Graba para Pentagrama; publicará su Autobiograjúa el ex periodista


No siempre estoy de chistoso; es difícil hacerlo de a guevo: El Piporro

Arturo Cruz Bárcenas, enviado, Monterrey, NL n Respetado y querido por sus paisanos, Eulalio (Lalo) González Ramírez, Piporro, se halla inmerso en un ritmo de trabajo que sería agotador para muchas personas. A sus 77 años, este maestro está de vuelta y taconeándole, levantando polvo entre los cerros de su natal Monterrey. Con una vitalidad de varias juventudes ("me encuentro en la novena", confesó), graba 33 temas para dos cd, en los estudios de AudioRegio, rodeado de amigos, maestros arreglistas que también son sus amigos; músicos de rock, de clásico, bolero, norteño, polka, que también son sus amigos.

Joven eterno, sorprende su vitalidad, que "quizá se deba a esa forma de tomar la vida: como viene y con humor", dijo en una pausa durante la grabación de Pancho Tamales con el grupo de rock Cabrito Vudú, del cual Piporro ya inmortalizó con una broma-anécdota a uno de sus integrantes: toma Oscar Torres el acordeón y del instrumento sale un sonido del que Eulalio no puede quedar indiferente. "šNombre, si tocas como Louis Armstrong!"... Dubitativo, el chavo alcanza a comentar: "... Pero si Armstrong no tocaba el acordeón...". "šPues tú tampoco!".

Así, entre risas que más tarde se recordarán y harán reír como chiflados a quienes estuvieron presentes, Piporro acabará esta producción para discos Pentagrama hacia mediados de 1999. Una segunda y una tercera partes serán grabadas en el Distrito Federal y en Veracruz. Aquí, con Los Pregoneros del Recuerdo, trabajará Dame oportunidad, Puerta abierta, Corazón bandolero y Esta noche tú verás; en Monterrey, con Nicho: El tragabalas, Allá en la frontera, El pocho, Melitón el abusón y El taconazo (clásico de clásicos); con la guitarra de Angel Chacón hará el vals peruano Mil caminos; con don Mario Ruiz Armengol (y me pongo de pie, porque este dúo hará época), Aunque tú no me quieras; con arreglos de Aliber Medrano, Enamorado, Dos extraños, ƑQué pasaría? y Natalio Reyes Colás.

Asimismo, con Los Morales, El cantador de corridos, La Lupe, Vivo muerto (con su amigo, compadre y acordeonista desde 1962, Juan Silva) y Viva mi general (a dúo con Oscar Chávez). La lista sigue hasta conformar 33 temas con el grupo Otro Puerto, Banda de Tlayacapan, Mariachi Oro Juvenil de Dem esio Ramos y La Castañeda, con el que interpretará El abuelo ye-ye.

Los integrantes de Cabrito Vudú, formado hace seis años con cinco oriundos de esta tierra y otro de Reynosa, explicaron que AudioRegio los llevó a trabajar con el ídolo del norte. "La invitación la vimos como muy seria y nos fijamos aprovecharla. Hemos visto que Lalo tiene aún mucho humor y por ello ha sido una grabación amena. Estábamos nerviosos antes de conocerlo, porque pensábamos que se le iba a hacer muy roquero lo que hacemos, pero casi no ha puesto peros". Louis Armstrong (Oscar Torres) dijo que lo admira desde que era "un chiquío" y que nunca se imaginó trabajar con él.

Piporro tiene una fama que le da gloria. Ha trabajado al lado de Pedro Infante, Jorge Negrete, Pedro Vargas, Sarita Montiel, Elvira Quintana y tantas otras figuras cuyas vicisitudes serán narradas por el propio maestro en eso de arrastrar la bota en su Autobiograjúa, que en marzo comenzará a distribuir editorial Diana. En forma paralela, ediciones Pentagrama elabora un video con la historia del sombrerudo, bajo el talento de Rafael Montero, quien dirigió la película Cilantro y perejil.

Recuerdos. Son los que vienen y van durante la plática con Lalo en los estudios AudioRegio. ƑQuién a su edad se mete en ese ritmo de trabajo? "Inicié allá por los 40, en la película Necesito dinero, donde tuve un pequeño papel de gángster. La primera película con Pedro Infante fue Martín Corona, dirigida por Miguel Zacarías, allá por noviembre-diciembre de 1951. La primera película en la que canté fue Cuidado con el amor".

El papel de viejo en Martín Corona fue especial y trascendente en la carrera de Lalo, quien dice que actualmente ya se parece a aquel personaje. Lo alcanzó el pasado. Piporro, quien en su estudio ostenta sendos diplomas como Tenedor de Libros (contador) y Estenógrafo, otorgados por la Academia de Comercio General Zaragoza, en 1941, dice con voz más que norteña: "El personaje hablaba así: "no Martín, fijáte que... nunca en la vida el hombre que es hombre, chingao". "Cuando me vi hasta yo me equivoque; dije que qué padre viejo estaba ahí, jajajá". "ƑSabes por qué le pusieron Corona al personaje de Pedro Infante. Por la (cerveza) Corona, que era la que patrocinaba".

Después de la película Cuidado con el amor, Piporro comenzó su trayectoria como cantante. "Después de eso fui a los discos; todo fue al revés, y luego hice teatro, donde también nunca había estado. La primera vez me invitó Pedro Infante, cuando él estaba en un mano a mano con Jorge Negrete; se estrenaba Martín Corona y se hablaba mucho de mí. Fui de trajecito y corbatita. Me pusieron polvos y talco, un sombrero y decía 'cántales como yo te enseñé, y la chingada'; en un cuadrito salía Mantequilla de pistolero de Jorge Negrete y yo de pistolero de Pedro Infante. Dos o tres años después debuté ya profesionalmente como El Piporro, pero ya sin canas y sin bigotes postizos.

--Lo gracioso te sale natural, aunque no quieras, Ƒno?

--Sí, sí, sí --dice alzando los brazos--, mira, yo creo que para proyectar el humor debes tenerlo tú, o tener esas facultades. Adoptarlo... lo he dicho algunas veces en forma cruel, lo chistoso a güevo es muy difícil, hay quienes se empeñan; hay algunos actores que lo hacen en la comedia, pero no como aquel que tiene una capacidad especial. ƑEn qué consiste? Tampoco lo sabemos.

No le cuesta trabajo al Piporrazo recordar a Pedro Infante: "Hacia 42-43, Pedro había hecho algunos discos, pero aún no era el que llegó a ser. Cantaba Mañana, Destino, ahí en el cabaret: 'Me lloró en la palma de mi mano, las líneas de mis bienes y mis males".

Se acerca uno de los ingenieros de sonido y a éste Lalo le dice "ahí va un acordeón --en una de las canciones en proceso--", y comienza a cantar con un sentimiento jijo del maiz: "no sé qué ganas al hacerme padecer/después de todo no sé qué ganas/te he de seguir hasta tu ventana/aunque no salgas hasta mañana/sé que me quieres/aunque lo niegues/no lograrás que sin ti me vaya/a eso vine y más te valga/(...)/tu disimulo... al fin de cuentas yo te he de convencer/no sé qué ganas...". No acabó la frase, a la que le compuso en ese momento: "No sé qué ganas; si ganas, gana pa' la casa y ahí me esperas", lo que generó una risa.

Lalo está actualizado. Lo demuestra el siguiente comentario: "Esta canción termina como rap". Repite la letra, pero la pronunciación es como de tema de Caló. Movía los brazos y hacía chasquidos. Muy gruecso el Lalo. "No sé de qué año es esta canción, mano. Me acuerdo de la fecha de la película Martín Corona, pero de otras cosas y cómo fueron, pues no".

Entramos al difícil tema de los dineros, que nunca sobran, sobre todo en fines de quincena.

--Tú eres contador. No te pueden engañar con esa cosa de los dineros, Ƒno?

--Pues no, porque hay poco dinero que contar; para mí, para ti, para todos, ja-ja-ja-ja.

--ƑCuántas canciones haz compuesto?

--De las que tengo registradas, y casi todas están grabadas, han de ser como 90 o 100. Hay inéditas, nunca grabadas. En los discos que vienen --aún no se determina el título-- habrá unas nuevas. Ojalá sean del agrado del público. Ya ves que no hay peor canción en el mundo, de cualquier compositor, el más chingón que tú me digas, que la que no ha sido oída. ƑPues cómo va a pegar?

--ƑCuántos éxitos?

--Toda la gente me asocia con El taconazo, Natalio Reyes Colás... Hay mucho material que grabé... Desgraciadamente, por aquella época (en sus inicios) la gente quería una cosa muy parecida a la que hacía yo en el cine, donde tenía papeles de norteño.

--ƑTe encasillaron?

--Quizá no sea eso. Yo me defendí como gato boca arriba. Siempre he dicho que el Piporro, así lo pongan con un conjunto de rock o con un marichai, siempre será Piporro. Una vez lo dije: si el Piporro fuera el gorro, cualquiera que se pusiera el gorro fuera Piporro.

Hice como que no entendí el albur y dejé que se rieran. Total.

--ƑPero qué quiere decir Piporro?

--No sé. Según el diccionario es una voz grave, un recipiente de vino, una botija de vino. Así se llama el personaje que hice. No lo inventé ni me lo inventó nadie. Pude haberme llamado Ruperto Jacinto. Alvaro Gálvez fue quien le puso ese nombre al personaje.

--ƑCuántas películas llevas?

--No sé. Antes de Martín Corona, de su estreno, hice unas seis o siete. Eran papeles pequeños, de gángster. Pero después los mismos productores, como no sabían cómo me llamaba, decían: "es el Piporro de Martín Corona, Ƒeh?". Era una razón comercial, y como a mí me valía madre eso y me daban chamba, pues...

--ƑY el personaje de torero?

--Hice una película que está considerada como taurina: Torero por un día. Ahí actuó Elizabeth Dupeyrón (entonces una niñita), bajo la dirección de Gilberto Martínez Solares. Yo sólo hice una película y me retiré: El pocho (el tema tiene la siguiente letra: "Pocho, soy americano y mexicano/dos en uno soy/chicano, tiéndeme la mano, mexicano/que tu hermano soy/gringo, véme sin distingo/tan americano, como tú, soy yo..."), por la que me dieron una Diosa de Plata, por la dirección, como opera prima. La primera película en la que actuó Lucha Villa fue El terror de la frontera, conmigo, por eso siempre me ha dicho padrino. Le dije a Pedro Galindo que conocía a una muchacha que cantaba sabroso y, aparte, guapa. Con Rosita Quintana trabajé cuatro películas, en mi segunda etapa, ya como galán cómico: Calibre 44, Me gustan valentones, El tigre... Rosita era muy buena actriz. Todas con las que actué eran guapas, como Elsa Aguirre, María Félix, Elvira Quintana. Con Angélica María trabajé cuando era niñita. Hizo un papel pequeño con Pedro Infante, en Los gavilanes.

--ƑTe gusta el más reciente disco de María Félix?

--Lo oí cuando lo estaba poniendo Germán Dehesa... pero simplemente para chacotearse, je-je-je...

--ƑQué te llevó a introducirte en la temática de los chicanos?

--Lo que viví de niño, a la orilla del río Bravo, en Tamaulipas. Nací en Nuevo León; mi primera infancia fue en Tamaulipas, también la segunda; la tercera, breve, en Nuevo León; la cuarta, quinta, sexta y séptima fueron en el DF; hasta ahora, en que mi novena es aquí, en Monterrey. Puras infancias. Nada de tercera edad.

--La aubiografía, Ƒquién te ayudó a escribirla?

--šNadie! Lo que pasa es que mucha gente no me asocia ni como escritor ni como escritor de guiones, sino con la imagen de aquel Piporro bronco, aventado y audaz. Hasta cierto punto, los industriales del cine y del teatro, y hasta yo mismo, fuimos cómplices de esa imagen. No les interesaba que la gente pensara que yo fuera intelectual por cual. El libro tiene un humor. El que leyó unas páginas fue Germán Dehesa; él fue quien lo envió a la editora. Fue un espaldarazo. Yo lo pensaba hacer para mí, para mi familia. En mi juventud fue reportero y redactor en el periódico El Porvenir. Pero te digo, mano, el personaje bronco, aventado y audaz cayó sobre todo lo demás. Y a todos nos convenía que todos pensaran que yo no era un ser pensante, je-je-je... šay, así soy, así soy! Tal era la cosa que en una estación de gasolina me dijeron "oiga, y desde allá se viene en carro". Respondió: "no, a mí me gusta venir rápido; agarro un caballo y me vengo; ahí, en los Indios Verdes es donde agarro el carro".

"En la biografía descubro un poco a Eulalio, que muy pocos conocen. Fui locutor y luego periodista, en una estación de Enrique Serna Martínez, quien me dijo: 'usted nació para la radio'. Pero nunca se me concedió. Me metí a las radionovelas, para ver si comía una vez al día. Bendigo el momento en que accidentalmente me convertí en actor. En el libro descubro al Eulalio escritor de guiones, locutor; hice muchas películas a la limón, con Unsain, por ejemplo. Pero al Piporro le debo todo. Nunca estudié actuación; mi escuela fue la radio. Es más, al teatro fui después del cine. A excepción de los actores de teatro como Fernando y Andrés Soler, muy pocos, porque ni Arturo de Córdova, ni Luis Aguilar, ni Pedro Infante, tenían escuela de teatro. Pedro Armendáriz tenía una gran proyección... su rostro. ƑMis maestros? De todos aprendes algo, pero alternar con los buenos siempre te deja. Lo primordial, sin duda, es encontrarte tú. Cuando defines tu estilo y la gente lo detecta, ya fregaste. Si yo quisiera hacer un concierto en Carne y Frijol, pues eso sería no saber donde estoy parado. El día que alterne con los tres grandes tenores (temores), pues haría un pinche ridículo de la chingada".

--ƑEn el cine, hiciste lo máximo; no había más?

--Nadie hace todo lo que desea. A veces tienes la fortuna de hacer algo y ya con eso debes darte por satisfecho, si no te pasarías la vida en un estado de irrealización. He aprovechado lo que me han ofrecido. Ahora que el cine dejó de ser lo que era; perdió su halo. Era trascendente. Ahora eres parte de un proyecto; nada más. Antes todo era más humano. Los espectáculos se hacían por convicción. Ahora hay chambismo. Sí, todos hemos buscado la papa por aquí y por allá, pero también la gente merece un respeto. Me han propuesto desarrollar unos proyectos, pero no hago lo que no me gusta. ƑPara qué defraudarme? A lo mejor este es el último disco. Quiero demostrar que el Piporro también canta rock.

--ƑTemes a la muerte; hay algo pendiente?

--No he hecho muchas cosas. Ahora aquilato que lo que me llegó fue benéfico. Desde hace años el público no ha visto una nueva película o un nuevo disco, pero me saludan aún en la calle. No tengo miedo a la muerte. La fórmula es no pensar en eso, aunque sea inevitable. Si me hubiera muerto a la edad de Gardel o Infante, dirían šputa madre, el Piporro... se fue...! Lo que quisiera saber es quién está grabando un disco, como yo, a los 77 años. No soy derrotista y ello ayuda a sobrellevar la vida con humor, pero debes ser sincero. No puedes vivir con humor si no lo sientes. A veces hablo en serio. No siempre estoy de chistoso.