n Fue subdelegado y comisionado de la PGR en Ciudad Juárez, se informó
Con récord de decomisos, el comandante asesinado
José Galán, Juan Manuel Venegas y Rubén Villalpando, corresponsal n Las policías judiciales capitalina y federal trabajan de manera conjunta para lograr el arresto de los asesinos que ejecutaron el miércoles por la noche, en Tepito, al comandante José Francisco Sánchez Naves y al agente Gerardo Valderrama Aguilar, adscritos a la Procuraduría General de la República. La principal hipótesis es venganza del narcotráfico.
En Ciudad Juárez, Chihuahua, el comandante José Francisco Sánchez Naves ostenta el récord en decomisos de drogas en 1995 y 1996, lapso en el que fungió como comisionado y subdelegado estatal de la PGR. El promedio de decomisos fue de cinco toneladas mensuales, pero el entonces gobernador panista, Francisco Barrio Terrazas, solicitó su remoción por lo que consideró "irregularidades cometidas por el personal a su cargo".
Entre los detectives de la Policía Judicial del Distrito Federal trascendió que el comandante Sánchez Naves había sido ya víctima de un atentado en 1996, cuando un francotirador, desde los altos del hotel Ritz, en Acapulco, disparó a su auto al salir del paso a desnivel en la costera Miguel Alemán, provocándole heridas graves, por lo que debió permanecer en el hospital varias semanas.
De acuerdo con las hipótesis que se manejan en la Procuraduría capitalina, Sánchez Naves no sólo trabajó en Tijuana, donde se comprometió en la lucha contra las redes del crimen organizado tejidas por los hermanos Arellano Félix, sino que incluso realizó trabajos en Quintana Roo sobre el cártel de Juárez y sus vínculos allí y en otros estados. En 1997 realizó varias investigaciones que lo llevaron a la integración de expedientes destinados al desmantelamiento de las cadenas de complicidad de los narcotraficantes de mayor poder en el país.
La Procuraduría General de la República, por su parte, identificó ya el nombre y domicio del supuesto dueño de la camioneta en que viajaban los responsables de la muerte de los agentes federales. La dependencia no reveló el nombre, pero continúa con la búsqueda. El vehículo fue localizado en el hospital Gonzalo Castañeda, y se trata de una camioneta pick up blanca, placas 477-JKM.
La dependencia también dio a conocer parte de los expedientes registrados en el historial de los detectives federales, sobre todo de Sánchez Naves, quien según la dependencia fue dado de baja el 14 de agosto de 1996, por lo que se inconformó a través de un amparo ante el juzgado ocho de distrito en materia administrativa de la ciudad de México, con el expediente 508/96.
El 29 de noviembre de ese año, el juzgado emitió setencia favorable al quejoso, amparándolo contra la determinación administrativa. Frente a esa resolución, la PGR interpuso un recurso de revisión que fue resuelto el 23 de abril de 1997, por el primer tribunal colegiado en materia administrativa del primer circuito, que ratificó la sentencia favorable a Sánchez Naves.
Este policía federal formó parte de los 817 agentes, comandantes y jefes de grupo que despidió de la dependencia el entonces procurador Antonio Lozano Gracia, quien en conferencia de prensa los responsabilizó de "hechos de corrupción y vínculos con el narcotráfico".
Por ello, la PGR debió reinstalarlo como primer comandante, el primero de diciembre de 1997. En su puesto en Chihuahua, Sánchez Naves fue sustituido por militares con licencia encabezados por el teniente coronel Sócrates Herrera.
En el caso del agente Valderrama Aguilar, la PGR informó que el 10 de junio del año pasado este policía denunció el robo de su arma de cargo, una subametralladora, y que el día del atentado no se encontraba en activo, toda vez que tramitó una licencia médica ante el ISSSTE, la cual le fue otorgada con vigencia del 29 de enero al 4 de febrero.