Su estética, mexicana, universal, dice la productora; hoy, estreno nacional
Un embrujo, película de sueños rotos, afirma Bertha Navarro
Fabrizio León n La primera coincidencia fue con un dibujo de Carlos Carrera, el director. Trazó los rasgos de un viejo que fuera el brujo de la película, un curandero que habla en maya y traspasa con sus rezos esa realidad que aparenta embrujo.
En el casting apareció Ricardo Ku con su rostro igual al dibujo de Carrera y eso alentó para que la historia y ambientación hicieran del rodaje una película que gusta a sus productores y protagonistas y que en el extranjero diera un premio a su imagen; La Concha de Plata por mejor fotografía en el Festival de San Sebastián.
Ahora se estrena en México, donde vendrá el veredicto final del público y la crítica cinematográfica, para que se afiance y este esfuerzo pueda generar otros. "Ganar tu plaza, sin duda, es lo más importante", dice Bertha Navarro, quien encabeza la producción de Un embrujo, junto a Guillermo del Toro. "Afuera es en lo primero que se fijan".
Reflexiona la productora: "es una película de sueños rotos y se juega mucho con esto porque aquí lo que hacemos es contar nuestras historias y no esperar a que vengan a contarlas otros del extranjero, que están viendo el potencial del mercado hispano. Apostamos a que el público apoye una película de calidad y compleja, llena de personajes y con muchas tramas paralelas. Con una estética muy mexicana, que la hace universal. Por eso nos ha ido muy bien en el terreno internacional. Es una película que se queda mucho en ellos.
"A esta apuesta hay que darle la difusión adecuada para tener esa fuerza de un cine que compite en calidad; no creo que al público sólo le guste el cine facilón o las fórmulas de Estados Unidos", precisó.
Lo que está en riesgo, de no apoyar a nuestro cine, es nuestra cinematografía para el año 2000; es un momento clave y a la vez muy riesgoso, afirma Bertha Navarro en las oficinas de Tequila Gang. Dice que lo ideal es que la televisión apoye el cine nacional tanto como lo hacen con las producciones estadunidenses. Pero sin ese interés comercial a priori "necesitaríamos la mitad de nuestra producción para hacer una campaña comercial en tv, y eso, pues, como verás, no es posible". Es ella la que nos cuenta la historia del proyecto.
"Yo tenía ganas de hacer una película con Carlos Carrera y el guión lo habíamos trabajado en uno de los talleres que hacemos aquí, en la Fundación Toscano, y que inició hace cinco años, y creo que fue en el segundo taller cuando Carlos llevó este guión que nos gustaba mucho, pero que no avanzaba y lo puse en contacto con Martín Salinas, que es un guionista argentino que vivió mucho tiempo en México. Entre los dos lo terminaron. Y así se hizo con la empresa Salamandra. Lo traté de mover fui a buscar financiamiento afuera, pero no se dio, me dijeron que era una película muy mexicana y me dediqué a montarla con Imcine, básicamente, y Tabasco Films, que fueron los primeros que se comprometieron. A partir de ahí, que había una participación solida, Guillermo del Toro de junto conmigo como productor y a su vez consiguió la participación de Pueblo Viejo Producciones. Así logramos hacer la película. Al final, para terminarla pedimos un préstamo a Foprocine".
Fue un esfuerzo grande y nos interesó mucho que la película tuviera una repercusión fuerte, que atrajera al público. "Es una mirada a nuestra historia, amarga y con humor, que costó 2 millones de dólares. No es una producción enorme, afuera (en el extranjero) se mueren de risa; no lo creen, pero para México es mucho. Fueron nueve semanas de rodaje y una edición de cuatro meses. Es una película compleja.
--Pero, Ƒno hace falta una historia contemporánea, moderna, en el cine nacional, y no tanto esa mirada un poco nostálgica?
--Esto es una épica... A mí se me da eso: lo histórico. Le encuentro mucho sentido. Para vernos ahora necesitamos saber dónde se fracturó eso. Es una mirada de antes y tiene que ver con lo que pasa hoy, aunque tenemos proyectos contemporáneos. Estamos proyectando una comedia con Alfonso Cuarón sobre la corrupción... muy graciosa. También debo decir que empezamos a apoyar el cine desde la distribución, que ha estado muy desprotegida --la competencia es muy dura--; apostamos a la buena distribución y promoción.
--ƑNo es un problema de falta de guiones?
--Sí. Hay pocos guionistas; es un problema de formación. Hay vacíos e ir con un guión malo a filmar es fatal. Hay mucho trabajo qué hacer; por eso los talleres son importantes, y no sólo hablo de los nuestros, pero las escuelas los abandonaron y ahora se están retomando porque es una parte medular. Hay otros huecos, faltan editores, utileros y falta nueva gente dentro de todo el proceso, y como no se renovó, entonces tienes gente muy grande que sabe su oficio pero que es difícil moverlos .