n Korda, fotógrafo cubano que abre su primera muestra individual en el país
Cedería lo que sea, con tal de que prosiga la Revolución
Merry Mac Masters n La revolución ha hecho cambios tan grandes en mi país que perdería cualquier cosa con gusto con tal de que siguiera, afirma el fotógrafo cubano Alberto Díaz Gutiérrez Korda, de 71 años. No son palabras de ''dientes para fuera''. En 1968, el gobierno de la isla dictó una ley para nacionalizar los pequeños negocios. Así fue como Korda, aun siendo el fotógrafo personal de Fidel Castro, perdió su pequeño estudio, cuyo laboratorio, cámaras e incluso una parte de su archivo fotográfico pasaron al Ministerio de la Marina de Guerra. Fue un momento ''duro", pero lo aceptó porque su ''concepto de revolución" no le permitía sentirse afectado: ''no puedes pensar en ti solo, sino en los demás". Como el jefe de la Marina era amigo suyo, de las 20 o 30 cámaras recogidas le fueron devueltas aquéllas con las que trabajaba. Posteriormente, Korda acudió al lugar a instruir, ''con mi propio equipo", a los marinos que serían fotógrafos.
Desde La Habana, Alberto Díaz arribó anteanoche para presentar su primera exposición individual en México. Incluye 40 fotos en blanco y negro que llegaron a la Alianza Francesa de Polanco, por medio del galerista Darrel Couturier; ofrece por vez primera obra de su ''época capitalista", cuando se dedicaba a la fotografía publicitaria y de modas (Korda creó ese género en Cuba), así como su mundialmente famosa imagen del Che Guevara, Guerrillero heroico, considerada por el periódico El País como la más reproducida en la historia.
El artista de la lente contó cómo en 1959, después del triunfo de la Revolución, andaba por los campos haciendo fotos publicitarias cuando se encontró con la imagen de una niña que abrazaba un pedazo de madera al que le decía ''nene", porque nunca había visto una muñeca. Korda advirtió que lo mejor que podía hacer era ''dedicar mi trabajo a la revolución que nos prometía cambiar esas desigualdades". Comenzó a trabajar para un periódico y la suerte hizo que fuera nombrado ''acompañante" de Fidel Castro en una gira a Venezuela. Luego no sólo el director del periódico, sino el jefe de la escolta de Castro, lo llamaban para acompañar al dirigente. A lo largo de la década en que fue el fotógrafo personal de Castro acumuló un archivo de diez a 12 mil negativos que donó a la Oficina de Estudios Históricos de la Revolución.
Captar la indignación en los ojos del Che
La fotografía del Che fue tomada el 5 de marzo de 1960, durante el masivo acto fúnebre realizado con motivo de la explosión de un barco belga en la cual murieron 136 trabajadores cubanos. Korda revivió el momento en que Guevara (entonces, ministro del Banco Nacional de Cuba) ''emergió" de su lugar inadvertido en la segunda fila de la tribuna para mirar a la multitud. El fotógrafo, que estaba abajo, notó la ''indignación en sus ojos", tomándole una foto, primero, en horizontal, y luego en vertical. En ''un minuto, minuto y medio el Che se volvió a marchar".
A Korda le gustó la imagen, sin embargo no fue publicada en el periódico. Incluso permaneció desconocida en la isla hasta después del asesinato del Che en Bolivia: ''Fidel hizo un discurso en la Plaza de la Revolución. Atrás de él había un edificio de 14 pisos donde yo, al llegar, me encuentro mi foto en tamaño gigante, hecha en paneles, cubriéndole todo". Meses antes, Korda regaló la misma imagen a un italiano en La Habana que, a los diez días de la muerte del guerrillero, la reprodujo en forma de cartel vendiendo un millón en seis meses. Lo único que le critica su autor es que no le puso se nombre.
(Korda, fotografías será inaugurada hoy, a las 19:30 horas, en el centro Polanco de la Alianza Francesa, Sócrates 156. Una hora antes, Paco Ignacio Taibo II dictará una conferencia.)