n Impugnan el proyecto sobre la Unidad del Bosque


Consulta pública, proponen

trabajadores del INBA

n Se reunieron con funcionarios para conocer la maqueta

Raquel Peguero n Los trabajadores sindicalizados de la Unidad Artística y Cultural del Bosque (UACB) implementarán a partir de este lunes una consulta pública para demostrar a las autoridades ''la desaprobación que existe dentro de la comunidad" en torno de la remodelación de ese espacio que, enfatizaron, ''no queremos abandonar" por el peligro que implica para sus fuentes de empleo y porque con la nueva estructura perdería el sentido social que mantiene hasta la fecha.

''Díganos si se tiene pensado cambiar el nombre de este sitio por el de Unidad Artística y comercial del Bosque", preguntó un trabajador a los funcionarios del Instituto Nacional de Bellas Artes ųHéctor Domínguez, coordinador de Asuntos Laborales, Mario Espinosa, director de Teatro, y Félix Barraza, director administrativoų con quienes mantuvieron una reunión para que les presentaran, por primera vez, la maqueta con la redistribución de los teatros y nuevos espacios que se someterán a licitación.

Durante la primera hora, de las casi dos que duró la reunión, los trabajadores escucharon la explicación de Espinosa respecto de los cambios que tendrá la unidad. Con la maqueta enfrente y pequeños planos que pasaron de mano en mano, los técnicos, administrativos, padres de familia y estudiantes que acudieron al encuentro, se enteraron que habrá un incremento en el número de butacas de los siete teatros ųde 2 mil 358 a 3 mil 330ų así como el hecho de que las únicas oficinas que ahí continuarán son las que corresponden a la dirección artística.

Les habló de detalles como el cambio del ''equipo histórico" de los teatros por uno más moderno, los salones de ensayo, el estacionamiento y otros aspectos relacionados con la parte arquitectónica de los inmuebles.

Los trabajadores, sin embargo, les explicaron que su preocupación ''va más allá de lo estético y arquitectónico, pues por lo que vemos en la maqueta, 20 por ciento de lo que construya en la unidad artística, la seguiría administrando el Instituto Nacional de Bellas Artes y el 80 por ciento restante estaría concesionado", por lo que su preocupación es si serán reinstalados en esos espacios.

La respuesta quedó en el aire pues, explicó Domínguez, la reunión era exclusivamente con el propósito de presentar la maqueta y los instó a concertar una reunión en fecha próxima, con comisiones por separado de cada área para ''tocar los temas particulares".

Al pedir especificaciones como la cantidad de cines que se construirán, los funcionarios no supieron la respuesta, el clima de tensa calma que se había mantenido se fracturó cuando un trabajador solicitó que no se dijeran ''más mentiras" por lo que, ofuscado, Espinosa pidió que los respetaran porque el no saber la respuesta no era mentir; ''yo sólo me hice cargo de la cuestión de los teatros, lo otro no lo sé y por tanto no puedo contestar", increpó mientras otros sindicalizados acotaban que la falta de respeto venía de ellos, pues durante el transcurso de la reunión estuvieron entrando y saliendo de la sala de juntas sin prestar total atención a sus requerimientos.

 

Escasas respuestas, atropellada salida

 

''Ya no nos mientan, pues no se vale que hablen de espacios ideales cuando no lo son, como las instalaciones que destinaron para la Escuela de Danza Folklórica", cuestionó una madre de familia.

La señora les dijo que ellos ni siquiera conocían las instalaciones y la prueba era que tras una reunión que habían tenido el día anterior, Domínguez se había sorprendido al saber que algunos salones estaban techados con asbesto. Les pidió que fueran a ver el recinto ubicado en Cuatro Caminos, no sólo para que constataran las malas condiciones en donde estudiarán sus hijos, sino la peligrosidad de la zona. ''Los invito a que vayamos a las seis de la mañana, en Metro, para que sepan de lo que se trata".

Entre respuestas contradictorias, que no terminaban de aclarar las dudas de los trabajadores, se les preguntó a los funcionarios si éste era el mejor proyecto que se había encontrado, frente a cuántos más se había decidido eso y quién había tomado tal determinación, ''porque esto es propiedad de la nación y más bien habría que hacerse una consulta popular para ver, en todo caso, a quién se le da''.

''ƑQuién les pidió esta área?, Ƒcómo los convenció de que se las otorgaran? Estas son mesas de discusión, porque no somos títeres que sólo venimos a escuchar", indicó un trabajador que fue aplaudido por sus compañeros.

Sin embargo no hubo respuesta, sólo una atropellada salida de la sala por parte de los funcionarios que, con ello, dieron por terminada la reunión.