Toquín en su terruño, en un deportivo
Los Angeles Azules hicieron volar a los iztapalapenses, en Santa Cruz
Arturo Cruz Bárcenas n En su alma mater, en la calle, donde se forja la popularidad real de los grupos que buscan autenticidad, Los Angeles Azules hicieron volar a los miles de asistentes al toquín en el deportivo de Santa Cruz Meyehualco, en Iztapalapa. Voló el polvo, producido por los cientos de parejas que se revientan hasta 16 desplazamientos continuos, ininterrumpidos, bajo el suave sopor de algunas cervezas consumidas a pesar del frío.
Preceden a los angelitos Los Santaneros, dolorosa escisión de La Santanera que sigue su rumbo; gritan a todo pulmón que no copian al conjunto semilla, que "interpretan, no imitan". Luces de Nueva York, El mudo..., pero... la nostalgia puede más y parejas de viejos esposos bailan y se besan. Quizá los temas les recuerdan otros momentos, con menos arrugas.
Siguen Los Panteras, que interpretan covers de éxitos norteños, para el zapateado. No han acabado su actuación y ya la gente grita "šAngeles, Angeles, Angeles...!".
Al griterío sigue un estruendo, un pinche cuete que me espantó hasta hacerme brincar. Tal fue el anuncio de que los querubines iniciarían su actuación. Luces multicolores lastiman ojos abiertos al máximo. Niña mujer es la cumbia de las cumbias de los iztapalapenses. Asocia el amor eterno, el paternalismo con que el machismo, cierta hombría, lleva a ver a la compañera. Aunque envejezcas serás "mi niña mujer". Mi único amor, otro super éxito que les dio fama en Argentina, durante una gira realizada en 1998; los ches supieron de la potencia de la "cumbia mexicana", considerada por los cultosos de todos lados como de baja calidad, si no es que naca, chafa. Elías Mejía, bajo de Los Angeles, dijo tajante que seguirán firmes, tercos, con su estilo y género. "ƑNo son aferrados?". "No. Es lo que nos ha funcionado y es lo que sabemos hacer".
Cuando el respetable canta šAy, amor!, el himno de la cumbia iztapalapense, no queda otra que darle la razón a Mejía. "šIztapalapa, donde vive la gente guapa!", gritan Los Angeles Azules. Vecinos de Santa Cruz, y de otras colonias como la 10 de Mayo, Jacarandas, Vicente Guerrero, al unísono, o casi-casi, sueltan un grrrrr que será interrumpido por Quiero ser y Por tu amor. Un poco atrás de esa bola apretujada frente al escenario, una señora, con delantal, chamaco en brazos chupando leche de su mamilota y otro en su carreola, durmiendo en sueño de los justos, baila dando un pasito pa'llá y otro pa'cá.
Hacia las dos de la mañana mucha gente se va. Cumplieron su sueño de volar con Los Angeles. Pero muchos otros se quedan para disfrutar de Los Freddys, aquellos creadores de El cariño que perdí. La noche es larga... y, además, no importa .