n Su esfuerzo es valeroso y de gran ayuda, afirmó
Bill Clinton dio en Mérida una virtual certificación a México
David Aponte y Rosa Elvira Vargas, enviados; Luis A. Boffil, corresponsal, Mérida, Yuc., 15 de febrero n Ante unas dos mil personas reunidas en el teatro José Peón Contreras, el presidente Bill Clinton dio su visto bueno y respaldo a las políticas antidrogas de México.
El esfuerzo de las autoridades mexicanas en la guerra contra las drogas es ''valeroso'' y de gran ''ayuda'' para Estados Unidos. ''Y nunca debemos castigar a México por tener el valor de afrontar sus problemas'', argumentó, a dos semanas del proceso de certificación de la Casa Blanca.
Prácticamente colocó a México en la lista de los países que serán certificados en sus acciones antinarcóticos en 1999. ''Quiero reconocer los esfuerzos del presidente Zedillo para ayudar a México a eliminar este flagelo'', manifestó.
Con el nuevo espíritu de colaboración en la batalla contra las mafias de las drogas, y las nuevas medidas de efectividad bilaterales adoptadas en el décimo encuentro de los presidentes de México y Estados Unidos, una especie de parámetros de los resultados alcanzados, los responsables del Grupo de Contacto de Alto Nivel comenzarán la autoevaluación en septiembre de 1999, para tener los primeros resultados en abril del año 2000.
La agenda de los presidentes comenzó con una reunión privada en la ex hacienda Temozón, ubicada en el municipio de Abalá, 80 kilómetros al sur de la capital del estado. Al concluir los actos protocolarios, los periodistas acreditados ante la Casa Blanca formularon varias preguntas a Clinton sobre el affair Lewinsky, la absolución del Senado, el proceso de certificación antidrogas y las aspiraciones políticas de su esposa Hillary.
El mandatario respondió que no tenía mucho que agregar a su declaración del viernes, en la que nuevamente pidió perdón a su pueblo. ''Creo que es tiempo de reconciliación y renovación'', dijo. Del segundo tema, explicó que la certificación es una ley, y el Departamento de Estado tendrá su recomendación en las próximas semanas. ''La cuestión es cómo podemos tener un mejor acuerdo y mejores acciones para combatir con México el problema de las drogas. Como ha dicho el presidente Zedillo, es el problema número uno de seguridad nacional y ''ningún país ha ganado la guerra contra las drogas''. Respecto del futuro político de su esposa Hillary Rodham, manifestó que ella sería una sobresaliente legisladora en el Senado, pero esa es una decisión personal y ''yo voy a dar todo mi apoyo a la determinación que ella tome''.
Después del mediodía, los mandatarios regresaron a la ciudad de Mérida para firmar un comunicado conjunto con los resultados de la visita y expresar su beneplácito por los nueve acuerdos bilaterales alcanzados en las 22 horas que duró la estancia del matrimonio Clinton en Yucatán.
En su mensaje, el presidente de Estados Unidos recordó una vez más su visita con Hillary a Acapulco, en su luna de miel hace 24 años. ''Su país ha tenido un lugar en nuestros corazones desde entonces'', expresó en una frase que arrancó risas y leves aplausos entre los asistentes al Peón Contreras. Luego habló del nuevo nivel de la relación entre México y Estados Unidos. Los representantes de ambos países dialogan hermanados y no enfrentados. Los caminos convergen y existen compromisos comunes con respecto a la democracia y los desafíos del próximo milenio:
''Homenajeamos al presidente Zedillo y a todo el pueblo de México por los pasos que han adoptado y que siguen adoptando para profundizar su democracia''. Ahora, al votar el pueblo de México por la democracia, todos debemos hacer lo posible para asegurarnos que la democracia cumpla para con ellos''.
Clinton dijo que la relación bilateral en el ámbito económico es fuerte, y que Estados Unidos tuvo razón en apoyar a su vecino durante la crisis económica desatada en diciembre de 1994. Pero la relación o la asociación económica va más allá y comprende otros terrenos importantes, como la solidaridad hacia los países de Centroamérica, el mejoramiento de la seguridad y la salud en la frontera y la protección de los recursos naturales, añadió.
Frente a Zedillo, su gabinete y legisladores de los dos países, Clinton dio cuenta de los esfuerzos mexicanos y binacionales en materia de lucha contra el narcotráfico. ''Hace algún tiempo no hubiéramos podido hablar sobre el problema de la droga, sin caer en el argumento eterno de quién tiene la culpa. Eso ha cambiado''. Ahora, Estados Unidos acepta que debe reducir su consumo de droga y México reconoce que debe terminar con el comercio de los narcóticos, por cuestiones de salud pública y de seguridad nacional. ''Podemos hablar francamente sobre esto, porque hemos empezado a hablar con el mismo lenguaje: el lenguaje de los padres que aman a sus hijos, el lenguaje de los ciudadanos que quieren vivir en comunidades donde las calles sean seguras y donde se respete la ley, el lenguaje de los líderes que reconocen que nuestra responsabilidad es proteger a nuestros pueblos de la violencia y a nuestra democracia de la corrupción''.
En este nuevo marco, dio su beneplácito al nuevo plan antinarcóticos y al gasto de 500 millones de dólares para esta guerra, anunciado el 4 de febrero por el secretario de Gobernación, Francisco Labastida. ''Estados Unidos está dispuesto a hacer todo lo posible para apoyarles. Ofrecí nuestro apoyo a la nueva Policía Federal Preventiva y vamos a ayudar más con respecto a los problemas fronterizos y vamos a establecer hitos que permitirán medir el éxito común en la lucha contra las drogas''.
Respecto al tema de la migración, habló de la necesidad de promover la seguridad y los derechos humanos de los migrantes y del imperativo de eliminar el tráfico de seres humanos a través de la frontera.
Cerró su discurso con la idea de que hay un nuevo entendimiento entre Estados Unidos y México, un diálogo y no un monólogo, de que los problemas son tratados como en el seno de una ''familia''. Sabemos que lo que nos une es mucho más importante que lo que nos divide, puntualizó, para decir en español: ''Muchas gracias de todo corazón''.
De inmediato, los funcionarios mexicanos dedicaron toda clase de elogios para el discurso del invitado. Por ejemplo, la canciller Rosario Green expresó que fue un ''mensaje a favor de la cooperación''.
En un briefing ofrecido a los periodistas estadunidenses por la secretaria de Estado, Madeleine Albrigth; la procuradora Janet Reno, y el zar antinarcóticos, Barry McCaffrey, destacaron el nuevo esquema bilateral para medir la efectividad de las acciones antinarcóticos. McCaffrey consideró que el mecanismo permitirá hacer un seguimiento mensual de los esfuerzos y los logros alcanzados en la guerra contra las drogas. Reno informó que en abril habrá un nuevo curso de capacitación para fiscales e investigadores mexicanos en el Centro de Abogados de Carolina del Sur.
Los miembros del gabinete de Clinton hicieron un resumen de los nueve acuerdos alcanzados en esta reunión, principalmente del contenido de los convenios en materia de lucha contra el narcotráfico y migración. Por supuesto, los periodistas mexicanos no fueron invitados a la reunión de prensa con los funcionarios estadunidenses.