n La poesía es un laboratorio al que debo volver, señala


Si el escritor va al siquiatra, resulta un exceso

porque lleva el diván encima: Vázquez Montalbán

César Güemes/ II n Manuel Vázquez Montalbán se dio el cuádruple lujo de renovar la narrativa del crimen con su ya muy nutrida serie de Pepe Carvalho, de participar en la educación sentimental de su generación con sus hasta ahora siete poemarios, de ejercer el periodismo y el ensayo como si fuera su única misión en la vida y de escribir otras cuantiosas novelas con los más diversos temas, mismas que han recibido el apoyo de los lectores como si de Carvalho se tratara. Cerremos el tema de Cuba y su libro Y Dios entró en La Habana (Aguilar) para adentrarnos en sus otros mundos.

ųY Dios entró en La Habana toma como punto de fuga la visita del Papa a Cuba. Sin embargo, el personaje protagónico del volumen es el presidente Fidel Castro. ƑHa variado su visión de él?

ųNo ha cambiado sustancialmente. En cuanto salió el libro en España dije que era un déspota ilustrado. Y eso colocó a las personas a la defensiva porque consideraron el dicho como un insulto. Pero no lo es, al contrario, es casi una denominación científica: el ilustrado del siglo XIX parte de la idea de que con la verdad por delante está en condiciones de imponerla a los demás para mejorarlos. Esto es el espíritu de la Ilustración, y en ese sentido Castro es un déspota ilustrado. Claro, cuando lo menciono así, parece que me sumara a los que lo llaman tirano y esas cosas. Creo que la evolución de la humanidad y de la sensibilidad de la izquierda han llegado a un punto en que pueden concretarse en una frase que se dijo en Europa en los años setenta: dictadura ni la del proletariado.

 

La paella, arroz al punto

 

ųHa circulado con buena fortuna la especie de que trabaja usted con cinco ordenadores encendidos al mismo tiempo, y que a ello obedece su alta producción. ƑEsto es real?

ųEs una broma que me hizo Manuel Vincent, amigo mío y colaborador de El País, quien dijo que mientras yo estaba haciendo una paella escribía cuatro o cinco cosas a la vez, lo cual es imposible. Para una paella hay que estar muy pendiente del punto del arroz porque de otra manera se te fastidia el plato. Lo que ocurre es que he ensayado casi todos los géneros. Luego, no tengo que dedicar casi ningún tiempo de mi día a nada concreto en el sentido de un profesional que ha de ir unas horas a un periódico o impartir clases en una universidad. Todo mi tiempo está dedicado a leer y escribir.

''Además, también tengo una presencia en los medios, escribo para algunas publicaciones y luego me hacen entrevistas, con lo cual da la impresión de que soy omnipresente. Lo sorpresivo quizá es que le soliciten una narración de su trabajo a los escritores que escriben y no a los que lo son bajo palabra de honor.''

ųQuizá una de las vetas menos abordadas en su caso, aunque cuente con varios títulos en ella, es la poesía. ƑContinúa practicándola?

ųSí. El más reciente de los siete poemarios que he producido apareció hace año y medio, Ciudad. Es el primero que he publicado aparte de una suerte de libro único que se ha prolongado durante muchos años y que se engloba dentro de Memoria y deseo, que es una cierta paráfrasis del título de Cernuda, La realidad y el deseo.

''Memoria y deseo corre a partir de 1963 y llega hasta los años ochenta y considero que es un largo recorrido por la educación sentimental de mi generación. Cuando acabé ese ciclo, que apareció primero en Seix Barral y luego en Grijalbo-Mondadori, la nueva etapa está en Ciudad, que sacó Visor. Continúo escribiendo poesía porque siempre he considerado que es un laboratorio al que debo volver.''

ųEscribir la novela Autobiografía del general Franco, Ƒle sirvió como una cura o un exorcismo literario para quedar personalmente en paz con el tema?

ųConsidero que si un escritor va al siquiatra, es excesivo. Si escribes, ya tienes tu oportunidad, llevas el diván encima. Para responder a esa pregunta quizá tendría que haber ido al siquiatra. En fin, mientras escribí ese libro funcionaron muchos mecanismos de catarsis y de liberación. El libro no es sólo la autobiografía de Franco sino también de los antifranquistas, sobre todo los de un sector determinado, los que en realidad pusieron más carne al asador y recibieron menos compensación por su lucha contra el franquismo después de la Guerra Civil. Es, entonces, una autobiografía compartida entre Franco y los antifranquistas, y por tanto hay mucha parte de mí mismo, muchas experiencias que traslado al personaje o situaciones familiares o culturales mías aparecen ahí.

ųCuando escribe O César o nada, hace aparecer en el inicio a Gramsci por sus estudios de Maquiavelo. De modo que supongo que el poder le ha interesado siempre. ƑEs así?

ųEs así. Cualquiera que haya sido víctima de una dictadura durante 36 años, como fue mi caso, por poca sensibilidad política que tenga asumirá el tema del poder porque lo ha vivido en toda su impunidad, desfachatez y con casi ninguna posibilidad de enfrentarse a él para plantear una contrapartida. Creo que eso vacuna contra cualquier exceso de poder. Nos hemos encontrado a veces en situaciones de estas en la contradicción de luchar contra la dictadura sosteniendo unos programas y unos proyectos sociales que también podrían tener una lectura en clave de sectarismo. Pero los que pasamos por experiencias de dictaduras reales, estamos vacunados para siempre ante cualquier tentación de otra clase de dictaduras del signo que sean.

ųA la muerte de Franco ya era usted escritor y periodista. ƑSon dos personas distintas, sin embargo, antes y después de él?

ųNo, ni yo ni la literatura fuimos diferentes. Antes de Franco había una sociedad civil que iba ganando terreno y creaba un territorio de libertad no reconocida, y que ya había empezado a leer y a pensar lo mismo que otras sociedades civiles de carácter democrático. Aunque había una contradicción entre la base social y material del desarrollo económico y las superestructuras que seguían respondiendo a la complexión fascista del poder. Ese divorcio se supera con la muerte de Franco, lo cual quiere decir que todo lo elaborado por la sociedad civil apenas y tiene un cambio.

''En las tendencias literarias, por ejemplo, aquellas que continuaron ya estaban esbozadas desde antes, lo que nos faltaba era un mayor rango de libertad para recuperar la memoria histórica críticamente, para hablar de sexo y demás. Lo que a la luz del paso del tiempo significó la muerte de Franco fue liberar los esfínteres, pero no variaron las tendencias culturales.''

 

Superar la ''dictadura del lector''

 

ųƑQué tanto requiere de inventar o reinventar la realidad cuando hace, por ejemplo, libros que van a medias entre la ficción y el mundo tangible como es el caso de Roldán, ni vivo ni muerto?

ųEsa es la experiencia del escritor de folletín, por entregas, como resultó ese trabajo luego recogido en un libro. Ni uno mismo sabe en lo que a terminar algo así. Y es una aventura legítima.

''A la fórmula segura de la novela policiaca de Carvalho, me permití desde Sabotaje olímpico ensayar la novela por entregas y liberarme con eso de una estructura ya esperada por el público. Me saqué de encima la ''dictadura del lector" que pide una determinada manera de escribir. Y eso aun a riesgo de saber que los lectores de las novelas de Carvalho iban a sorprenderse y en muchos casos no legitimarían ese cambio.

''La caricatura que hay en Roldán..., el estar acogido a un referente de comic o, en el caso de Sabotaje... a la literatura del disparate, era un riesgo. El público bien podía decir que esas no eran las aventuras del personaje que esperaban. Pero me divertí mucho haciéndolas y pienso que valió la pena jugar esa apuesta.''

ųYa que estamos con Carvalho, Quinteto de Buenos Aires, su más reciente aventura, Ƒes en realidad un reconocimiento a Jorge Luis Borges y a Ernesto Sábato?

ųHay una broma dedicada a ellos dos, es verdad. Con Borges tengo una especial relación. Le admiro mucho como algo casi indefinible.

''Es un poeta pero también es otras cosas: un fabulador, un falsificador tremendo de situaciones, personajes e incluso de erudición. Esto último me lo temo, porque luego parece que es una falsificación de cierto saber y al final resulta que es verdad. Bueno, este juego es la apoteosis de la literatura lúdica.

''A veces me pregunto, Ƒpor qué este hombre no escribió una novela?, Ƒy por qué tampoco escribió un cuerpo poético suficiente para decir que era un poeta? A la pregunta de Ƒentonces qué era?, podemos contestar que Borges era la literatura y todos quedamos satisfechos.

''Quiero decir que Borges me gusta mucho por una parte y, por otra, que me interesan más escritores de corte muy distinto. En todo caso admito la fascinación por él y admito también que plantea muchos enigmas en los cuales radica quizá su singularidad.''

ųƑDesaparecerá Carvalho en el año 2000, como se ha sabido?, Ƒmorirá el personaje?

ųMorir jamás, no he matado nunca nada. Bueno, he matado mucho porque en las novelas que escribo el asesino siempre es el autor, el que planea el crimen y lo comete.