Antonio Gershenson
El petróleo y los plazos

El secretario de Energía afirmó que los precios del petróleo seguirán bajos durante diez o, ahora, hasta por 15 años. Algo así decía su escrito del pasado 4 de diciembre en el que recomendaba al secretario de Hacienda rebajar la previsión de precio del petróleo mexicano de exportación durante 1999.

El secretario señala, como causas, la entrada al mercado de nuevas zonas de producción; el cambio tecnológico, que disminuye los costos de producción; crecimiento más lento de la economía mundial, y sustitución de una parte de los derivados del petróleo crudo por gas natural. Todos los hechos citados son ciertos, pero en ningún caso justifican una previsión de bajos precios por 10 ó 15 años.

Cuando la previsión de esos precios está muy por arriba de la realidad, vienen los recortes presupuestales. Si la previsión está muy baja, entonces se asfixia a Pemex cobrándole, además del rosario de impuestos, derechos y aprovechamientos que ya debe pagar, otro sobre las utilidades excedentes, que son las que provienen del crudo vendido por arriba del precio ``previsto''.

La entrada al mercado de nuevas zonas se ve compensada, de manera creciente a medida que se prolongan los periodos de precios bajos, por la salida de la producción de pozos cuya operación cuesta más que lo que vale su producto con los precios tan bajos. Sólo en los Estados Unidos, para poner un ejemplo importante, la Comisión de Petróleo y Gas, estimó que durante la primera mitad de 1998 se cerraron 50 mil pozos petroleros en 23 estados de ese país, y señala que esa tendencia continúa. La producción allí declina de todos modos, pero con el bajo precio declina más rápido y, como la demanda sigue creciendo, sus importaciones se elevan.

El cambio tecnológico baja costos, sí, pero no es la primera vez que eso sucede, como en los otros casos hay ciclos. Es más, el cambio tecnológico que permitió perforar pozos en el fondo marino introdujo, en su momento, mucho más petróleo barato al mercado que lo que lo hacen los cambios actuales. El que se pueda sacar petróleo más rápido no aumenta las existencias reales de ese recurso no renovable en el mundo, sólo permite acabárselas más pronto. Aún más, cuando más inversión se da para investigar y desarrollar tecnología, es cuando el petróleo está caro.

Es cierto también que el ritmo de desarrollo promedio mundial es más lento ahora que hace dos o tres años, pero también lo son los bajos precios del petróleo, junto con medidas de reactivación, contribuyen a una recuperación de mayores ritmos de crecimiento de los importadores de petróleo. El petróleo caro contribuye a frenar la economía de las principales economías del mundo, y también el petróleo barato contribuye a acelerarla. Esto tiende a producir, también, ciclos.

Por último, es cierto que el gas natural está sustituyendo a una parte de los derivados del petróleo crudo. Pero eso aumenta la demanda de gas natural, con lo cual el precio de éste tiende, en medio de fuertes fluctuaciones, a subir. Es más, si sigue bajo el precio del petróleo y de sus derivados en el mercado mundial, llega el momento en que a muchos les conviene irse por esa opción más barata, y se genera, también aquí, un ciclo. Por lo demás, el gas natural no puede, por ahora, ocupar el lugar del crudo como energético de referencia en los mercados, en términos del cual se mueven los precios de los demás energéticos. No puede porque en el transporte su uso es todavía marginal, y ese sector es muy importante en la demanda de energía. No puede, además, porque no hay un mercado mundial de gas natural, como sí lo hay de crudo, sino que hay sólo mercados regionales de ese gas.

En los próximos diez o quince años va a seguir habiendo importantes fluctuaciones de precios del crudo, precisamente como resultado de esos y otros ciclos. No va a dejar de pasar, en ese sentido, lo que ya ha sucedido. A un periodo de precios bajos seguirá otro de precios más altos y luego al revés. Creer que lo que sucede en el momento se va a prolongar por muchos años, en ese campo, no corresponde a la realidad. No correspondió cuando Díaz Serrano, haciéndose eco de una opinión de muchos en su tiempo, sino que el petróleo seguiría caro hasta el año 2000; tampoco ahora, que hay quienes creen que el precio de ese energético seguirá bajo hasta el 2010 ó hasta el 2014.