Su voz no le respondió, dijeron diarios chilenos
En Viña del Mar se le cayó el
Cielito lindo a Enrique Iglesias
Dpa, Viña del Mar, Chile n Con la euforia de cada año y un lleno total de la Quinta Vergara de Viña del Mar, ayer comenzó anoche el cuadragésimo Festival de la canción que se extendió hasta muy avanzada la madrugada con un programa que tuvo como figura estelar al español Enrique Iglesias.
La crítica, como es ya conocida por su dureza en la ciudad jardín chilena, fue esta vez también severa con Iglesias, quien "hizo un tremendo esfuerzo por cantar, pero su calidad vocal no lo acompaña", como comentó hoy el diario La Tercera, de Santiago.
El español dejó la idea de que no supo dominar la situación frente a un público muy exigente y esto lo obligó a correr casi permanentemente de un extremo a otro en el escenario al aire libre, lo que dificultó aún más sus posibilidades de hacer una buena actuación.
"Cometió además el pecado de arriesgarse con una versión de Cielito lindo y ahí ni siquiera su estupenda orquesta lo pudo sacar del mal paso en los tonos altos y lo tuvieron que ayudar sus fans, miles de niñitas que con gritos y llantos taparon los espacios en que Enrique se quedó mudo", escribió La Tercera.
Para otros críticos, "mucha pirotecnia" cubrió las deficiencias artísticas del español en una oferta que incluyó "canciones antiguas, reformuladas para los nuevos tiempos", como escribió hoy el diario Las Ultimas Noticias.
El público, mayoritariamente adolescente, pero compuesto también por numerosas personas con más años e igualmente de integrantes de la tercera edad, gritó con euforia y aplaudió a Enrique Iglesias, no tanto por su talento artístico, sino más bien por los recuerdos que dejó en Viña del Mar su padre, Julio Iglesias, ciudad por donde pasó en los inicios de su carrera artística en la década de los sesenta.
Enrique empleó "el más puro estilo de papá Julio, que en eso es el rey", acotó Las Ultimas Noticias.
Pero la juventud y sencillez de Enrique Iglesias, como las características más alabadas del cantante, también le dieron prolongados aplausos.
"Enrique, súbeme al escenario", le pedía en un cartel una joven que gritaba fuertemente y que estuvo a punto de desmayarse cuando Iglesias desapareció del escenario de la Quinta Vergara.
Sin embargo, a pesar de esta juventud, la resistencia física del joven artista no fue tampoco suficiente para soportar anoche con toda energía la presión del público, especialmente después de haber cenado abundantemente y haber bailado la noche anterior hasta las cinco de la madrugada en un discoteca en Viña del Mar, según dijeron testigos oculares.
Posteriormente, en una conferencia de prensa, Enrique Iglesias justificó en parte su debilidad en el escenario con una deficiencia auditiva que padece.
El último festival del siglo 20 continuará esta noche con otra estrella de la canción latinoamericana, el guatemalteco Ricardo Arjona, quien arribó ayer a Chile, pero tuvo que quedarse en Santiago por estar copada la capacidad hotelera en Viña del Mar, balneario del océano Pacífico situado a 130 kilómetros al noroeste de la capital chilena.