Una iniciativa presidencial a la congeladora.
Este hecho, que hace muy poco tiempo hubiera resultado impensable, podría ocurrir con la propuesta del presidente Ernesto Zedillo de reformas a los artículos 27 y 28 constitucionales.
Las iniciativas presidenciales tuvieron siempre un trato preferente. Pero ya no es así.
La oposición creció y cada vez es más frecuente que los legisladores del tricolor voten en contra de las propuestas del gobierno. Por eso la sugerencia presidencial para permitir la inversión privada en la industria eléctrica fue enviada al Senado como Cámara de origen.
Se supone que, por la amplia mayoría del PRI en ese órgano legislativo, no habrá mayores dificultades para que prospere la iniciativa, con el apoyo de legisladores del PAN acordes con la privatización de todas las empresas estatales. Allí está, por ejemplo, la declaración del precandidato presidencial panista Vicente Fox de que, después de la industria eléctrica, tendrá que venir la petrolera.
A partir de aquí es donde pueden fallar todos los cálculos, pues así como hay partidarios de la reforma dentro de la bancada del PAN, también hay miembros de la fracción del PRI que no están conformes con estos procesos.
Si, pese a los desacuerdos, la iniciativa es aprobada en el Senado, entonces vendrá lo más difícil: la Cámara de Diputados. Allí el balance de fuerzas no es tan favorable para el gobierno del presidente Zedillo. Bastaría con que un grupo de legisladores del tricolor o del albiazul no se presentara a la votación definitiva para que se rompiera la mayoría necesaria para aprobar el cambio.
Pero, antes de llegar a ese escenario, se tiene que pasar por comisiones, y allí se han dado grandes batallas con otras iniciativas. Por ejemplo, el PRI y el PAN sumados son mayoría en la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, presidida por el panista Santiago Creel Miranda, de acreditada posición antigubernamental, pero nadie puede asegurar que todos sus integrantes votarán a favor de la propuesta presidencial.
Si el voto mayoritario fuera en contra, la iniciativa presidencial irá a la congeladora.
La cosecha
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