n Se estrena en México el tercer largometraje de Alex de la Iglesia


Perdita Durango, historia surreal

de amor, infidelidad y muerte

n Basado en la novela homónima de Barry Gifford, sufrió modificaciones por ''la policía del mundo''

Raquel Peguero n Cuando Alex de la Iglesia descubrió que los estadunidenses son ultraconservadores para ciertas escenas cinematográficas, nunca se imaginó que ello le costaría 18 minutos a su película Perdita Durango. Y es que ''la policía del mundo" afiló sus ojos censores y ''modificó" la versión original por considerar que las buenas conciencias, que tanto se preocupa por mantener intactas, no ''se ofendieran" cuando vieran en pantalla la violenta ''historia de amor" entre Romeo Dolorosa y Perdita Durango.

Por ello, el tercer largometraje de este director de Bilbao se estrena hoy en nuestro país, con el faltante de por lo menos cinco escenas, que el cineasta considera ''motor" para la buena andanza de la historia. Alejandro Lebrija, de Artecinema de México, la empresa que distribuye la cinta en México, informó que nunca recibieron la versión original, ''viene así de origen: decir que está cortada es muy duro, está modificada y no fuimos nosotros quienes le metimos tijera. La distribuidora de Estados Unidos decidió que era muy larga y muy fuerte y por ello hicieron una versión internacional ųque puede obedecer también a cuestiones comercialesų para verla en todo el mundo".

Explicó que el filme completo sólo se vio en España, ''el único sitio donde ha tenido estreno comercial", y que una copia se exhibió en una función especial en la Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara el año pasado a la que fue enviada, directamente, por los distribuidores estadunidenses. En el vecino país del norte, Perdita Durango no ha tenido corrida comercial; su estreno allá está previsto para mayo o junio ''y aunque es bueno para nosotros salir a la par, esta vez decidimos adelantarnos y ser los primeros o los segundos, no estoy seguro, en exhibirla en el continente americano".

 

Realidad más bestial que la ficción

 

Basada en la novela homónima de Barry Gifford, Perdita Durango tuvo desde antes de su filmación un proceso complicado y confuso. Destinada en un principio para ser dirigida por Bigas Luna, el productor del filme, Andrés Vicente Gómez, decidió pasarle el encargo al director de El día de la bestia porque ųa pesar de estar en preproducciónų discrepaba del enfoque de Bigas Luna sobre esa historia. La novela cuenta la odisea de Romeo Dolorosa, un santero mexicano que asalta bancos y roba cadáveres para sus rituales satánicos, y de Perdita Durango, una mestiza texana que lo folla de lo lindo y le propone una aventura curiosa: secuestrar y matar a un adolescente yanqui. El realizador catalán ''había eliminado por completo el tema de la santería y lo había sustituido por la lucha de Chiapas. Romeo se había convertido en una especie de héroe positivo, un revolucionario que traficaba con droga para ayudar a la causa zapatista, universo que no tiene demasiado que ver con el universo de Gifford", contó Alex de Iglesia a Marco Ordóñez, para su libro La bestia anda suelta.

Por la película deambulan santeros, narcos, traficantes, prostitutas, periodistas y padres desesperados y ''a medida que avanza la historia, va abriendo su arco y haciéndose más coral", dice De la Iglesia en el citado libro. La pauta la da el primer motor narrativo, que es el secuestro del adolescente ųque termina siendo de dos porque el chavo va con su novia, y ambos son violadosų; ello da paso al segundo motor: la persecución de la policía porque, los protagonistas, ''cumplen un encargo mafioso, transportar un cargamento de fetos ųen un tráilerų para la industria cosmética estadunidense, desde la frontera mexicana hasta Las Vegas".

Alrededor están los rituales satánicos, entre los que se encuentra una escena con una crucifixión, o la mutilación de un cuerpo sin vida para crear un elíxir que se escupirá en el rostro de los iniciados. Todo ello es sazonador de lo que se cuenta y forma parte de lo que ya fue ''modificado", al igual que la tremenda golpiza que recibe un narco mexicano ųinterpretado por Demián Bichirų que queda hecho un picadillo sanguinolento.

Filmada durante 13 semanas ųentre octubre y diciembre de 1996ų en 120 locaciones de México y Estados Unidos, para Alex de la Iglesia fue una sorpresa saber que toda esa historia escrita por Gifford se basaba en un hecho real que ocurrió en Matamoros, a finales de los años ochenta. Se enteró en México: ''Como siempre, la realidad era mucho más bestial que la ficción ųasegura en el citado libroų. Romeo se inspira en Adolfo Constanzo, el líder de una secta narcosatánica. La banda estaba compuesta por mexicanos y afrocubanos que practicaban rituales sangrientos del Palo Mayombe, y adoraban al orisha Changó, rey del trueno y dueño de la virilidad (...) Constanzo creía tener el poder y la impunidad de Dios, y arrasó con todo lo que se encontraba a su paso junto a una mestiza texana llamada Sara (Aldrete)".

De la novela, David Lynch hizo una versión cinematográfica ųque le valió la Palma de Oro de Cannes en 1990ų, que aquí conocimos como Salvaje de corazón, protagonizada por Nicolas Cage y Laura Dern que, aunque tiene escenas salvajes, no es ni la quinta parte de lo que ofrece De la Iglesia, quien para su reparto había pensado para Perdita en, desde Madona hasta Salma Hayek, y aunque la favorita era Victoria Abril, quedó finalmente Rosie Pérez, una ''actriz de Hollywood superprofesional, pero cargada de broncas" por su status.

En cuanto a Romeo, se habló lo mismo de Benicio del Toro y John Leguizamo que de Javier Bardem, quien finalmente ų''era mi destino", dijo el actor españolų se quedó con el personaje después de que Leguizamo lo cambió por otro papel mejor pagado.

 

Conocer y enfrentar el destino

 

Coproducida por España (80 por ciento) y México (20 por ciento), Perdita Durango tuvo una publicidad inusitada en el primer país, debido en parte al gran presupuesto que tenía ųentre ocho y nueve millones de dólaresų y a las peripecias que vivieron en el nuestro los miembros del staff, que padecieron desde asaltos hasta un accidente en la filmación que llevó a Javier Bardem y a un técnico mexicano al hospital, cuando al hacer una escena con explosivos, la gasolina de un bidón se expandió en vez de saltar hacia arriba, como estaba previsto. Eso sin faltar la lluvia y la niebla que les impedían filmar y hasta limpias que hicieron tanto a un decorado como al mismo protagonista del filme, quien entró en esa fiebre para evitar malas vibras y, por supuesto, la boda en Las Vegas de Alex y su novia Fanny, después de que casi los entamban en el vecino país del norte, porque hicieron la broma de que ''secuestraban" el avión que los conducía a Los Angeles.

En distintas entrevistas, De la Iglesia ha dicho que desde el principio quiso ''respetar la potencia salvaje del libro de Gifford y su locura surrealista. Ha sido una adaptación muy fiel, aunque lógicamente quitamos cosas que eran demasiado fuertes e hicimos hincapié en otras que quería destacar. Lo que queda es una historia surreal y demente de un narcotraficante y una prostituta que van del México más cutre a lo más delirante de Estados Unidos. Y todo eso con una intención sarcástica y un humor negro que permiten identificarla como mía. La película habla de dos manera de ver la vida absolutamente irreconciliables, pero trágicamente unidas en la frontera: los hispanos atados a la religión, la pasión, el destino, y los estadunidenses, condenados a vivir una existencia feliz, sin sobresaltos, protegidos por su armadura de plástico y por su televisión. También es una historia de amor, traición y muerte, donde los personajes conocen su destino y aprenden a enfrentarlo".

Perdita Durango es una ficción y la película responde a ello. La verdad de esos acontecimientos y sus protagonistas sólo podrían ser ratificados por ellos mismos. Constanzo ya murió, pero Aldrete está viva y purga una condena de 50 años en el Reclusorio Oriente de esta ciudad, donde vive desde que tenía 24 años ųahora tiene 33ų y aún le faltan 41 para salir libre. Entrevistada por Minerva Vacio para la revista Equis (junio/98), Sara definió a Constanzo como un brujo muy importante: ''yo le decía Merlín. Lo más atractivo de él, era la magia que lo rodeaba como ser espiritual y tenía la ternura de un niño". Afirma que nunca lo vio haciendo ningún sacrificio, sólo limpias con gallinas, huevos y plantas. También leía las cartas del Tarot, pero él elegía a quién se las echaba. ''Cuando me las leyó me pronosticó que yo iba a estar con él hasta su muerte".

Vacio define a Aldrete como una mujer muy guapa, cordial, ''segura, de conversación interesante y lenguaje amplio; de alguien que estudió y que ejercita con la lectura (...) está muy lejos de ser una mujer amargada por el encierro" y no se ve ''atormentada por los recuerdos". Le dijo no ser santera, aunque ahora sí lo practica porque ''soy católica y creyente y creo que todos somos santeros de alguna manera y no quiero ofender a nadie, pero todo aquel que le implora a un santo o a una virgen es santero".

Cuando la reportera le preguntó qué pensaba de las historias que se habían tejido a su alrededor, con una sonrisa respondió: ''No sé, dímelo tú. Lo que sí sé es que no me identifico con ninguno de los personajes que han creado. Me sorprende todo lo que se ha hecho de mí; algunos los he tenido en mis manos, pero no los termino de leer porque me parecen sólo mentiras. Son fantasías y cuentos de terror que no tienen nada que ver conmigo. Tampoco me importa lo que cada quien haya ganado con su historia porque aceptar que me deben algo, sería como admitir que soy la misma persona de la que están hablando (...) Yo soy como soy y nunca he mentido. Todo lo que te pueda decir ya lo he dicho muchas veces: soy inocente".