Astillero Ť Julio Hernández López
El presidente William Clinton y los legisladores estadunidenses ya no deberán fatigarse en investigar si México merece o no la certificación de que colabora adecuadamente en la lucha contra las drogas.
Ayer, en un acto solemne, formal, el propio gobierno mexicano se otorgó una amplia autocertificación llena de promesas, de planes y de objetivos que pareciesen haberse descubierto apenas ahora, a más de cuatro años de ejercicio que lleva la actual administración.
Como si fuese un acto partidista de campaña (ahora que los tiempos políticos van tan adelantados), la élite del poder se reunió para precisar aspiraciones, propósitos, búsquedas. De pronto, las claves de la lucha contra el tráfico de drogas aparecieron en las manos de las autoridades. Un nuevo grito de guerra contra el narcotráfico, dijo el secretario del gabinete presidencial que encabezó la ceremonia.
Lo único bueno de todo esto es que el aparatoso programa de autocertificación le permitirá al presidente Zedillo tener buen tema para la plática con su colega Clinton este fin de semana en Mérida. Y que, si los legisladores del país norteño vecino así lo quieren, podrían descansar (ya sin materia de preocupación) de aquí al primero de marzo venidero, que es la fecha en que deberán dar o retirar la muy temida certificación de a deveras.
Otra brillante idea
El otro tema que ha sido presentado a consideración de los mexicanos, de una manera entre dulzona y alarmista, es el de la apertura del sector eléctrico al capital privado. Se trata, dicen desde el gobierno, de prevenir oportunamente los riesgos de una estructura vieja y mal atendida.
Desde luego, nadie se traga tan elec- trizadas píldoras. Ni las súbitas preocupaciones, ni la versión de que no se trata de conseguir dinero corriente para enfrentar problemas coyunturales, ni la pretensión de que todo se puede vender, privatizar, concesionar, de manera honesta y transparente.
Por el contrario, el anuncio agudiza la gran discusión en que el país está inmerso desde el salinismo hasta la fecha (pero si apenas el lunes pasado, en el programa de Enrique Krauze, aparecía Carlos Salinas en la pantalla del canal 2, en una entrevista del pasado reciente, enumerando con los dedos de sus manos los varios rubros sacros del nacionalismo abiertos al neoliberalismo).
Durante el salinismo, una buena parte de la riqueza nacional fue trasladada (en medio de convincentes discursos, inobjetables diagnósticos, nubes enteras de buenos propósitos) a las fortunas de los favoritos del régimen, convirtiéndose así en una asociación de poder y dinero que hoy se mantiene como una de las guillotinas más amenazantes contra cualquier pretensión de reformas profundas. El capital concentrado así constituye hoy un mecanismo desestabilizador para cualquier gobierno, y nadie con sensatez política puede tomar medidas que le enfrenten a esa realidad fría e inocultable.
El zedillismo, desapegado del poder y de los proyectos de mediano y largo plazo, cree posible conseguir ahora, en el caso del sector eléctrico, una aprobación para los cambios constitucionales que su reforma conlleva, haciendo a un lado la existencia de esa voracidad deseosa de incrementar poderío condicionante y de conseguir, como en los otros casos, grandes ganancias a costa de los bienes nacionales.
No será fácil la discusión. Los tiempos políticos, por lo demás, pareciesen poco propicios para albergar propuestas de futuro hechas por quienes virtualmente ya están en el pasado.
Todo lo importante de este país ya está trasladado a una fecha que, en efecto, será la madre de todas las batallas: el 2000, cuando se enfrentarán electoralmente los principales proyectos de país que se tienen. Las decisiones importantes habrán de tomarse entonces, a menos que las necesidades coyunturales de financiamiento del actual gobierno sean, de verdad, las que le han movido a presentar tan inoportuna iniciativa.
¿Quién dice que no se puede?
Roberto Madrazo Pintado dejó durante dos días su oficina de Villahermosa y, acompañado de su secretario de comunicaciones y transportes, Pedro Jiménez León, se trasladó a San Luis Potosí, para hacer campaña en pos de la candidatura presidencial priísta.
Don Roberto usó tiempo oficial, que debería dedicar a la atención de su entidad, para promocionar sus aspiraciones personales. Disfrazó el desvío de recursos públicos con el alegato de que promociona la imagen de su entidad y que su viaje fue financiado por quienes pagaron, como presuntamente se hizo en San Luis Potosí, 100 pesos por asistir a una comida de apoyo.
Madrazo Pintado parece haber acelerado su apertura como candidato explícito a partir de que Manuel Bartlett se declaró en días pasados como aspirante en campaña. A Roberto le acompañan, siempre, los fantasmas incómodos: el despilfarro criminal en su campaña de gobernador, la relación con Carlos Cabal Peniche, su pertenencia al grupo hankista, el uso del dinero público para promociones personales y el origen real de todos los fondos usados en su campaña.
Astillas: Hoy será el propio presidente Zedillo quien pronuncie el discurso conmemorativo de la promulgación de la Constitución del 17. Por otra parte, no habrá la reunión tradicional de gobernadores al final de la ceremonia, pues ya en días anteriores se habían reunido el Presidente de la República y los mandatarios, y no habría muchas cosas nuevas qué tratar en un nuevo encuentroÉ Ha tomado posesión Tomás Yarrington como gobernador de Tamaulipas. Ya nada más falta saber dónde va a acomodar el gobierno zedillista al salinista Manuel Cavazos Lerma, quien, en todo caso, tiene menos adversarios apasionados que Patricio Chirinos y Otto Granados, a quienes de inmediato se encontró dulce acomodo. Es necesario insistir: ¿cuándo se reivindicará a don José Córdoba Montoya con algún cargo significativo?É Dice don Porfirio Muñoz Ledo que es el único ex funcionario de alto nivel del gobierno federal que no tiene casa propia. Lo importante sería saber si esa carencia se refiere sólo al momento presente, en sus condiciones personales actuales, o si nunca antes tuvo propiedades de ese tipoÉ Sigue Miguel Alemán Velasco deshojando una falsa margarita, cuyos pétalos sólo tienen la leyenda ``sí quiero''. De cara a los reporteros, sin embargo, el gobernador de Veracruz dice que ni se encarta ni se descarta como aspirante a la candidatura presidencial... El secretario de Educación Pública, Miguel Limón Rojas, ha hecho votos para que no se vuelvan a repetir incidentes como los que llevaron a la cárcel, de donde ya salieron, a dirigentes magisterialesÉ A propósito de miembros del gabinete, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Carlos Sacristán, no se considera fuera de la posibilidad de ser candidato presidencial. En su entorno se dice que tiene la gran confianza del doctor Zedillo, que ha recibido encargos de tipo político que ha cumplido con buenos resultados, y que tiene una importante red de relaciones que podrían llevarle a ser una especie de opción formalmente priísta, pero en realidad ajena a toda la maquinaria del tricolorÉ Y no se olvide: este domingo, en Baja California Sur, el perredista Leonel Cota Montaño tiene todo para ganar, de tal manera que la novedad sería que el triunfador fuese el priísta Antonio Manríquez Guluarte. El PRD, dicho sea de paso, peleará con todo por esta plaza. Un elemento importante para obligar al gobierno estatal a reconocer un eventual triunfo perredista sería la detección inequívoca de centros de adulteración electoral. En Zacatecas fue fundamental la demostración, ante el gobierno federal, de los operativos priístas detecados. En BCS podría haber una estrategia similar. Por otra parte, en Guerrero, Félix Salgado Macedonio debería triunfar en comicios limpios y pacíficos. Pero aquella entidad es una zona virtual de guerra, en la que el gran cacique, Rubén Figueroa Alcocer, peleará hasta el final para imponer a René JuárezÉ Hasta el próximo lunesÉ
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