n Rescatan películas silentes de la región
Tesoros del cine latinoamericano,
colección de Brasil para el mundo
n Incluye 19 filmes de México, Argentina y Perú, entre otros países
Raquel Peguero n Entre la nostalgia por el pasado, representada por la tranquilidad del campo, y la euforia del futuro manifestada por el progreso de la ciudad, es por donde deambulan 19 producciones representativas del cine silente en América Latina que fueron rescatadas y puestas en video, en un esfuerzo por ''democratizar este patrimonio fílmico".
Tesoros del cine latinoamericano es el título de la colección que Funarte de Brasil recuperó para el mundo, con la curaduría de Silvia Oroz, quien se encuentra en México para presentarlo después de su lanzamiento brasileño. Lo que se buscó, explicó la investigadora, fue ''tratar de recuperar y colocar a este cine en una perspectiva que fuera reflejo o metáfora de nuestro continente de los años veinte. El proyecto fue movilizador para sustentar la importancia de este acervo" que sentó las bases para la narrativa cinematográfica que ahora conocemos.
Se rescataron largometrajes de ficción, ''independientemente del estado físico en que se encontraran. Algunas películas tuvieron que restaurarse y en otras se consiguió la mejor copia posible, si no es que la única, porque durante el periplo se descubrieron filmes de los que no teníamos noticia, como la argentina El último centauro (1924), y la brasileña El secreto de Concudo (1918), de la ''que se conocía su versión en blanco y negro, pero descubrimos que había unas latas con color" que serán enviadas el próximo mes a Filmoteca de la UNAM para que las restaure y puedan incluirse en esta antología que ''continúa abierta; calculo que se integrarán cinco títulos más, pero pueden llegar a una decena".
Para este proyecto se editó un catálogo y un libro que, por razones de presupuesto, este último ya no fue posible imprimir aunque se considera que estará listo para marzo. Para su hechura fueron invitados historiadores de cine del continente ''que tienen una perspeciva particular del uso cinematográfico para la historia".
Predilección por el melodrama
Oroz consideró que sólo 10 por ciento de la producción silente puede verse todavía. ''Nos hubiera gustado incluir documentales, pero en la estructura del proyecto se optó por la ficción ya que nos interesaba la narrativa, ver metáforas y alegorías". Dijo que el género más utilizado por los cineastas de esa época era el melodrama, ''por no decir el único"
De las19 cintas que integran Tesoros del cine latinoamericano, ocho provienen de Brasil, cuatro de México, tres de Venezuela, dos de Argentina, uno de Cuba y otro de Perú. En breve se integrarán producciones de Chile, Costa Rica, Uruguay y Colombia. Salvo las cintas venezolanas, que fueron restauradas en ese país, el resto fue un trabajo que se realizó en la Filmoteca de la UNAM, que distribuirá los videos en México a partir de marzo próximo cuando, además, realice un ciclo con éstas.
Los filmes rescatados son La borrachera del tango y Destinos, ambas de Edmo Cominetti, de 1928 y 29, respectivamente (Argentina); las mexicanas Tepeyac, de José Manuel Ramos y Carlos E. González, 1917; El león de la sierra morena (Miguel Contreras Torres, 1927); El puño de hierro y El tren fantasma, ambas de Gabriel García Moreno, filmadas en 1927. De Perú participa Yo perdí mi corazón en Lima (Alberto Santana, 1933); de Cuba, La virgen de la Caridad (Ramón Peón, 1930) y de Venezuela Los milagros de la divina Pastora y La cruz de un ángel, ambas de Amábilis Cordero, del 28 y 29.
Las brasileñas son: Cancao da primavera (Cyprien Ségur e Ignio Bonfioli, 1923), Aitaré da Paria (Gentil Roiz, 1925), A filha do advogado (Jota Soares, 1926), Braza dormida (28) y Sangue mineiro (29) ambas de Humberto Mauro; Limite (Mário Peixoto, 1931), Alma do Brasil (Libero Luxardo, 1932) y Ao redor do Brasil (Major Luiz Thomaz Reiz, 1932).