Cuba endurecerá los castigos contra los disidentes, narcos y proxenetas

n Pena de muerte contra el comercio ilegal de drogas; hasta 20 años de cárcel a jineteras

José Antonio Román, enviado, La Habana, 15 de febrero n En sesión extraordinaria y ante la presencia del presidente Fidel Castro, la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba discutió hoy reformas al Código Penal, que tipificarán nuevos delitos como el narcotráfico, lavado de dinero, indisciplina social, proxenetismo, tráfico de personas y posesión ilegal de armas de fuego.

Las reformas, que incluyen la pena de muerte a los responsables del importantes tráficos de droga, o cuando esas actividades signifiquen una amenaza para los menores de edad, serán sancionadas este martes luego que la Asamblea se reanude nuevamente en el Palacio de las Convenciones, tras un receso que se decretó esta noche.

Junto con el endurecimiento de los castigos contra la delincuencia, en particular el robo con violencia, las reformas que serán aprobadas al Código Penal incluyen la pena de muerte, a través del fusilamiento, para los narcotraficantes que operen en la isla grandes volúmenes de droga e involucren en sus actividades a menores de edad.

Un punto que llamó la atención en el proyecto de reformas al Código Penal fue el endurecimiento de las penas a todas aquellas actividades relacionadas con la prostitución. Una vez que se sancionen las reformas, estará prohibido y severamente penado ejercerla. Para las prostitutas internacionalmente conocidas como jineteras, la primera pena será trasladarlas a granjas de rehabilitación hasta por tres años, pero en caso de reincidencia la sanción alcanza hasta 20 años de cárcel.

Para el caso de los ciudadanos extranjeros que la fomenten se establece su inmediata deportación y la cancelación definitiva de su visa para ingresar de nueva cuenta a territorio nacional.

 

Rechaza Castro el "turismo sexual"

 

"No queremos el turismo sexual, de la misma manera que no queremos el turismo de juego... no vamos a perder el honor por pacotillas", aseveró el mandatario al defender la penalización de la prostitución, al hablar ante la asamblea plenaria.

"La prostitución no es sólo una cuestión de honor, de moral, de prestigio, sino que amenaza la salud", indicó en alusión a que, de acuerdo con las autoridades cubanas, la prostitución es una vía de propagación de enfermedades sexuales, en especial del virus del sida.

El presidente Fidel Castro señaló que la pena de muerte debe ser útil para impedir que se registren más muertes provocadas por actos criminales. "Antes que lleguemos a dos mil muertos relacionados con la droga, es preferible fusilar unos cuantos".

"Se debate mucho la pena de muerte en sociedades distintas, con otra condiciones sociales", en particular en Europa, reconoció el mandatario cubano al hablar ante los 562 diputados. "Ojalá llegue el día en que podamos aquí prescindir de la pena capital. Pero primero estamos contra la pena de muerte del país, contra la muerte del país: hay que salvar al país", indicó en respuesta a dos legisladores que manifestaron reticencias contra la pena capital.

Los problemas serán encarados de frente por la sociedad cubana, "digan lo que digan, y con las leyes a las que tenemos derecho hacer", dijo el comandante Castro al referirse al Código Penal, que también prevé penas para actividades consideradas lesivas contra la independencia y la economía nacionales.

Respecto a este último punto, las conductas delictivas consideradas en la propuesta de reformas penales son el suministro, búsqueda u obtención de información que atente contra la independencia y la economía nacional, así como la introducción en el país de materiales subversivos, su reproducción o difusión.

También la colaboración directa mediante terceros, con emisoras de radio y televisión, periódicos, revistas u otros medios de difusión masiva a los fines señalados como delitos. Este capítulo, según diversas fuentes de información de la isla, está dirigido contra un sector de la prensa autollamada independiente, que sin estatuto legal, colabora con los medios del exilio de Miami, y que hasta ahora había sido tolerada por el gobierno cubano.

De su lado, alarmado por el grave crecimiento de la delincuencia en la isla --aunque se señala que es uno de los índices más bajos en todo el continente--, el fiscal general, Juan Escalona, dijo poco antes de que comenzaran los debates que todos estos "actos antisociales" constituyen una "agresión" a toda la obra de la revolución.

Vestido con su tradicional uniforme verde olivo, Castro advirtió ante los 562 delegados diputados de la Asamblea Nacional, que estos delitos y penas nuevas son necesarias para conservar la revolución, ya que, expuso, "hay que salvar al país como cosa absolutamente necesaria, ya que lo que quieren los enemigos es la muerte del país, la muerte de la revolución es la muerte del país, la muerte de la independencia, del porvenir, de la identidad de nuestros compatriotas, es la muerte de la justicia y de la revolución".

En una extensa participación en el Palacio de Convenciones, rodeado de una fuerte seguridad, el presidente cubano identificó al delito, ensalsado por la prensa disidente, como "instrumento contrarrevolucionario" por el daño que provoca en la sociedad, desmoralización y debilitamiento.

Tras aseverar que "el imperialismo promueve la delincuencia, la estimula, la propagandiza... la promueve contra el país", insistió en que "el delito es uno de los factores de la estrategia imperialista contra Cuba, un elemento de la dinámica enemiga para intentar destruir la revolución".

después de más de doce horas de sesión extraordinaria, los 562 delegados del Parlamento cubano decretaron un receso para reiniciar los trabajos, aunque por las intervenciones de los diputados se da por hecho la aprobación de las reformas al Código Penal, las cuales fueron planteadas por el mismo Fidel Castro desde el pasado 5 de enero, en una intervención pública.

Los representantes del pueblo isleño calificaron las nuevas penas y delitos como insuficientes si la sociedad no participa con la formación de valores y una actitud vigilante, para denunciar todo acto que este fuera de la ley y atente contra la revolución.

Los diputados aportaron razones suficientes para aprobar las reformas propuestas por el gobierno y hubo quien señaló que se debe fortalecer la ética familiar, donde las iglesias con las demás instituciones del país, puedan contribuir a la formación de los individuos y sanear la vida social.