n Estrenan Fibra óptica, segunda cinta de Athié
No deseo que me digan genio,
sino que recuerden mis filmes
n El poder se erige como un virus, considera el realizador
Raquel Peguero n Para Francisco Athié fue muy excitante ''subirse a la cresta de la ola" de la realidad mexicana para filmar su segundo largometraje y dejar que su Fibra óptica se fuera configurando acorde con ello. Esa no fue la primera intención que tuvo cuando comenzó a escribir esta historia; lo que buscaba era ''lograr un medio ambiente en el que un par de jóvenes empieza en una condición tradicional ųella un poco maternal y él un poco niñoų y van creciendo a lo largo de una investigación periodística que hacen juntos, hasta que terminan siendo una pareja". Si bien esa parte no se perdió, su filme se transformó en una alegoría sobre el poder y el uso de tecnología.
El detonador partía ųy así quedóų del asesinato de un líder sindical, ''algo que en el 94 todavía no vivíamos. Sentía que las circunstancias estaban provocando una gran efervescencia que, quizá, podía terminar en violencia. Hice el primer tratamiento del guión, y ya estaba listo cuando asesinaron a Colosio, así que lo dejé porque sonaba muy oportunista. Como no se sabía bien por dónde andaba el asunto, decidí esperar".
Cuando mataron a José Francisco Ruiz Massieu pensó abandonarlo definitivamente, sin embargo para 1995 ''al tema le empezaron a medio echar tierra" y lo retomó con otra mirada: el asesinato del líder del celuloide, ya no era sólo eso sino que ''por las circunstancias del país se convierte en uno político".
Caminar con la cotidianidad
Con esos cambios, la tecnología apareció también como un personaje central: de una voz anónima tras un teléfono celular ''creció naturalmente" hacia Internet y al sistema de circuito cerrado que lo rodea. La realidad siguió colaborando con la ficción y, para cuando el también director de Lolo comenzó a filmar, se difundió la noticia de que había circuitos cerrados en la ciudad, hecho que la producción vivió de cerca porque la locación estaba ubicada enfrente de la Secretaría de Gobernación: ''A diario teníamos la protesta del día y el propio ambiente de la película se fue impregnando del de la realidad a tal grado que, siento, este es el proyecto más orgánico que haya realizado porque nunca ha dejado, incluso hoy día, de caminar con la cotidianidad."
Sonriente, aclara que hacerlo así ''nunca fue mi intención, si lo hubiera sido, la película ya habría pasado de moda, porque tendría nombres, apellidos, acusaciones: hubiera sido tendenciosa y no es así".
ųƑCuáles son los riesgos de un proyecto como éste, que te va guiando más que tú a él?
ųQue tomes la vuelta equivocada y pienses que estás leyendo los sucesos del rodaje de una manera correcta y no adviertas que había que virar a la izquierda. En ese momento el proyecto empieza a morir porque pones elementos que lo están saboteando y no permiten su crecimiento. Una vez que pase esta ola y ya no sea una película del momento, estoy seguro de que logramos algo ųy eso es un acto de presunción, aunque hablo como equipoų que es definir para los años noventa lo que es la ecuación del poder para una ciudad, donde no corresponde sólo a la economía, a la política, a la prensa o a la tecnología sino que es algo fluido, de acuerdo con las circunstancias y, por tanto, es muy barroco e incomprensible. Eso es parte del chiste de la película: plantea algo que parece claro, pero no lo es. Como no pretendo decirle a nadie cómo son las cosas porque no lo sé, de lo que puedo hablar es de mi propia perplejidad.
ųFibra óptica gira alrededor del poder y se ve que no te agrada, pero te seduce.
ųEl poder, como dice Marco en la película y yo lo suscribo, es un virus. Por eso me parece extraño que se diga tal persona es poderosa, porque lo puede perder a los cinco minutos, pero alguien más va a pescarlo. Lo que me parece increíble es que tenga esa capacidad de transformación: puede ser como Clinton, Yeltsin, el Papa o Gandhi, su extensión es difícil y las formas que adquiere son diferentes, pero los efectos que provoca son enormes y van más allá de lo que el individuo imagina.
Contribuir al cambio
ųƑFue en ese sentido que le asignaste tanta textura a la película?
ųDesde el principio vimos que era importante. Algo que no se hace mucho en cine es darle a cada personaje su propio espacio en términos globales, pues se define un estilo general de color y se va siguiendo. Siempre tuve ganas de hacer una película a colores, en el sentido de que cada personaje tuviera su espacio y el color fuera cambiando de emoción en emoción. Aquí no buscamos el llamado punto de vista para que lo siga el espectador, sino que formamos una especie de tabla para que vaya escogiendo y, al tener diversos espacios y colores, cada uno vaya tomando su dimensión. Cuando entran en el amor casi telepático es verde; en los espacios perdidos está el azul. Esa era la idea y quería que inventáramos el point of soul, es decir poner la cámara en el alma del personaje para que lo que vemos sea lo que él, emocionalmente, está observando.
ųƑPor eso el manejo de la cámara es a veces muy alocado y de repente muy lento?
ųEs como hacer café: tiene que llegar a hervir y después a asentarse. Si la película fuera siempre muy rápida todo mundo saldría desesperado igual que si fuera lenta. Con esa combinación algunos salen desesperados, pero a otros les gusta. Ese es el ritmo que vivimos en la ciudad de México y Fibra óptica está modelada, ambiciosamente, desde esa sensación de que corres todo el día y de repente te sientas una hora en un café, procesas lo que te pasó y vuelves a salir al vértigo. Así esta armada, como si la cinta fuera un ciudadano del DF. Permitiéndome la pretensión, eso hace que el filme se quede en el espectador. Si fuera totalmente vertiginosa y lúcida dirían que soy un genio pero se olvidarían de ella. No quiero que digan que soy un genio, sino que no se olviden de mis películas.
ųMe llama la atención cómo, sin pudor, eres pretensioso.
ųEso me lo decían desde la escuela. Y no es que crea que voy a cambiar las cosas pero sí intento ser parte del proceso de cambio. No quiero ser el niño con la bandera adelante, nada más quiero ir corriendo junto a los otros.
(Fibra óptica, protagonizada por Roberto Sosa, Lumi Cavazos, Alberto Estrella y Angélica Aragón, se estrena hoy en varias salas de la ciudad. No se la pierda.)