, se puede perder la perspectiva en cuanto a la idoneidad de las candidaturas externas, sobre todo las que provienen del PRI. Y es que, como partido, "debemos ganar elecciones, pero si no cuidamos quiénes son los abanderados del proyecto del PRD en los comicios, nos podemos traer todos los vicios de un régimen obsoleto como es el priísta", sostiene.

Promotora de la candidatura a la Presidencia de Cuauhtémoc Cárdenas, propone que ese partido siga siendo de puertas abiertas, no solamente a las candidaturas externas, sino sobre todo a las propuestas de la sociedad, pero que en esa apertura "tengamos el cuidado suficiente para no perder el perfil y la identidad".

Ex guerrillera, Rosa Albina Garavito considera que en la actual contienda por la dirigencia nacional del PRD no debe soslayarse la discusión sobre los dos proyectos de partidos que representan los aspirantes: el de la alternancia en el poder y el de la transformación democrática que implica cambios en las reglas del juego.

La legisladora se inscribe en la segunda opción, y en la primera coloca a su contendiente Jesús Ortega, pues ha sido un militante que promueve los acuerdos en el espejismo de acumular votos. Aclara que está a favor de establecer acuerdos, pero destaca que el reclamo de la sociedad es hacer política en torno de un proyecto y éste no puede ser sólo ganar gobierno, sino, insiste, cambiar las reglas del juego.

Riesgo de volverse un partido burocrático

Candidata por Convergencia Democrática Nacional ųagrupación que recientemente nació con el apoyo de integrantes de El Barzón, la COCEI y la Corriente de Izquierda Democrática del DF, entre otrosų, advierte que si la dirección perredista no es capaz de expresar y respetar la experiencia y la voluntad de los militantes, se corre el riesgo de que ese partido se convierta en un instituto burocrático más.

Para no caer en ello, considera que se debe tomar en serio la institucionalidad democrática; institucionalidad, porque en ella se cristaliza la experiencia de la militancia, y democrática, porque abre todos los canales para que las decisiones fluyan y se respeten, explica.

Caracterizada como una mujer dura, e incluso radical, Garavito se reconoce como una mujer firme para luchar por lo que propone. Y si lo que hemos planteado "es contribuir de manera sustantiva a que México sea un país de libertades, democrático, en el que quepamos todos, con un proyecto económico incluyente, debe haber mucha claridad en el horizonte, no perder de vista por qué nacimos, no olvidar el sacrificio de cientos de militantes y no perder de vista el reclamo de la sociedad", puntualiza.

Eso, sin embargo, no implica ser resistente a llegar a consensos. "Creo que yo sería la primera en firmar un acuerdo con el gobierno y con otras fuerzas políticas del país, si se llega a él de cara a la sociedad; si se discute y se salvaguardan los intereses nacionales y sociales", agrega.

La senadora hace una evaluación de cómo se encuentra el PRD. Considera que en sus 10 años de existencia ha registrado un crecimiento acelerado y se ha convertido en una opción real de poder para democratizar al país. "Hemos tenido capacidad de responder de manera simultánea al reto de crear la estructura y los documentos básicos, y al mismo tiempo mantener la iniciativa política frente a los grandes temas de la agenda nacional de fin de siglo. Prueba de ello fue la reciente actuación de los perredistas frente al Fobaproa y el proyecto de presupuesto", destaca.

Reconoce que existen problemas al interior de su partido, y pone como ejemplo el corporativismo, el clientelismo y la existencia de grupos de interés que se oponen a que crezca la militancia y la afiliación. Sobre los dos primeros temas, señala que debe realizarse una profunda discusión con los militantes que realizan ese tipo de prácticas para evitar que las sigan efectuando. "No veo qué tenga que hacer un legislador vendiendo leche y no en su tarea de legislar".

Acerca del tercer asunto señala que debe atacarse, pues el partido no se puede ver como negocio personal y espacio para los grupos de presión. Considera que la dirección de Andrés Manuel López Obrador tuvo grandes aciertos; sin embargo, por poner el acento en lo nacional, no se dio la atención necesaria a los problemas estatales.

Uno de ellos fue el de Michoacán, en donde las divisiones internas provocaron que el PRD no pudiera ganar un solo distritos electoral en las elecciones de noviembre pasado, pese a haber obtenido casi todos los federales en 1997. Otro fue el de Quintana Roo, estado en el que se postuló a un ex priísta vinculado al controvertido ex jefe de la policía capitalina Arturo Durazo Moreno.

Tras una presidencia fuerte como la que ha tenido López Obrador al frente del PRD, considera que ahora lo que se requiere es una dirección colectiva, pues de lo contrario se corre el riesgo de anquilosarse y no estar a la altura de los desafíos. El partido puede perder el rumbo.

"No tengo una visión apocalíptica, pero más vale que hagamos una dirección colectiva", reitera, y destaca que los problemas registrados al interior de Convergencia Democrática para restructurar su planilla forman parte de la realidad de ese instituto.

n Rechaza el "pragmatismo" que impulsó Ortega


El reto, consolidar un partido de izquierda moderno: Saucedo

Georgina Saldierna V. n Identificado como uno de los hombres duros de la dirigencia perredista, el senador Mario Saucedo Pérez, candidato por segunda ocasión a la presidencia nacional del PRD, se manifiesta contra el "pragmatismo" que, asegura, impulsó Jesús Ortega Martínez desde la secretaría general, y la política de alianzas que ha permitido "la inclusión de ex priístas de cuestionable trayectoria".

Advierte que de seguir esta práctica, el PRD corre el riesgo de convertirse en un nuevo PRI, al ubicar en consecuencia que el principal reto de este instituto en los próximos tres años, es consolidarse como un partido verdaderamente democrático y moderno de izquierda.

Ni el corporativismo y el clientelismo priísta, ni el elitismo y verticalismo panista, ni el sectarismo y burocratismo de la vieja izquierda, proclama, al destacar su rechazo a lo que llama una política sin escrúpulos y al margen de los principios que han promovido Ortega y otros miembros del Comité Ejecutivo Nacional del PRD.

Ejemplos de esa tendencia son el de Ignacio Morales Lechuga, "que ya todos saben en qué terminó" y actualmente el de José de Jesús Calderón Ojeda, Calderoncito, quien es promovido para ocupar la dirigencia perredista en Sinaloa, pese a que fue jefe de la policía política de la entidad en una época en la que se registró la desaparición de más de 40 jóvenes activistas universitarios.

Contendiente por la presidencia perredista en 1993 junto a Porfirio Muñoz Ledo y Heberto Castillo, critica que en busca de lograr alianzas que reporten beneficios electorales el PRD otorgue apoyos sin importar los principios del partido. Reitera entonces su rechazo a candidaturas como la de Gastón Alegre en Quintana Roo y la de Antonio Guadarrama en Nayarit. De este último señala que fue un priísta muy cercano a Rogelio Flores Curiel, uno de los responsables de la matanza del jueves de corpus en 1971.

Deben ponerse límites a las candidaturas externas

Integrante de la desaparecida corriente conocida como la Trisecta, ubica su candidatura como la que buscará triunfos electorales, pero siempre acatando los principios y los postulados perredistas. En tal sentido, se manifiesta de acuerdo con que el PRD se mantenga abierto a las candidaturas externas, siempre y cuando haya límites y se analice la trayectoria y la honorabilidad de quienes pretenden ingresar, sobre todo si provienen del PRI.

El legislador también llama la atención sobre la necesidad de no repetir actitudes autoritarias y verticales al interior del PRD, luego de denunciar que Jesús Ortega y otros integrantes del CEN realizaban negociaciones políticas al margen de las instancias partidistas y teniendo en cuenta acuerdos pactados con gobernadores y secretarios de Estado.

Identificado con la corriente de los cívicos, Saucedo Pérez hace una evaluación de su partido. Considera que en los últimos tres años se ha logrado una institucionalidad muy importante y presencia nacional frente a la opinión pública. "Hemos llegado a un nivel de madurez en el que a pesar de la juventud estamos en condiciones suficientes para disputar el 2000", asegura.

No obstante, reconoce que falta avanzar en varios aspectos. Por ejemplo, destaca la necesidad de que los comités de base pasen a tomar el rol de las Brigadas del Sol, no sólo en tiempos electorales, sino de manera permanente; que se fortalezcan los vínculos con las organizaciones sociales --relaciones que se han descuidado al colocar como prioridad el crecimiento electoral--, y que se profundice en la discusión del proyecto alternativo que planteará el PRD como parte de su plataforma electoral rumbo al 2000.

Considera preocupante que muchos de los municipios que ha gobernado el PRD se pierdan a consecuencia de las malas administraciones, por lo cual plantea como una política prioritaria, que debe aplicarse en los próximos años, la formación de cuadros para la administración pública.

"La incapacidad para administrar correctamente lleva a que nos desacreditemos", reconoce, y destaca que el PRD tiene que ser más cuidadoso en la selección de sus candidatos, y también debe vigilar que el ejercicio del poder se haga conforme a los postulados perredistas. En relación con ello, estima que la garantía para gobernar es hacerlo con la gente y para la gente y, en ello, puntualiza, es necesario profundizar más en las acciones.

En entrevista con esta casa editorial, reconoce que se le ha caracterizado como un perredista duro e intransigente, pero ello es porque no "aceptamos decisiones políticas que vayan contra los estatutos y principios". No obstante la visión que se tiene de él, se manifiesta dispuesto a dialogar con el gobierno siempre y cuando se haga de cara a la sociedad y de manera clara y transparente.

Saucedo se manifiesta dispuesto a impulsar un gran frente social y político que promueva la democratización del régimen en su conjunto y emprenda una profunda reforma de la economía nacional. "Nuestro compromiso es de fondo; no proponemos ni disminuir los efectos del actual modelo neoliberal ni menos resignarnos a convivir con él, como destino fatal. México necesita un cambio real; requiere una revolución democrática que conduzca al país a un nuevo proyecto de nación", subraya.

Considera que este nuevo modelo debe basarse en una opción original que responda a la realidad nacional, luego de manifestar su rechazo a modelos populistas desarrollistas y a iniciativas basadas en la llamada tercera vía de los europeos.

Por último, destaca que los acontecimientos registrados el pasado jueves en Convergencia Democrática Nacional, que dieron lugar a la renuncia de Rosa Albina Garavito como candidata a la presidencia del PRD, y su posterior revocación, son producto de las disputas que se registran al interior de ese grupo.